Cuanto sea posible, abstente de asuntos infelices.
Muchas veces, quien te habla contra los demás puede traer la imaginación enferma o super excitada.
Cuando alguien, por ventura, se te haga vehículo de alguna intriga, tanto es digna de compasión la persona que te trajo esa bomba verbal, como la otra que la habría creado.
Una frase imperfectamente oída será siempre una frase mal interpretada.
La criatura que se precipita en juicios erróneos, sobre ti, tal vez sea víctima de lamentable engaño.
Muchas personas de hábitos endurecidos en comentarios faltos de caridad, en torno de la vida ajena, están camino de tratamientos médicos, de los más graves.
Si traes la conciencia tranquila, las opiniones negativas efectivamente no te alcanzan.
Delante de críticas recibidas, observa hasta que punto son verídicas y aceptables, para que vayamos a rectificar en nosotros aquello que nos desagrada en los demás.
Conociendo algún desequilibrio en proceso, auxilia en silencio en aquello en que puedas cooperar sin alarde, sin referir a nadie, en cuanto al esfuerzo de reajuste que seas capaz de desenvolver.
Compadécete de los acusadores y ora, en favor de ellos, rogando a Dios para que sean favorecidos con la bendición de paz que deseamos para nosotros.
Por el espíritu de: Emmanuel
Psicografía: Francisco Cándido Xavier.
Texto retirado del: Libro "CALMA".
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