Por Paulo Coelho
El Alquimista
El Alquimista
“A todos los que traen la búsqueda de la sabiduría en su corazón no les importa esperar noche y día ante su puerta”.
La cábala –del hebreo qabbalah que significa tradición– es una interpretación metafísica de las enseñanzas presentes en la Torá (conjunto de los libros sagrados del judaísmo). Con origen en la transmisión oral, donde se decía que cada letra o número de la Torá tenía un sentido sagrado, poco a poco fue organizada en textos y gráficos.
El más conocido es un dibujo con diez círculos casi todos interrelacionados entre sí, llamado Árbol de la Vida. El místico Joseph Gikatilla (siglo XIV) comenta el proyecto divino: “Todo lo que está en el lugar donde fue colocado en el momento de la creación es el bien. Todo aquello que está fuera de su lugar, es el mal”.
En el siglo XIII, un místico español, Moisés de León, redactó una especie de guía de estas interpretaciones cabalísticas en lo que después sería conocido como Zohar (Libro del Esplendor). Allí, León habla sobre la manera en que el hombre debe aproximarse a la sabiduría, utilizando imágenes de gran belleza literaria.
A continuación, transcribo algunos trechos del Zohar, escogidos por Gershom Scholem (filólogo e historiador israelí):
“Los libros sagrados (Torá) lanzan una palabra que en cuanto sale de sus páginas retorna inmediatamente al lugar de donde vino, el secreto. Y alcanza solo a aquellos que comprenden y observan los mandamientos”.
Esta palabra puede ser comparada a una bella joven que vive recluida en un cuarto aislado de su palacio y que tiene un amante que nadie más conoce. Por amor a esta joven, el amante pasa todos los días por delante de su cuarto y espera ansioso la oportunidad de verla. Ella sabe que él está cerca, así que, ¿qué es lo que hace? Levanta rápidamente la cortina de su aposento para que él pueda contemplarla por un instante, y enseguida vuelve a esconderse.
Él sabe que fue solo por causa de su amor que la joven se mostró durante algunos segundos. Entonces, todo su corazón y su alma se entregan (a la comprensión de su secreto). Así son los libros sagrados (Torá): solo revelan sus misterios a aquellos que los aman (con paciencia). A todos los que traen la búsqueda de la sabiduría en su corazón no les importa esperar noche y día ante su puerta.
Así son los libros sagrados (Torá): por un instante apenas ellos se revelan y lo hacen por amor a sus amantes.
A veces la señal no es inmediatamente percibida. Entonces, generosos en su amor, ellos envían sus mensajeros al hombre que por debilidad de espíritu no consiguió ver su rostro. Y ordenan: “Ve a decir a aquel espíritu débil que retorne y así podremos conversar”.
Cuando el hombre de buen corazón obedece esta orden, los libros conversan con su elegido a través de un velo, y a medida que él comprende lo que las palabras quieren decir, el velo va haciéndose cada vez más fino. Así que, en determinado momento, él puede contemplar por algunos instantes la sabiduría y oír como le dice “ahora puedes entender las señales que te envié y los misterios que hay en mí. Por eso todos los hombres deben aspirar con todas sus fuerzas a seguir lo que está escrito en los libros sagrados (Torá) y a transformarse en su amante”.
Sabiduría contemporánea
“Experiencia no es lo que nos sucede: es lo que hacemos con aquello que nos sucede” (Aldous Huxley).
“Preocúpate más por tu carácter que por tu reputación. El carácter es aquello que tú realmente eres, mientras que la reputación es aquello que los otros piensan que eres” (John Wooden).
“Un no cuando es dicho sin miedo, puede ser mejor y más importante que un sí dicho solamente para agradar –o lo que es peor– para evitar problemas” (Gandhi).
Texto retirado de: La Revista
Texto retirado de: La Revista
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