Bajo la infección mental del pesimismo, te dices, algunas veces, irremediablemente, cansado, frente a la lucha y proclamas, tantas veces, desanimado y desesperado, que la Tierra se convirtió en un charco de putrefacción; que la sociedad es un juego de mascaras; que la honestidad fue desterrada del mundo; que los malos tripudian, impunes, sobre el amor de los buenos; que la crueldad es norma de vida; que diversos cataclismos cayeron en el horizonte, incendiando la atmósfera de la que los hombres se nutren y dices desalentado que te apartaste de la confianza, que perdiste la fe; que no tornarás al placer de servir; que no te inclinarás ti corazón al culto del amor y que te retirarás de la arena como el soldado rebelde, huyendo de la propia lucha.
Entre tanto, al contrario de tu asertiva, la Eterna providencia no duda de nuestra alma y nos renueva, cada día, la oportunidad de crecimiento y sublimación. Cada mañana, vuelves al cuerpo que soporta tu intemperancia y recibes la bendición del sol que te invita al trabajo, la palabra del amigo que te induce a la esperanza, el apoyo constante de la Naturaleza, el reencuentro con los desafectos para que aprendas a convertirlos en lazos de belleza y harmonía, sobretodo, la gracia de luchar, por tu propio mejoramiento, a fin de que el tiempo te yerga a la victoria del Bien.
No te rindas, por tanto, al derrotismo y a la duda que te lanzan en la sombras, porque, más allá del tormento al que el hombre se lanza, temeroso e imprevisor, Dios permanece en paz, encendiendo las estrellas y uniendo las gotas de agua para que todos podamos elevarnos de los abismos de las tinieblas para las Cimas de la Luz.
Dictado por el espíritu: Emmanuel
Médium Francisco Cândido Xavier
Extraído del libro "
Alma y Luz"
Pintura de: Stanka Kordic
Tomada del blog TODO POR EL ARTE
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