“Cada día contiene en sí mismo la alegría y la furia, el dolor y el placer, la oscuridad y la luz, el crecimiento y la decadencia”.
1. Quien tiene un objetivo en la vida habrá de enfrentarse a una fuerza contraria; para eliminar esta fuerza, es necesario aprender a aprovecharla en beneficio propio.
2. Un verdadero guerrero jamás sacrifica a sus amigos para derrotar al adversario; por tanto, debe aprender a detectar y resolver los problemas antes de que se manifiesten.
3. La mejor manera de enfrentarse al adversario es convencerlo de la inutilidad de sus gestos. El guerrero muestra que su objetivo no es destruir nada, sino construir su propia vida. Quien camina hacia su sueño busca la armonía y el entendimiento por encima de todas las cosas, y no le importa explicar mil veces lo que desea, con tal de ser escuchado y comprendido.
4. No te quedes mirando fijamente a los problemas que tienes por delante en tu camino: acabarán hipnotizándote y bloqueándote para cualquier acción. Tampoco te concentres demasiado en tus propias cualidades, pues ellas se te concedieron para que las aplicaras, no para que las exhibieras.
5. La fuerza de un hombre no radica en el coraje de atacar, sino en la capacidad de resistir los ataques. Por consiguiente, prepárate –mediante meditación, ejercicios, y una profunda conciencia de tus propósitos– para aguantar firme y continuar en el camino, por mucho que todo y todos a tu alrededor intenten separarte de tu meta.
6. La derrota se da antes que la victoria. La clave para vencer es saber perder, sin desistir por ello.
7. En situaciones extremas, sobre todo cuando ya estás considerablemente cerca de tu objetivo, el universo probará tus propósitos, exigiéndote el máximo de tu energía.
Has de estar preparado para grandes pruebas, a medida que el sueño se hace realidad.
8. No mires a tu vida con resentimiento, y prepárate para aceptar todo aquello que los dioses te han ofrecido; cada día contiene en sí mismo la alegría y la furia, el dolor y el placer, la oscuridad y la luz, el crecimiento y la decadencia. Todo eso forma parte del ciclo de la naturaleza, por lo tanto, no quieras quejarte o luchar contra el orden cósmico. Acéptalo, y él te aceptará.
9. Si tu corazón es lo suficientemente grande, logrará acoger a todos aquellos que se oponen a tu destino; y una vez que los hayas acogido con amor, serás capaz de anular la fuerza negativa que portaban tus adversarios.
10. Cuando notes que un adversario se te acerca, aproxímate y dile palabras delicadas. Si insiste en su agresividad, no aceptes la lucha a no ser que vaya a servir para algo; y si has de luchar, utiliza la fuerza del oponente, y no gastes tu energía.
11. Conoce el momento adecuado para usar cada una de las cuatro cualidades que la naturaleza nos enseña. Dependiendo de las circunstancias, sé duro como un diamante, flexible como una pluma, generoso como el agua, o vacío como el aire. Si el origen de tu problema es el fuego, de nada servirá contraatacar con más fuego, pues tal cosa solo aumentará el incendio: en este caso, tan solo el agua logrará combatir el mal. Nunca el problema puede enseñarte cómo has de reaccionar ante él –tan solo tú tienes ese poder.
Dibujo de: Maurício Tadeu
Texto retirado de: La Revista
No hay comentarios:
Publicar un comentario