El Alquimista
“Dos almas siempre están recorriendo la Tierra en busca de su Otra Parte. Cuando se encuentran, consiguen encajar los dos pedazos que faltan en el cielo”.
Mansour Hallaj fue uno de los grandes místicos del Islam, y vivió gran parte de su vida en Iraq. Él decía que el hombre es una manifestación de Dios, pero sus trabajos incluían algunas cuestiones que entraban en conflicto con lo oficialmente aceptado en su época.
Por ello terminaría siendo acusado de blasfemar contra la religión, y fue condenado a muerte.
El día de su ejecución, uno de los discípulos le preguntó:
- Maestro, ¿qué es el amor?
- Observa con atención todo lo que me ocurra hoy, mañana y pasado mañana – respondió Hallaj.
- Eso es el amor.
Aquel mismo día, él fue ejecutado.
Al día siguiente quemaron su corazón.
Al tercer día esparcieron sus cenizas, y nunca más pudieron recomponer el corazón de Hallaj.
El Tao y el amor
Los taoístas cuentan que, en el principio de los tiempos, el Espíritu y la Materia se enfrentaron en mortal combate. Finalmente, el Espíritu triunfó y la Materia fue condenada a vivir para siempre en el interior de la Tierra.
Antes de que esto sucediese, no obstante, su cabeza golpeó en el firmamento, haciendo pedazos el cielo estrellado.
La diosa Niuka salió del mar, resplandeciente en su armadura de fuego. Hirviendo los colores del arco iris en una marmita, consiguió recolocar las estrellas en su lugar, pero le faltó encontrar dos pequeños fragmentos, y el firmamento se quedó incompleto.
Este es el origen del amor: dos almas siempre están recorriendo la Tierra en busca de su Otra Parte. Cuando se encuentran, consiguen encajar los dos pedazos que faltan en el cielo, y el Universo entero pasa a tener sentido para la pareja.
La medida del amor
- Siempre he querido saber si yo sería capaz de amar como usted ama – le dijo un discípulo a su maestro hindú. ¿Pero cómo puedo saber si mi amor es lo suficientemente grande?
- Intenta averiguar si te entregas o si huyes de tus emociones. Pero no hagas preguntas como esta, pues el amor no es ni grande ni pequeño. Es amor, apenas, y no se puede medir un sentimiento como se mide una carretera. Si intentas conocer sus dimensiones, apenas lograrás vislumbrar su reflejo, como el de la luna en un lago; no estarás recorriendo tu camino.
Reflexión
El pasaje que viene a continuación lo escribió Emily Brontë en su clásico Cumbres borrascosas, y describe el amor de la protagonista por dos hombres:
«Dulce pájaro de la juventud, perdóname, porque las corrientes de las pasiones me llevan de un lado para otro. En este momento, yo debo entregarme a los dos lados, sin intentar entender lo que ocurre en mi corazón.
»Cuando estas corrientes se debiliten, este dulce amor aún persistirá. Y aunque todo acabe, basta con que el amor sobreviva, que yo también sobreviviré. Sin embargo, si todo, excepto el amor, permaneciera, el Universo se convertiría en un extraño para mí.
Texto retirado de: La Revista
This is such a nice collection of enlightening words. I love Paulo Coelho's The Alchemist, too.
ResponderEliminarAnd by the way, the pandas in your blog entertain me so much. They are so cute.^^