Alrededor de ti, encontrarás siempre, en el mundo, la escuela de perfeccionamiento espiritual en que te matriculaste, a través de la cuna física.
Por mucho sacrificio que te cueste la convivencia con aquellos a los cuales el mundo te vinculó por la fuerza de la consanguinidad, no te alejes de ellos, sino cuando la circunstancia de la vida, expresando los designios superiores de las Leyes que nos rigen, te determinen alteraciones y cambios.
La universidad es una construcción de la inteligencia.
Cada alumno que se habilita a cierta faja profesional habrá obligatoriamente compartido, por largo tiempo, del clima de profesores y colegas, de los más diversos entre sí, para la obtención de los valores culturales que demanda.
El hogar es una conquista del sentimiento.
Cada corazón que integra la familia radicada en él se candidatea a la adquisición de determinados recursos y compartirá consecuentemente, por tiempo dilatado, de las experiencias de aquellos que están en la posición de parientes, a fin de que pueda alcanzar las cualidades que procura.
Si problemas y pruebas te gravan los días, en el instituto doméstico, aconséjate con la fe en Dios y guarda la paciencia en el aprendizaje que atraviesas.
Respeta a los padres que te patrocinaron el nacimiento; entretanto, si no te corresponden a la devoción, compadécete de ellos y no les niegues el acatamiento y la gratitud de la que se te hacen acreedores.
Educa a los hijos que el mundo te confió; no obstante, si no te muestran afecto, compadécete de ellos y no le rechaces la bendición de paz de la cual necesitan para ser felices, aunque no siempre consideres justo ármalos de fuerzas monetarias, capaces de aniquilarles la ocasión de elevación y servicio.
Sean cuales fueren las notas discordantes que te rodeen en el hogar o en el grupo de trabajo, compadécete de los compañeros que aún no entienden el mensaje de fraternidad y continúa demostrándoles bondad y tolerancia, porque los Poderes Mayores que nos conducen los destinos, ciertamente nos observan el comportamiento en las lecciones en las que nos encontramos hacia la conquista del perfecto amor.
Por el espíritu de: Emmanuel
Psicografía: Francisco Cándido Xavier.
Texto retirado del: Libro "CALMA".
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