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domingo, 30 de septiembre de 2012

Elementos básicos: Para vivir bien

Por Paulo Coelho 

El Alquimista

“Desde niños debemos también aprender a escoger nuestra mejor manera de morir. Si no lo hacemos, terminamos malgastando nuestros días como un perro que no busca más que cobijo y comida...”.
Yamamoto Tsunetomo (1659-1719), tras haber servido durante muchos años como samurái, decidió contar todo aquello que aprendió a Tsuramoto Tashiro, uno de sus discípulos. El resultado de estas conversaciones fue el libro Hagakure (Oculto tras el follaje), que ha resistido al paso del tiempo, y todavía hoy es un libro de actualidad.
Releyendo el texto, me di cuenta de que gran parte de las enseñanzas allí recogidas se pueden aplicar a nuestra vida diaria. Un samurái, como sabemos, era un guerrero con un código de conducta (conocido como bushido), basado en tres puntos importantes: disciplina, ética y coraje.
Estos elementos debían estar presentes en cada una de las decisiones que tomamos. Así, al buscar un sentido a nuestra peregrinación sobre la faz de la tierra, comprenderíamos que:
Disciplina Solo es posible alcanzar un sueño cuando se tiene la voluntad necesaria para ello. No basta el entusiasmo, la pasión, el deseo; hacen falta también fuerza y concentración.
Ética Cuando vamos a la búsqueda de algo que de verdad tenga algún significado en nuestra existencia, no hay por qué herir o pisotear a los demás. Al contrario, cuanto más respetamos el camino ajeno, más aliados encontramos en el nuestro, y más respeto recibimos a cambio.
Coraje Además de la disciplina y la ética, hay que entender que, a pesar del miedo, debemos seguir adelante. Coraje no significa ausencia de valores, sino la capacidad de no dejarse paralizar por estos.
Como ya dije en otras columnas, todos tenemos que morir un día. Al tomar conciencia de ello, deberíamos entregarnos con mucha más alegría a la vida, haciendo esas cosas que siempre postergamos, respetando los preciosos minutos que pasan y no volverán jamás, desvelando y descubriendo horizontes que pueden ser interesantes o decepcionantes, pero que merecen al menos un poco de esfuerzo de nuestra parte.
Es normal que intentemos evitar la muerte. No solo es normal, sino también la actitud más saludable que podemos tener. Sin embargo, es una aberración negarla, ya que ser consciente de ella nos da mucho más valor. Si yo hubiese de morir hoy, ¿qué es lo que me gustaría hacer que nunca hice? Este es mi pensamiento todas las mañanas. Aprendí, en el camino de Santiago, que el Ángel de la Muerte es mi mejor consejero.
Yamamoto Tsunetomo dice en un momento dado a su discípulo: “todos queremos vivir, y eso es absolutamente natural. No obstante, desde niños debemos también aprender a escoger nuestra mejor manera de morir. Si no lo hacemos, terminamos malgastando nuestros días como un perro que no busca más que cobijo y comida, y entregando a cambio una lealtad ciega a su dueño que pueda justificar el techo y la comida. Eso no basta para hacer que nuestra vida tenga sentido”.

Texto retirado de: La Revista



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