En la Tierra, Dios nos concede el cuerpo, a través de padres amigos.
A cada uno de nosotros se le hace el inquilino temporáneo, en régimen de responsabilidad.
Dios nos proporciona la riqueza de las horas por la contabilidad del Tiempo.
Cada criatura, en un momento oportuno, presentará el informe de sus propios días.
Dios nos oferta los lazos afectivos por los principios de la afinidad.
Podemos valorizarlos o no, conforme nuestro propio arbitrio.
Dios nos concede la propiedad, por intermedio de las leyes organizadas por los propios humanos.
Daremos cuenta del usufructo respectivo. Dios nos ofrece las semillas por los recursos de la Naturaleza.
Plantación y cosecha son siempre de nuestra elección.
Dios nos confía el dinero, a través del trabajo o de la generosidad ajena.
Somos responsables por la aplicación de las finanzas que nos sean dadas de crédito.
Dios nos habilita para la eficiencia con máquinas diversas, por medio de la propia inteligencia humana.
Nos compete a nosotros la programación y la conducción de ellas.
En suma, toda creación y donación de las ventajas que disponemos proceden de Dios.
Entretanto, es justo reconocer que todos los éxitos y problemas de su utilización nos pertenecen.
Dictado por el espíritu André Luiz
Médium Francisco Cândido Xavier
Extraído del libro “Passos da Vida”
Médium Francisco Cândido Xavier
Extraído del libro “Passos da Vida”
Pintura de: José del Olmo
Texto retirado de: Luz Espiritual
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