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miércoles, 30 de septiembre de 2009

De allá para acá



Nadie juzgue que la muerte representa el salvo conducto para la beatitud celeste.
Muchas existencias en que el programa del bien padece frustraciones por nuestra rebeldía o indiferencia, solamente recogen después de la sepultura, la aflictiva purgación de sus errores deliberados.

El infierno mental establecido por nosotros, dentro de nuestras propias almas, nos exige en el retorno a la materia densa para que las llamas del remordimiento o del arrepentimiento se apaguen en el contacto de nuevas luchas...

Aquí, está el usurero obsesionado por la acumulación del oro usando la técnica de la pobreza.

Allí, está el tirano que se propone aprender humildad en la filas del anonimato y de la angustia.


Más allá, está el delincuente que suspira por reencontrar a las víctimas del ayer, a fin de rescatar los débitos contraídos .

En la conquista, a pesar de todo, para comenzar nuevamente, es indispensable que se esfuercen en la devoción y la renuncia, para alcanzar la reencarnación que los colocará en la posición de la oportunidad esperada.

Para eso, empéñense en los rasgos del sacrificio, plantando entre los encarnados la bendición de la simpatía, el pasaporte indispensable para la estación del hogar humano, en que se renovaran, al frente del progreso.

Es por eso, que la experiencia en la Tierra no representa una mera aventura del alma y si precioso tiempo de aprendizaje y servicio que no debemos menospreciar.

Gracias a la instrumentalidad del Plano Físico, nos aproximamos a las antiguas
dificultades o a los desafectos del pasado, para que la obra del amor se reajuste y se consolide, en nosotros y junto a nosotros.

No menoscabes la enseñanza de elevación que la actualidad te confiere.
La máquina fisiológica en que provisoriamente estás puede ser una escalera hacia la esfera superior o el declive sutil hacia regiones expiatorias, depende de ti dar el paso que te conducirá un escalón más hacia la luz o el salto al despeñadero de la sombra.

Valoriza la existencia terrestre y camina hacia adelante, convirtiendo la lucha redentora en recursos de ascensión.

Recuerda que el tiempo es el mayordomo fiel de la vida, y si la bondad del Señor te concedió para hoy la riqueza del cuerpo físico, la justicia de Él mismo, te espera, mañana, para la cuenta imprescindible.

Pintura de: Kim Nelson  tomada del Blog CARMENSABES POESIA Y ARTE 

Por el espíritu de: Emmanuel



Texto retirado del: Libro "ATENCIÓN".

domingo, 27 de septiembre de 2009

La oración de Petrus en el Camino de Santiago

Por Paulo Coelho 
El Alquimista

En determinado momento de mi peregrinación, llegamos a un campo de trigo liso y monótono, que se extendía por todo el horizonte. Petrus –mi guía– dejó caer su mochila en el suelo y se arrodilló, pidiéndome que yo hiciese lo mismo.
–Vamos a rezar para que si consigues encontrar la espada, la sostengas siempre con mano firme.
Petrus dijo que admiraba mucho al poeta brasileño Vinicius de Moraes, y que deseaba hacer una oración tomando como base su poesía. Entonces comenzó:

“Tened piedad de los que tienen piedad de sí mismos, y se consideran buenos e injustamente tratados por la vida porque no merecían lo que les sucedió –pues estos jamás conseguirán sostener el Buen Combate–. Y tened piedad de los que son crueles consigo mismos y solo ven maldad en sus propios actos, y se consideran culpables por las injusticias del mundo. Porque estos no conocen Tu ley que dice: Hasta los hilos de tu cabeza están contados”.

“Tened piedad de los que mandan y de los que sirven muchas horas de trabajo, y se sacrifican a cambio de un domingo donde está todo cerrado y no existe lugar adonde ir. Pero tened piedad de los que santifican su obra, traspasan los límites de su propia locura y terminan endeudados o clavados en la cruz por sus propios hermanos. Porque estos no conocerán Tu ley que dice: Sed prudentes como las serpientes y simples como las palomas”.

“Tened piedad de los que comen y beben y se hartan, pero son infelices y solitarios en su hartazgo. Pero tened más piedad aún de los que ayunan, censuran, prohíben y se sienten santos y van a predicar Tu nombre por las plazas. Porque estos no conocen Tu ley que dice: Si yo testifico respecto a mí mismo, mi testimonio no es verdadero”.

“Tened piedad de los que temen la muerte y desconocen los muchos reinos que recorrieron y las muchas muertes que ya murieron, y son infelices porque piensan que todo acabará un día. Pero tened más piedad de los que ya conocieron sus muchas muertes y hoy se juzgan inmortales porque desconocen Tu ley que dice: Quien no nazca de nuevo, no podrá ver el Reino de Dios”.

“Tenedla de los que no creen en nada, porque ellos nunca oirán la música de las esferas. Pero tenedla más aún de los que poseen la fe ciega, y en los laboratorios transforman mercurio en oro, y están rodeados de libros sobre los secretos del Tarot y el poder de las pirámides. Porque estos no conocen Tu ley que dice: Es de los niños el reino de los cielos”.

Tened piedad de nosotros, Señor. Porque muchas veces pensamos que estamos vestidos y estamos desnudos, pensamos que cometemos un crimen y en verdad salvamos a alguien. No os olvidéis en vuestra piedad que desenvainamos la espada con la mano de un ángel y la mano de un demonio sosteniendo el mismo puño. Porque estamos en el mundo, continuamos en el mundo y Te necesitamos. Necesitamos siempre Tu ley que dice: Cuando os mandé sin bolsa, sin alforjas y sin sandalias, nada os faltó”.

Petrus paró de rezar. El silencio continuaba. Él estaba mirando fijamente el campo de trigo que nos rodeaba. 


Texto retirado de: La Revista

viernes, 25 de septiembre de 2009

Respuestas De La Vida (25)

25 - DONACIONES MÍNIMAS

No menosprecie las "amadas "pequeñas donaciones".

El plato frugal que usted ofrece al necesitado será, probablemente, el recurso que necesita a fin de liberarse de los últimos riesgos de la inanición.

La pieza de vestuario que usted entregó al compañero en penuria, habrá representado el apoyo providencial con que se libró de grave enfermedad.

La reducida porción de medicina que usted consiguió donar en favor de un enfermo, tal vez fue el socorro que le auxilió para desviarse del último corredor en que resbalaría hacia la muerte.

La visita rápida que usted llevó al enfermo, tal vez fue el estímulo inesperado que lo arrancó del desánimo para los primeros pasos, en dirección al levantamiento de sus propias fuerzas.

El cortó dinero que usted dirigió al hermano en dificultad, ofreciéndole consuelo, posiblemente se transformó en el áncora en que él habrá vuelto al camino de la esperanza.

El minuto de tolerancia con que usted soportó la exigencia de una persona, en difícil conversación, habrá sido aquel que la ayudó a evitar un encuentro desagradable o un determinado accidente.

Algunas pocas frases en un diálogo constructivo, serán el vehículo por el cual su interlocutor evitará rendirse a las ideas de suicidio o delincuencia.

Sus instantes de silencio caritativo, ante ese o aquel agresor, significarán el amparo de que usted no prescinde, a fin de aceptar la necesidad de la propia renovación.

No menosprecie el valor de las pequeñas donaciones.

Su concurso supuestamente insignificante, puede ser el ingrediente complementario que esté faltando en valiosa pieza de salvación.

Pintura de: Montserrat Gudiol i Corominas tomada del Blog CARMENSABES POESIA Y ARTE


Por el espíritu de: Andre Luiz

Psicografía: Francisco Cándido Xavier 

Texto retirado del libro: Respuestas de la Vida

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Vida y Sexo (13)

13. Tedio en el Hogar.

 Pregunta –Puesto que los espíritus simpáticos son inducidos a unirse, ¿A qué se debe que, entre los Espíritus encarnados, el afecto es a menudo unilateral, y que el amor más sinceros sea acogido con indiferencia y aun repelido, a que se debe, por otra parte, que el afecto más vivo entre dos seres puede trocarse en antipatía y en odio a veces?

-¿No comprendes que, aunque pasajero, ese es un castigo? Además, ¿Cuántos hay que creen amar desatinadamente, por que sólo juzgan por las apariencias, y cuando se ven precisados a vivir con las personas, no tardan en conocer que no pasa de ser una manía material? No basta estar prendado en una persona que os gusta y a quién críes de buenas cualidades pues sólo viviendo realmente con ella podréis apreciarla. ¡Cuantos enlaces no hay también que, al principio, parecía que nunca llegarían a ser simpáticos, y que, cuando el uno y el otro se han conocido y estudiado bien, acaban por profesarse, un amor tierno y duradero, por que esta basado en la estimación! Es preciso no olvidar que es el Espíritu quien ama, no el cuerpo, y que cuando se ha disipado la ilusión material, el Espíritu ve la realidad.

Hay dos clases de afecto; el del cuerpo y el del alma, y a menudo se toma el uno por el otro. Cuando el afecto del alma es puro y simpático, es duradero; el del cuerpo es perecedero. E ahí por que los que creían profesarse amor eterno se odien, concluida la ilusión.
Pregunta No. 939 de El Libro de los Espíritus. 

Entre muchas criaturas comprometidas en los ajustes del corazón, el tedio aparece inesperadamente, agriando la vida en común.

Algunas veces, es el compañero quien se arroja en la indiferencia; en otras, es la compañera que se entrega al desierto de la indiferencia.

Una vez que aparecen semejantes plagas en el interior del nido domestico, es razonable se haga un juicioso auto análisis, de lado a lado, a fin de que éste parásito destructor de la felicidad sea erradicado completamente.

Cuando el hombre y la mujer confían completamente entre si, y más especialmente en su intimidad sexual, esta confianza es tan absoluta que pasan, prácticamente, a vivir una simbiosis de fuerzas, cual si las dos almas habitaran en un solo cuerpo. En la unión afectiva, ambas almas comparten el cerebro y el corazón vibrando en sintonía, resultando de ello una existencia indivisible.

Es comprensible que si uno de los dos compañeros o los dos caen en la indiferencia, sin preocuparse de los compromisos que asumieron conjuntamente, es la muerte de la unión la que sobreviene, inevitablemente, con los resultados infelices que se conocen, indiscutiblemente.
Ante la presencia del tedio, es necesario se ausculte cada uno, en su propio interior de manera que se descubra si el desequilibrio se halla enraizado en los incumplimientos matrimoniales, que marcan nuestra individualidad de las pasadas existencias, con el fin de corregirse, en salvadora medicina emotiva, evitando que por casualidad los arrastre hacia la necesidad de placeres inútiles. La sexualidad en el matrimonio existe sobre todo, en función de alimento magnético entre los dos corazones que se integran uno con el otro y de ahí procede la necesidad de vigilancia continua para que la armonía no se pierda.

En otros casos de la experiencia, observaran tanto el compañero como la compañera, de acuerdo al caso, que la influencia de alguien le llega al centro de su ser, y los insita a uniones sexuales diferentes.

Es el pasado que retorna presentando de nuevo a aquellas mismas criaturas, con quienes tal vez recorrieron un laberinto de experiencias francamente infelices. Cargan ellos consigo mismo los ingredientes de la seducción con los cuales nos apartaron de los compromisos asumidos, sugiriéndonos el regreso a procesos de vida incompatibles con nuestro deber e intentando derrumbar de la mente los cimientos del equilibrio que se han restaurado a través del tiempo.

Sea cual fuere el motivo en el que el tedio se fundamente, recurran los compañeros imantados en el hogar al apoyo reciproco, profundo, e intensivo. Con ello estarán defendiendo la armonía intima, sin herir el propio cuerpo. Y reeducándose sin lastimar a los que por ventura, les demuestran afecto, y si acogiéndolos, ya no en condición de cómplices de aventuras desastrosas a las que se rindieron antes, y si de hermanos queridos, con quienes podemos unirnos, en espíritu, en el más alto amor espiritual.

Pintura de: Charley Toorop  tomada del  Blog  CARMENSABES POESIA Y ARTE

Por el espíritu de: Emmanuel
Texto retirado del: Libro VIDA Y SEXO.

domingo, 20 de septiembre de 2009

La señal en Túnez

Por Paulo Coelho 
El Alquimista

Gracias a Dios, la sala está llena para la conferencia que voy a dar en este país africano. Dos intelectuales locales están encargados de hacer la presentación; nos encontramos antes, uno de ellos tiene un texto de dos minutos, el otro escribió una tesis sobre mi obra de un cuarto de hora de duración.
Un encuentro entre desconocidos en escenarios lejanos puede engrandecer la sensibilidad humana y la unión.
Comienza la conferencia. Las presentaciones no duran más de cinco minutos, y me quedan ahora cuarenta y cinco para un diálogo abierto. Digo que no estoy allí para explicar nada, sino que lo interesante sería establecer un diálogo.

Viene la primera pregunta, por parte de una joven: ¿qué son las señales de las que tanto hablo en mis libros? Le explico que es un lenguaje absolutamente personal que desarrollamos a lo largo de la vida, a través de aciertos y errores, hasta que entendemos cuándo nos está guiando Dios. Otro pregunta si fue una señal lo que me trajo a este lejano país, y le digo que sí, que estoy haciendo un viaje de 90 días para celebrar mis 20 años de peregrinación por el Camino de Santiago. 

Continúa la charla, el tiempo pasa rápidamente, hay que dar por finalizada la conferencia. Escojo al azar, de entre cerca de 600 personas, a un hombre de mediana edad, con un gran bigote, para la última pregunta.

Y el hombre dice:
-No quiero hacer ninguna pregunta. Solo quiero mencionar un nombre. 

Y dice el nombre de una pequeña ermita, que se encuentra en mitad de ninguna parte, a miles de kilómetros del lugar donde me encuentro, donde un día coloqué una placa dando gracias por un milagro. Y adonde fui, antes de esta peregrinación, para pedir a la Virgen que protegiese mis pasos. 

Ya no sé cómo continuar la conferencia. Las palabras que vienen a continuación las escribió Adam Fethi, uno de los dos escritores que forman la mesa:

“Y de repente, en aquella sala, parecía que había parado de moverse el Universo. Tantas cosas sucedieron: vi tus lágrimas. Y vi las lágrimas de tu dulce mujer, cuando aquel lector anónimo pronunció el nombre de una capilla perdida en un lugar del mundo. 

“Perdiste la voz. Tu rostro sonriente se tornó serio. 

“Allí también estaba yo, con un nudo en la garganta, sin saber por qué. Busqué a mi mujer y a mi hija en la sala; siempre las busco cuando me siento cerca de algo que no conozco. Ellas estaban allí, pero tenían los ojos fijos en ti. 

“Entonces intenté fijarme en Cristina, pidiendo socorro, intentando comprender lo que estaba sucediendo. Y vi que también ella lloraba, en silencio. 

“Y durante unos largos segundos no hubo sala, ni público, ni nada. Tú y tu mujer os habías marchado a un lugar adonde nadie podía seguiros; lo único que había era la alegría de vivir todo eso, que era contado sólo con el silencio y la emoción. 

“Las palabras son lágrimas que fueron escritas. Las lágrimas son palabras que necesitan salir a borbotones. Sin ellas, ninguna alegría tiene brillo, y ninguna tristeza tiene final. Por lo tanto, gracias por tus lágrimas.” 

Debería haberle dicho a la chica que me había hecho la primera pregunta, acerca de las señales, que allí había una de ellas. Pero creo que no era necesario: debió de darse cuenta.


Texto retirado de: La Revista

viernes, 18 de septiembre de 2009

NO HUYAS

Cuando las sombras de provocación se hagan densas, al rededor de tus pasos, permanece firme en la confianza en Dios y en ti mismo, siguiendo adelante en las tareas que abrazaste en la siembra del bien.

No existen tribulaciones inextinguibles.
Sobre todo, no te omitas.
Acepta los encargos que las circunstancias te imponen, buscando cumplirlos con lo mejor que tengas a tu alcance.

No te aflijas en las dificultades.
Anota las bendiciones de que dispones.
Consérvate fiel a las propias obligaciones, en la certeza de que la Divina Providencia te ofrecerá los recursos precisos para que cualquier desequilibrio desaparezca.

Desapégate de toda idea referente al mal.
Bendice a cuantos no razonen según tus principios.
Muchas veces, los adversarios de hoy, si supiéramos respetarlos con sinceridad, estarán posiblemente mañana en la hilera de nuestros mejores benefactores.

No te lamentes.
El aguacero que te incomoda, es apoyo de la naturaleza para que no te falte lo indispensable en la Vida.

No exijas de los otros cualidades que todavía no posees.
El árbol naciente aguarda de ti la bondad y la tolerancia para que pueda ofertarte en tiempo cierto los propios frutos.

Por más áspero que se muestren los obstáculos de la senda, sigue adelante.
Si alguien te hirió, disculpa y prosigue al frente.
No procures en la muerte provocada, el olvido que la muerte no te dará.
No huyas de los problemas con que la vida te instruye.
La vida, como la hicieses, estará contigo en cualquier parte.
Recuérdate siempre: cada día nace del nuevo amanecer.


Por el espíritu de: Emmanuel
Texto retirado del: Libro "ATENCIÓN".

martes, 15 de septiembre de 2009

RESPUESTAS DE LA VIDA (24)

24 - TAL VEZ HOY

Tal vez hoy: surgirá quien procure dictar lo que usted necesita hacer, entretanto, aunque agradeciendo las loables intenciones de quien le ofrece puntos de vista, oiga, ante todo, su propia conciencia en cuanto al deber que le corresponde; es posible que aparezca algún corazón amigo imponiéndole cuadros de pesimismo y perturbación, respecto a las dificultades del mundo; sin embargo, compadeciéndose de la criatura que se entrega al derrotismo y al desánimo, usted observará la renovación hacia el bien que la Sabiduría Divina promueve en todas partes; es probable que esa o aquella persona quiera imponer a usted ideas sobre cansancio y dolencias; pero, a pesar de su gratitud a los que le deseen bienestar, usted proseguirá trabajando y sirviendo al alcance de sus fuerzas; posiblemente, noticias menos agradables vengan a suscitarle inquietudes y trazarle problemas; con todo, usted conservará la propia paz y no se desligará de sus oraciones y pensamientos de optimismo y esperanza.

Tal vez hoy todo parezca contra usted, pero usted proseguirá comprendiendo y actuando, en apoyo al bien, teniendo la certeza de que Dios está con nosotros y de que mañana será otro día.

Pintura deHans Dahl tomada del Blog IMAGINA Y CREA


Por el espíritu de: Andre Luiz

Psicografía: Francisco Cándido Xavier 

Texto retirado del libro: Respuestas de la Vida

domingo, 13 de septiembre de 2009

Sobre las maneras de rezar

Por Paulo Coelho 
El Alquimista

El arzobispo Macario afirma en uno de sus escritos que las puertas del cielo están abiertas para el que haga uso de la oración. No obstante, no siempre valoramos este medio de comunicación con Dios, por considerarlo sencillo o – paradójicamente – demasiado complicado. Es preciso recordar que en la Biblia, en el libro segundo de los Reyes (capítulo 20), se cita un poderoso ejemplo que ilustra la fuerza de la oración.
El profeta Isaías va a la casa de Ezequías, y le anuncia: “pon en orden tu casa, pues vas a morir”.

En los libros sagrados y viejas tradiciones se realza con fuerza la importancia de dirigirse a Dios.
Ezequías, desesperado, se vuelve contra la pared y clama al Señor: “¡Caminé fielmente frente a Ti, haciendo lo que era agradable a tus ojos!” Y llora.

Antes de que Isaías deje el patio interno, el Señor se dirige nuevamente a él: “Vuelve y dile a Ezequías, mi siervo: escuché tu plegaria y vi tus lágrimas. Voy a curarte, y te daré quince años más de vida”.

A continuación, dos historias sobre la importancia de rezar.

El ángel explica la penitencia
El Verba Seniorum – colección de textos sobre los monjes que vivían en el desierto en los primeros tiempos de la era cristiana – cuenta la historia de un ermitaño que consiguió ayunar durante un año, comiendo apenas una vez por semana.

Cuando terminó su penitencia, dirigió su vista al cielo y le pidió a Dios que le revelase el verdadero significado de determinado pasaje bíblico.
No escuchó ninguna respuesta.

–Qué pérdida de tiempo – se dijo a sí mismo–. ¡Hice todo este sacrificio por Dios y ahora nada me responde! Será mejor salir de aquí y encontrar a algún otro monje que conozca el significado de este texto.

En este momento, apareció un ángel.
–Los doce meses de ayuno sólo te sirvieron para creer que eres mejor que los demás, y Dios no escucha a los vanidosos. Pero cuando fuiste humilde y pensaste en pedir ayuda a tu prójimo, Dios me envió.
Y entonces el ángel le reveló al ermitaño lo que quería saber.

La oración de los rebaños 
La tradición judaica cuenta la historia de un pastor que siempre le decía a Dios: “Señor del Universo, si tienes un rebaño, yo lo cuidaré sin pedir nada a cambio, porque te amo mucho”.

Cierto día, un sabio escuchó la extraña oración. Preocupado con que pudiera tratarse de una ofensa a Dios, le enseñó al pastor los rezos que conocía.

Pero en cuanto se separaron, el pastor se olvidó de las palabras correctas y, temiendo ofender a Dios ofreciéndole guardar rebaños, decidió abandonar por completo cualquier tipo de oración.

Aquella misma noche, el sabio tuvo un sueño:
– ¿Quién cuidará ahora de los rebaños del Señor?– decía un ángel – El pastor rezaba con el corazón, y tú le has enseñado a rezar sólo con la boca.

Al día siguiente el sabio regresó al campo, le pidió perdón al pastor, e incluyó la Plegaria del Rebaño en su libro de oraciones
.

Texto retirado de: La Revista

viernes, 11 de septiembre de 2009

VIDA Y SEXO (12)

12. Inconvenientes

Sed indulgentes, amigos míos, porque la indulgencia atrae, calma, eleva; mientras que el rigor desalienta, aleja e irrita.
Item l6 del Cap. X, de  El Evangelio Según el Espiritismo”.

Es muy común observar que la unión matrimonial motivada por el interés material, repentinamente se deshace.

Aparecen obstáculos en los cónyuges, en transcurrir cotidiano. Conflictos, molestias, desniveles, incompatibilidad de carácter y temperamento.
En ciertos momentos de la experiencia, es la mujer quién se caso creyendo encontrar en el esposo el retrato psicológico del papá, con quién ha compartido desde su nacimiento; en otros, es el hombre quién exige de la compañera la continuidad de su progenitora, a quien se unió desde la vida fetal.

Ocurre, también, que el matrimonio es una rompimiento de los compromisos del pasado, a través de los cuales el navío de la existencia se ha mantenido anclado por mucho tiempo. En el viaje, que inician los dos, el compañero y la compañera, se descubren , uno frente al otro, tal y como son en la realidad mostrando en toda la extensión de la palabra, los defectos y las virtudes que, por ventura lleven a sus espaldas. Desigualdades e incompatibilidades aparecen continuamente, amenazando la estabilidad de la embarcación doméstica, lanzada a las aguas del mar de la experiencia.

Es razonable convocar la ayuda de los técnicos capaces de sanar las averías del barco en peligro, ya sean médicos, ó psicólogos, amigos ó consejeros, cuya contribución será siempre de inapreciable valor; mientras tanto en el desarrollo de pruebas y obstáculos, el conocimiento de la reencarnación ejerce una tarea de importancia ya que trae a los interesados un nuevo campo de observaciones y reflexiones, que los invita a la comprensión y tolerancia sin la cuales el reajuste se hallaría cada vez más lejos. Hombre y mujer usando la llave de semejante entendimiento, pasan mecánicamente a darse cuenta que es preciso deshacer y renovar los sentimientos, más en base de la comprensión, la serenidad, el amor y la paz.

Urge darnos cuenta que el “nosotros” de la comunión afectiva, no hace la unión de los dos seres que lo constituyen.

Cada cónyuge durante el proceso de ajuste, continúa con su individualidad de carácter. Y no siempre las características del uno tienen afinidad con las del otro. De ahí la necesidad de una mutua aceptación, con la obligación de mejorar la unión matrimonial. Para esto no bastarán las providencias superficiales. Hay que internar el raciocinio en consideraciones más profundas para que las raíces del desequilibrio sean erradicadas de la mente. Aceptando el problema, es forzoso admitir al compañero o a la compañera como son o como se presentan en la embarcación domestica. Y, con esto, se inicia la obra de la construcción o de la reedificación reciprocas.

Es obvió que las conclusiones y las actitudes no se debe imponer en el campo mental; mientras tanto no se arrepentirá quien se disponga a estudiar los principios de la reencarnación y de su responsabilidad en su propio camino.

Se obtiene de la vida lo que a ella se le da, se recoge lo que se ha sembrado.

Habitualmente, el hombre recibe la mujer, como la dejo y en el punto en que la dejó en el pasado, esto es en las estancias del tiempo que se fue, para continuar con la obra de elevación en el tiempo actual, ocurriendo lo mismo con la mujer.

El compañero desorientado, enfermo o infiel, es aquel hombre que la compañera actual condujo en pasadas existencias a la perturbación, a la enfermedad o a la infidelidad, a través de actitudes que lo arrojaron a deplorables estados compulsivos; y la compañera, en esas condiciones atraviesa necesidades y pruebas de la misma especie.

Solamente a base de la indulgencia y del perdón reciproco, más fácilmente comprensible con el conocimiento de la reencarnación, y con las indicaciones que se muestran en el equipo familiar, conseguirán tanto el compañero como en la compañera del hogar el triunfo esperado, en las batallas y compromisos que abrazan abriendo para si mismos la puerta de la paz, de la luz y de la liberación.

Pintura deWilliam Merritt Chase tomada del Blog IMAGINA Y CREA

Por el espíritu de: Emmanuel
Texto retirado del: Libro VIDA Y SEXO.
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