Hay diez señales rojas, en el camino de la experiencia, indicando probable caída en la obsesión:
Cuando entramos en la faja de la impaciencia; cuando creemos que nuestro dolor es el mayor; cuando pasamos a ver ingratitud en los amigos; cuando imaginamos maldad en las actitudes de los compañeros; cuando comentamos el lado menos feliz de esa o de aquella persona; cuando reclamamos aprecio y reconocimiento; cuando suponemos que nuestro trabajo está siendo excesivo; cuando pasamos el día exigiendo el esfuerzo ajeno, sin prestar el más leve servicio; cuando pretendemos huir de nosotros mismos, a través del alcohol o del narcótico cuando juzgamos que el deber es apenas de los otros.
Todas las veces que una de esas señales venga a surgir en el tránsito de nuestras ideas, la Ley Divina está presente, recomendándonos la prudencia de ampararnos al socorro de la plegaria o de la luz del discernimiento.
Dictado por el espíritu Scheilla
Extraído del libro "Ideal Espírita"
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