Cada día es una reencarnación simbólica para nosotros, en el círculo de las luchas purificadoras de la Tierra.
No te olvides de semejante verdad, si deseas realmente preparar el corazón para la vida imperecedera.
No desperdicies la riqueza de los minutos en la indiferencia, en la terquedad, en el aislamiento o en la inercia.
Cada vez que el sol reaparece en el horizonte, es posible mejorar el patrón de nuestro propio entendimiento con los familiares, auxiliar al prójimo con más seguridad, amparar la naturaleza con más alta comprensión.
Hoy es nueva oportunidad a fin de renovarnos, cuanto sea posible, para el infinito bien.
Planta un árbol amigo y, más tarde le recogerás el tesoro de bendiciones.
Acepta al adversario de ayer, ofreciéndole simpatía y, en un futuro próximo, tendrás un hermano comprensivo y devoto.
Utiliza, con provecho, el centavo de que disponemos, auxiliando al necesitado y, mañana, entrarás en la posesión de valores inesperados de la amistad y de la alegría.
Sonríe con bondad y coopera, con más diligencia, en tu paisaje de servicio habitual, en los instantes de "ahora" y encontrarás compañeros, ricos de concurso fraternal en los días que vendrán.
Las más bellas figuras geométricas comienzan en un punto simple.
Las más conmovedoras sinfonías son iniciadas en pequeñas notas, aparentemente sin significación.
Si pretendes un lugar en el banquete de la ciencia y de la fraternidad, del amor y de la sabiduría, comienza a estudiar y a servir, a comprender y a disculpar, a mentalizar el bien y a sublimar tu propio corazón, desde hoy.
Pintura de: Annie Stegg
Tomada del blog Recogedor
Por el espíritu: Emmanuel
Psicografía: Francisco Cándido Xavier.
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