La mascota del blog

domingo, 31 de julio de 2011

La vuelta al mundo después de muerta

Por Paulo Coelho 

El Alquimista


“Cuando vemos un mundo tan dividido como el de hoy, donde pensamos que nadie se preocupa por los demás, este último viaje de Vera nos llena de esperanza al saber que aún existe respeto, amor y generosidad...”.

Siempre pensé en lo que sucede cuando esparcimos alguna porción de nosotros mismos por la Tierra. Ya me corté cabellos en Tokio, uñas en Noruega, vi correr mi sangre de una herida al subir una montaña en Francia. En mi primer libro Los archivos del infierno (que jamás fue reeditado) especulaba un poco sobre el tema, como si fuese necesario sembrar un poco del propio cuerpo en diversas partes del mundo de manera que, en una futura vida algo nos pareciese familiar.

Un día leí en el diario francés Le Fígaro un artículo firmado por Guy Barret sobre un caso real acontecido en junio del 2001, cuando alguien llevó hasta las últimas consecuencias esta idea.

Se trata de la americana Vera Anderson, que pasó toda su vida en la ciudad de Medford, Oregón. Siendo ya de edad avanzada fue víctima de un accidente cardiovascular, agravado por un enfisema de pulmón, lo que la obligó a pasar años enteros dentro de un cuarto, siempre conectada a un balón de oxígeno. Esto en sí ya es un suplicio, pero en el caso de Vera la situación era aún más grave porque había soñado con recorrer el mundo y había guardado sus ahorros para hacerlo cuando estuviera jubilada.

Vera consiguió ser trasladada a Colorado, EE.UU., para poder pasar el resto de sus días junto con su hijo Ross. Allí, antes de hacer su último viaje –ese del que jamás volvemos– tomó una decisión. Como nunca había podido ni siquiera conocer su país, viajaría entonces luego de muerta.

Ross fue a ver al notario local y registró el testamento de la madre: después de morir le gustaría ser incinerada. Hasta aquí, nada de particular. Pero el testamento continúa: sus cenizas debían ser colocadas en 241 pequeñas bolsitas que serían enviadas a los jefes de los servicios de correos de los 50 estados americanos y a cada uno de los 191 países del mundo, de modo que por lo menos una parte de su cuerpo terminase visitando los lugares que siempre soñó.

En cuanto Vera partió, Ross cumplió su último deseo con la dignidad que se espera de un hijo. En cada envío incluía una pequeña carta donde pedía que dieran digna sepultura a su madre.

Todas las personas que recibieron las cenizas de Vera trataron el pedido de Ross con respeto. En los cuatro rincones de la Tierra se creó una silenciosa cadena de solidaridad, donde simpatizantes desconocidos  organizaron  ceremonias y ritos diversos, siempre tomando en cuenta el lugar que a la fallecida señora le hubiera gustado conocer.

Así las cenizas de Vera fueron esparcidas en el lago Titicaca, siguiendo las antiguas tradiciones de los indios aimara; en el río que pasa frente al palacio real de Estocolmo, en las márgenes del Choo Praya (Tailandia), en un templo sintoísta en Japón, en la Antártida, en el Sahara.

Las hermanas de la caridad de un orfanato en la América del Sur (el artículo no cita el país) rezaron durante una semana antes de esparcir las cenizas por el jardín, y después decidieron que Vera debería ser considerada una especie de ángel de la guarda del lugar.

Ross Anderson recibió fotos desde los cinco continentes, de todas las razas, de todas las culturas, mostrando a hombres y mujeres en el acto de honrar el último deseo de su madre. Cuando vemos un mundo tan dividido como el de hoy, donde pensamos que nadie se preocupa por los demás, este último viaje de Vera Anderson nos llena de esperanza al saber que aún existe respeto, amor y generosidad en el alma de nuestro prójimo, por más distante que él esté.
Texto retirado de: La Revista

miércoles, 27 de julio de 2011

DELANTE DE LOS PIONEROS

Recuerda los sacrificios de los pioneros del progreso que te precedieron en la jornada humana, para que avances en la Tierra sin la ceguera de la ingratitud.

Recuerda las manos anónimas que te irguieron el hogar, los brazos que te embalaron la cuna y las voces amigas que te enseñaron a mover los labios en el idioma del entendimiento.

No olvides aquellos que lloraron y sufrieron, labrando el suelo en el que ingeriste la primera bendición del pan y no te olvides de cuantos se vieron mutilados en el trabajo para que el confort y la higiene te sustentasen el cuerpo.

No reliegues a la indiferencia los que se vieron en suplicio para que tuvieses el orden legal, garantizándote la seguridad, y los que murieron en las cárceles, muchas veces, calumniados y traicionados, para que la libertad te bendiga la existencia. 

Consagra en la memoria un altar de reverencia para con aquellos que te donaran los tesoros de la educación, a fin de que el aprendizaje en la Tierra se te haga camino hacia la  Espiritualidad Superior.

Usufructuario del campo en el que fuiste acogido por la bondad y la esperanza de los que te  vieron nacer, recogiste de ellos la experiencia que el sufrimiento les otorgó, reclamándote también sudor y buena voluntad en el mundo, para que la vida en el mundo se haga mejor.

No te pierdas en los laberintos de la indagación sin provecho, preguntando si la crueldad es hoy mayor que la de ayer en el camino de las criaturas.

Cede a la Tierra lo mejor de ti, en el servicio desinteresado y constante para que el bien prevalezca, iniciando en la propia alma la obra redentora del amor que todo lo abarca, y, volviendo mañana a la gran escuela de la experiencia humana, la encontrarás más nobles y más bella, convertida, con la parcela de tu esfuerzo, en antecámara para la Vida en los  Cielos.

Pintura de: Peter Kauflin
Tomada del blog Recogedor
Por el espírituEmmanuel
Psicografía: 

Texto tomado del: 
Libro "
NACER Y RENACER
".

domingo, 24 de julio de 2011

Complicaciones de la búsqueda

Por Paulo Coelho 

El Alquimista

Leyendas perdurables

”Porque el amor por alguien es una oración dirigida al corazón del universo, una plegaria que Dios colocó en las manos de cada ser humano como un  presente divino”.


Cierta mañana Nasrudin –el gran místico sufi que siempre fingía ser loco– colocó un huevo envuelto en un pañuelo, se fue hasta el medio de la plaza de su ciudad y llamó a los que estaban allí.

- ¡Hoy tendremos un importante concurso, dijo. Quien descubra lo que está envuelto en este pañuelo, recibirá de regalo lo  que está dentro! Las personas se miraron entre sí, intrigadas, y respondieron: ¿Cómo podemos saberlo? Nadie aquí tiene poderes de adivino.

Nasrudin insistió:
- Lo que está en este pañuelo tiene un centro que es amarillo como una yema, rodeado de un líquido del color de la clara, que a su vez está contenido dentro de una cáscara que se rompe con facilidad. Es un símbolo de la fertilidad, y nos recuerda a los pájaros que vuelan hacia sus nidos. Entonces, ¿quién puede decirme lo que está escondido?

Todos los habitantes pensaron que Nasrudin tenía en sus manos un huevo, pero la respuesta era tan obvia que nadie quería pasar vergüenza delante de los otros.

Porque... ¿y si no fuese un huevo, sino algo mucho más importante, producto de la fértil imaginación mística de los sufis? Un centro amarillo podía significar algo del sol, o el líquido de alrededor tal vez fuese alguna preparación de alquimia. No, aquel loco estaba queriendo que alguien hiciera el ridículo.

Nasrudin volvió a preguntar dos veces más, pero nadie se arriesgó a decir algo impropio. Entonces él abrió el pañuelo y mostró a todos el huevo.

- Todos vosotros sabíais la respuesta, afirmó. Y nadie quiso traducirla en palabras.
Es así la vida de aquellos que no tienen el coraje de arriesgar: las soluciones nos son dadas generosamente por Dios, pero  estas personas siempre procuran explicaciones más complicadas, y terminan no haciendo nada.

Dios y el amor del hombre
Un hombre se acercó al filósofo Ramanuja y le pidió:
-¡Muéstreme el camino hacia Dios!
- ¿Ya te enamoraste alguna vez de alguien?, preguntó Ramanuja.
- ¿Enamorarme? Qué es lo que el gran Maestro quiere decir con eso? Me prometí a mí mismo jamás aproximarme a una mujer, huyo de ellas como quien intenta escapar de una  enfermedad. Ni siquiera las miro. Cuando pasan, cierro los ojos.
- Procura volver a tu pasado e intenta descubrir si nunca, en toda tu vida, hubo algún momento de pasión que dejase tu cuerpo y espíritu llenos de fuego.
- Vine hasta aquí para aprender a rezar, y no a cómo enamorarme de una mujer. Quiero ser guiado hasta Dios, y usted insiste en  quererme llevar hacia los placeres de este mundo. No entiendo lo que desea enseñarme.

Ramanuja permaneció silencioso algunos minutos y finalmente dijo:
- No puedo ayudarte. Si tú nunca tuviste ninguna experiencia de amor, nunca conseguirás experimentar la paz de una oración. Por lo tanto, regresa a tu ciudad,  enamórate, y solo  vuelve a buscarme cuando tu alma esté llena de momentos felices.
Solo una persona que entiende el amor puede entender el significado de la oración. Porque el amor por alguien es una oración dirigida al corazón del universo, una plegaria que Dios colocó en las manos de cada ser humano como un  presente divino.
Texto retirado de: La Revista

miércoles, 20 de julio de 2011

BUSQUEMOS MÁS LUZ

Hombre alguno posee consigo bastante recursos para redimir al mundo, pero todos guardamos suficientes posibilidades para la regeneración de nosotros mismos.

No te olvides de la hora que pasa, convocándote a las construcciones del espíritu.

El patrimonio real de cada uno es aquel que se constituye de nuestras propias obras.

Y todo aquello que nos rodea, cuando nos hallamos en la encarnación terrestre, sea riqueza o indigencia, dolor o felicidad, plenitud o escasez, en el círculo de las circunstancias a que el renacimiento nos arroja, no pasa de ser material didáctico, objetivándonos la educación para la vida eterna.

No te descuides del tiempo, la fuerza aparentemente inerte susceptible de ofrecernos los medios necesarios a la acción edificante.

Con los días, algo producimos.

Mientras el labrador diligente prepara cosechas de prosperidad y alegría, aquel otro que cruza los brazos, al frente del arado, forma solidificaciones de indiferencia que lo inclina a la penuria.

Mientras el aprendiz de la sabiduría avanza hacia adelante, trazando sendas de acceso al Infinito, el estudiante holgazán coagula las sombras, alrededor del grado en que la vida lo sitúa, demorándose en la estagnación.

Resguarda tu propio cuerpo, como bendito instrumento de elevación.

A través de él, si quieres, es posible almacenar los valores de la espiritualidad, alcanzar la paz íntima, recoger las bendiciones del Cielo y reflejar la Divina Voluntad, enriqueciéndote, cada vez más, por la extensión creciente de tus propias facultades, en la comprensión del propio camino.

Busquemos más luz.

Cuando el Maestro recomendó nos hiciésemos niños, ante la Ley, no se proponía retenernos en la ingenuidad o en la incultura. Procuraba crear en nosotros el estado imprescindible de receptividad, al frente de la vida, a fin de reajustarnos a los hilos de nuestros ideales, sobre las bases de la verdadera sublimación.

Tomada del blog Recogedor
Por el espírituEmmanuel
Psicografía: 

Texto tomado del: 
Libro "
NACER Y RENACER
".

domingo, 17 de julio de 2011

Contra los problemas

Por Paulo Coelho

El Alquimista

El tiempo y la sabiduría

“No nos transformamos en maestros porque sabemos repetir lo que los maestros hacen, sino porque aprendemos a pensar por nosotros mismos”.


¿Cómo puedo ayudarte? Yo puedo saber cómo comportarme ante un determinado problema, pero esta es mi manera de actuar. Si tú estás procurando crecer, observa a los otros, pero jamás intentes  actuar exactamente como ellos,  cada persona tiene un camino diferente en esta vida.


No nos transformamos en maestros porque sabemos repetir lo que los maestros hacen, sino porque aprendemos a pensar por nosotros mismos. Descubre tu propia luz, o pasarás el resto de la vida siendo un pálido reflejo de la luz ajena.

La iluminación en siete días
Un maestro zen decía: Buda afirmó a sus discípulos: quien se esfuerza, puede alcanzar  la iluminación en siete días. Si no lo consigue, con seguridad la alcanzará en siete meses, o en siete años.

Entusiasmado, el joven preguntó cómo conseguiría llegar a la sabiduría en siete días.

-Concentración– fue la respuesta.
El joven comenzó a practicar, pero a los 10 minutos ya se había distraído. Volvió a empezar, y nuevamente perdió la concentración.
Al cabo de una semana, no había conseguido ningún resultado concreto, pero estaba atento a sus ansiedades y a sus fantasías. Lentamente fue prestando atención a todo lo que le distraía, y encontró que no estaba perdiendo el tiempo, sino habituándose consigo mismo.
Un buen día, decidió que no era necesario llegar tan rápidamente a su meta, ya que el camino le estaba enseñando muchas cosas.
Y fue en este momento que  se  tornó un iluminado.

La historia de las dos ranas
Existen ciertos momentos en que la paciencia –por más difícil que sea– es la única manera de soportar determinados problemas. El famoso relato a continuación ilustra bien la virtud de saber esperar:

Dos ranas cayeron dentro de una jarra de leche. Una era grande y fuerte, pero impaciente, y confiando en su forma física, luchó la noche entera, debatiéndose para escapar.

La otra era pequeña y frágil. Como sabía que no tendría energía para luchar contra su destino, resolvió entregarse. Con sus patas hizo apenas los movimientos necesarios para mantenerse en la superficie, sabiendo que tarde o temprano moriría. “Cuando no se puede hacer nada, nada se debe hacer” pensaba ella.

Y así las dos pasaron la noche; una en la tentativa desesperada  de salvarse, la otra aceptando con tranquilidad la idea de la muerte.

Exhausta con el esfuerzo, la rana mayor no aguantó más y murió ahogada. La otra rana consiguió flotar toda la noche y cuando a la mañana siguiente resolvió entregarse, se dio cuenta que los movimientos de su compañera habían transformado la leche  en manteca.
Y todo lo que tuvo que hacer fue saltar fuera de la jarra.
Texto retirado de: La Revista

miércoles, 13 de julio de 2011

AFLIGIDOS BIEN... AVENTURADOS

Problema intrincado.
Muchos compañeros dijeron eso, en el impedimento que te aborrece.
No obstante, el Sublime Orientador te situó, al frente de él, para que le descubras la solución.

Servicio impracticable.
Otros proclamaron semejante afirmativa, refiriéndose al encargo que te pesa en los hombros.
El Señor, sin embargo, te llamó a ejecutarlo, consciente de tu capacidad y de tu fuerza.

Tentación invencible.
Diferentes voces formularon la misma observación, en la crisis anterior que escalda el pensamiento.
Todavía, el Eterno Amigo te permite, experimentarla para que le extingues el magnetismo calamitoso.

Pariente difícil.
Opinión idéntica fue lanzada por diversos amigos, delante del corazón querido que te incomoda en el hogar.
Entretanto, el Excelso Benefactor te colocó en el equipo doméstico a fin de que lo ampares, en la prueba que le agrava la existencia.

Compañero obsesado. 
Concepto análogo está siendo mantenido por mucha gente, ante el amigo que te propele a constantes disgustos.
El Mentor Infalible, con todo, te envolvió en la lucha, que desgasta el compañero en perturbación, para que le sustentes la rehabilitación.

Todas las dificultades en el mundo, sean grandes inquietudes o sinsabores pequeños, constituyen lección y trabajo simultáneos a que nos convida el Divino Sembrador, para que se intensifique en la Tierra la mies de la liberación de todos los valores del espíritu.

Bienaventurados los afligidos - dice Jesús.
Los afligidos bienaventurados, sin embargo, no son simplemente aquellos que lloran y sufren, lanzando críticas y quejas, y sí aquellos que reciben las tribulaciones y dolores transitorios de la vida, como benditas y honrosas oportunidades de servir, con el Cristo de Dios, actuando con bondad activa y paciencia incansable en la victoria del Bien.

Pintura de: Ada Breedveld
Tomada del blog Recogedor
Por el espírituEmmanuel
Psicografía: 

Texto tomado del: 
Libro "
NACER Y RENACER
".
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