¡No te detengas!
Torna a la presencia del compañero que te hirió y perdónalo, ayudándolo a recuperarse.
¡Reflexiona y ampáralo!
¿Cuántos dolores y cuantas perturbaciones le castigaron el alma, antes de que la palabra de él se irguiese para ofenderte o antes que su brazo, armado por la incomprensión, defiriese contra ti el golpe deprimente?
Guarda la calma y auxilia, sin cesar.
Más tarde, es posible que no puedas, por tu parte, soportar el horrendo asalto de la ira y reclamarás, igualmente, el bálsamo de la ajena comprensión.
Retorna a tu hogar o a tu lucha y divulga, de nuevo, la bendición del amor, con todos los corazones que yacen envenenados, por la hiel de la crueldad o por la malicia de la calumnia.
¡No dudes, por eso!
Perdona ahora, en cuanto la oportunidad de reaproximación te favorece a los buenos deseos, porque, probablemente, mañana, la oportunidad luminosa habrá pasado y no encontrarás nada, alrededor de ti sino la ceniza del arrepentimiento, el llanto amargo de la inútil lamentación.
Dictado por el espíritu: Emmanuel
Médium Francisco Cândido Xavier
Extraído del libro "
Assim Vencerás"
Pintura de: Carolee S. Clark
Tomada del blog Carolee S. Clark, Painter
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