El compañero habrá tenido extraño comportamiento, agrediéndote o perjudicándote.
No te des a reacciones precipitadas, bajo el pretexto de justificarte.
Imagínate, antes de nada, en el lugar de él.
¿Como te sentirias, si tuvieses a una persona querida, acercándose a la muerte?
¿Qué comportamiento sería el tuyo, ante determinada molestia que te corroyese el cuerpo, en un momento en que alguien te recordase el pese de una deuda?
Si te vez al frente de un loco no puedes ignorar que será imposible curarlo con martillazos en la cabeza.
Delante de un prejuicio material, aunque sea de grandes proporciones, si puedes sustentarte sin que el deudor consiga solventarlo, más vale esperar provocar un rompimiento de consecuencias imprevisibles.
Piensa en las ocasiones en que corazones amigos te habrán disculpado tus propias faltas.
Mediata en las personas queridas para las cuales muchas veces, habrás de implorar la benevolencia de los demás algunas veces, hasta de esos otros a quien tal vez pretendas constreñir con desafíos y exigencias.
En cualquier arreglo de cuentas, mediata en la extensión de nuestras deudas para con Dios y serénate en la certeza de que, por encima de todos los conflictos, la paciencia vale más.
Por el espíritu de: Emmanuel
Psicografía: Francisco Cándido Xavier.
Texto retirado del: Libro "CALMA".
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