Cuando usted pueda: muévase, hable, trabaje o escriba para hacer el bien.
Sirva. Alguien esta precisando. Quien es, lo sabrá después.
¿Disgustos y contratiempos? Entréguese al servicio, a favor de sus semejantes, y Dios le disipará cualquier sombra en el corazón.
¿Ha cometido algún error? Procure conscientemente reparar la propia falta y Dios le dotará el corazón con las oportunidades y medios para corregirlos.
¿Algún problema difícil? Busque actuar invariablemente para el bien y Dios le orientará los pensamientos y los pasos para la mejor solución.
Efectivamente, usted aun no conquistó la alegría permanente, todavía, consigue dirigir una sonrisa de simpatía a los que necesitan de esperanza. No desprecie su cuerpo.
¿Vivir para qué? Para aprender a vivir bien y a vivir para el bien. El dinero que estimula el bien, en sus variadas formas, es misionario del Cielo. El dinero que alivia es bálsamo de la Vida Superior. El dinero que cura es alimento divino. El dinero que genera trabajo digno es dinamo de progreso. El dinero que restaura el buen ánimo es fraternidad en acción. El dinero que planta alegría y fe renovadora es creador de bendiciones inmortales.
¿Tristeza y desanimo? Trabaje reconfortando a aquellos que experimentan pruebas mayores que las nuestras.
¿Desafíos y problemas? Trabaje y espere.
¿Odio sobre sus días? Trabaje, extendiendo el bien.
¿Desarmonía y discordia? Trabaje pacificando.
¿Incomprensión e ignorancia? Trabaje y bendice.
¿Reprobación y crítica? Trabaje mejorando sus tareas.
¿Contratiempo y desilusiones? Trabaje y renuévese.
¿Tentaciones y caídas? Trabaje y apártese.
¿Crueldad y violencia? Trabaje y disculpe.
Cada oración puede ser un manantial de bendiciones. ¿Su cerebro vive lleno de preguntas? Trabaje y el servicio le conferirá las respuestas exactas.
¿Sus manos permanecen paralizadas por el desanimo? Insista en el trabajo y volverá el movimiento.
¿Su corazón vive pesaroso y sin luz? Procure actuar en el bien incesantemente y la alegría le dará preciosos salarios.
¿Sus ideales encuentran sombra y hielo en el gran camino de la vida? De su concurso a las buenas obras sin desfallecer y claridades nuevas brillaran en el cielo de sus pensamientos.
La parada que no significa descanso constructivo para recomenzar las actividades útiles es alguna cosa semejante a la muerte.
¡Señor! Ante las ofensas que, por ventura, me hieren, me auxilia a recordar cuantas veces ya recibí el perdón ajeno, ante mis propias faltas. ¡Señor! Déjame percibir cuanto he incomodado a los otros con mis errores, para que los probables errores de los otros me hagan desanimar.
Dictado por el espíritu: André Luiz
Médium Francisco Cândido Xavier
Extraído del libro "
En dirección a la paz"
Pintura de: Francisco Sanchis Cortés
Tomada del blog TODO POR EL ARTE
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