La oración no suprime, de inmediato, los cuadros de la prueba, pero nos renueva el espíritu a fin de que vengamos a sublimarlos o cambiarlos.
Repara en el camino que la niebla envuelve, cuando la noche oscura te distancia del Sol.
Encima, nubes extensas roban a tus ojos la visión de las estrellas y, debajo, espinos y precipicios amenazan tus pies.
En vano consultarás la brújula que la tiniebla densa empaña.
Si avanzas, es posible que te arrojes en el fango de cuevas abiertas de par en par; si paras, es probable que padezcas el asalto de traicioneros animales...
Haz, sin embargo, pequeñita luz, y todo se modifica.
El charco no pierde el aspecto de pantano y la piedra se mantiene como desafío que te advierte en el camino; sin embargo, pudiendo ver, surgirás, transformado y seguro, para seguir al frente, venciendo las trampas de la sombra y las aperturas de la marcha.
Así, también, es la oración en las sendas de la experiencia.
Cuando el dolor oscurece los horizontes de tu alma substrayéndote la serenidad y la alegría, todo parece oscuridad envolvente y derrota irremediable, induciéndote al desánimo e insuflándote la desesperación; sin embargo, si enciendes en el corazón leve llama de plegaria, hilos imponderables de confianza ligan tu ser a la Providencia Divina.
Exteriormente, alrededor, el sufrimiento no se deshace de la catadura sombría; la muerte, ahora y siempre, es el velo de dolorosa separación; la prueba es el mismo examen inquietante y el golpe de la expiación sigue siendo la lucha difícil e inevitable, mas estarás, en ti mismo, plenamente rehecho en lo íntimo de tus propias fuerzas con la visión espiritual iluminada por dentro, a fin de que comprendas por encima de tus dolores el plano sabio de la vida, que te alza de los laberintos del mundo a la bendición del amor de Dios.
Dictado por el espíritu: Emmanuel
Médium Francisco Cândido Xavier
Extraído del libro "
Religión de los Espíritus"
Pintura de: Anna Rzumovskaya
Tomada del blog TODO POR EL ARTE
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