La mascota del blog

jueves, 31 de diciembre de 2009

El Año Nuevo y el guerrero de la luz

Por Paulo Coelho
El Alquimista

Un guerrero de la luz nunca se olvida de la gratitud. Durante los 365 días anteriores, recibió la ayuda de los ángeles; las fuerzas celestiales pusieron cada cosa en su lugar, y permitieron que él pudiese dar lo mejor de sí mismo. Y fue ayudado por sus amigos, que durante este tiempo estuvieron a su lado.

“Un guerrero procura saber si puede contar con estas tres virtudes: habilidad, puntería y conciencia de sí mismo”.

Un guerrero no necesita que nadie le recuerde la ayuda que recibió de los demás: se acuerda por sí mismo, y comparte con los otros la recompensa y las decisiones para el futuro.

Aprendiendo el objetivo
Un guerrero de la luz, antes de entrar en un combate importante, se pregunta a sí mismo: “¿Hasta qué punto desarrollé mi habilidad?”.
Sabe que las batallas que trabó en el pasado siempre terminaron enseñándole alguna cosa. Sin embargo, muchas de estas enseñanzas hicieron que el guerrero sufriera más de lo necesario. En más de una ocasión, perdió su tiempo luchando por una mentira.
Pero los victoriosos no repiten el mismo error.
Un guerrero no puede negarse a luchar, pero también sabe que no debe arriesgar sentimientos importantes a cambio de recompensas que no están a la altura de su amor.
Por eso el guerrero solo arriesga su corazón por algo que merezca la pena.

Entendiendo las propias cualidades
Un guerrero de la luz conoce sus defectos. Pero conoce también sus cualidades.
Algunos compañeros se quejan constantemente: “Los demás tienen más oportunidades que nosotros”.
Tal vez tengan razón, pero un guerrero no se deja paralizar por esto, sino que procura valorizar al máximo sus virtudes.
Sabe que el poder de la gacela es la habilidad de sus piernas. El poder de la gaviota es su puntería para capturar al pez. Aprendió que un tigre no tiene miedo de la hiena porque es consciente de su fuerza.
Un guerrero procura saber si puede contar con estas tres virtudes: habilidad, puntería y conciencia de sí mismo.
Si las tres están presentes, él no duda en seguir adelante. Si no lo están, se adiestra hasta poder confiar en sus actitudes.

Aprendiendo a esperar
Un guerrero de la luz respeta la principal enseñanza del I Ching: “La perseverancia es favorable”. Pero sabe que la perseverancia nada tiene que ver con la obcecación. Hay épocas en las que los combates se extienden más de lo necesario, agotando fuerzas y debilitando el entusiasmo.
En estos momentos, el guerrero reflexiona: “una guerra prolongada termina destruyendo al propio país victorioso”.
Entonces retira sus fuerzas del campo de batalla y se da una tregua a sí mismo.
Persevera en su objetivo, pero sabe esperar un momento mejor para el próximo ataque.
Un guerrero siempre retorna a la lucha. Pero no lo hace por testarudez, sino porque siente los cambios que se producen a lo largo del tiempo.

Texto retirado de: La Revista

domingo, 27 de diciembre de 2009

TOLERA CONSTRUYENDO

Cuando más violencia haya en el mundo, en torno a nosotros, más alta será nuestra necesidad de tolerancia para que se reduzcan los impactos destructivos.

Cuanto puedas, en las áreas de actuación que reclamaran respeto, amplia tus investiduras de comprensión y paciencia, garantizando la paz y la seguridad allí donde estuvieres.

Cierto compañero habrá faltado al pago que te es debido, de esa o aquella ayuda importante.
Si no te encuentras bajo el domino de necesidades apremiantes, compadécete de él y aguarda más tiempo.

En la calle, posiblemente, alguien te dirigió palabras injuriosas que te perturbaron la sensibilidad.
Calla en oración , pidiendo a la Divina Providencia auxilio y entendimiento, en beneficio de aquellos que te agredieron.
Las personas que te insultan, con certeza se comportan bajo el yugo de sufrimientos que nunca experimentaste.

Determinado amigo se te atravesó en la senda, empalmándote recursos, para cuya definitiva adquisición te habías sacrificado largamente. Nada reclames.
Probablemente, estará conturbado por deudas de rescate urgente, que lo hacen olvidar las alegrías y deberes de la amistad.

Personas particularmente queridas te habrán dejado a solas, en la excusa de compromisos asumidos.
No te rebeles y continua haciendo y sirviendo.
Semejantes criaturas estarán bajo los trastornos y dificultades del sentimiento y de la vida, esperando de ti , paciencia y bondad para no caer en el pozo de la delincuencia.

Compadécete de los otros, auxiliándolos cuando puedas, ora y camina hacia adelante.
Nunca retribuyas mal por mal.
Contribuye con tu parcela de amor para que el odio desaparezca.

Si los daños sufridos por ti, en esa o aquella situación calamitosa, fueron tan grandes que te inclinaron hacia cualquier providencia punitiva, olvida el mal y perdona los agravios, recordando siempre, que en todas partes, se cumplen espontáneamente los procesos de la Justicia de Dios.

Pintura de: Pere Ventura Julià, tomada del blog OBRA ARTISTICA.
Por el espíritu de: Emmanuel
Texto retirado del: Libro "ATENCIÓN".

jueves, 24 de diciembre de 2009

Las sandalias de José

Por Paulo Coelho
El Alquimista

Cuento de Navidad
Hace muchos años, tantos que ya hemos olvidado la fecha exacta, vivía en una aldea del sur de Brasil un niño de siete años llamado José. Había perdido a sus padres muy pronto, y había sido adoptado por una avariciosa tía que, aunque tenía mucho dinero, apenas gastaba algo con su sobrino.

José, que jamás había conocido el sentimiento del amor, creía que la vida era así, y no se enfadaba por eso. Como vivían en un barrio de gente rica, su tía forzó al director del colegio a aceptar a su sobrino, pagando solo una décima parte de la mensualidad, y amenazándolo con protestar ante el alcalde si no lo hacía.

El director no tuvo elección, pero siempre que podía les decía a sus profesores que humillasen a José, esperando que, de esa manera, se portara mal y valerse, así, de un pretexto para expulsarlo. Sin embargo, José, que jamás había conocido el amor, creía que la vida era así, y no se enfadaba por eso.

Llegó la Nochebuena. Todos los alumnos fueron obligados a asistir a misa en una iglesia lejos del pueblo, ya que el sacerdote del lugar estaba de vacaciones. Por el camino, los niños y las niñas hablaron sobre lo que iban a encontrar en sus zapatos a la mañana siguiente: ropa de moda, juguetes caros, chocolatinas, patinetes y bicicletas.

Todos iban bien vestidos, como siempre en los días especiales, salvo José, que seguía vistiendo ropa zarrapastrosa y calzando unas sandalias gastadas y demasiado pequeñas para sus pies (su tía se las había dado cuando solo tenía cuatro años, y le dijo que no le daría otras hasta que cumpliese diez).

Algunos niños le preguntaron por qué era tan miserable y le dijeron que se avergonzaban de tener un amigo que vestía y calzaba de aquella manera. Como José no conocía el amor, no se enfadaba por aquello.

Sin embargo, cuando entró en la iglesia, escuchó el órgano y vio las luces encendidas, la gente bien vestida, las familias unidas y los padres abrazados a los hijos, José se sintió la más miserable de las criaturas.

Después de la comunión, en vez de volver a casa con el grupo, se sentó a la entrada de la capilla y se puso a llorar; aunque no conocía el amor, ahora entendía lo que era estar solo, desamparado, abandonado por todos.

En aquel momento, vio a un niño a su lado, descalzo, que parecía tan miserable como él. Como nunca lo había visto, dedujo que debía de haber caminado mucho para llegar hasta allí. "Deben de dolerle mucho los pies a este chico", pensó.

"Voy a darle una de mis sandalias, así por lo menos, alivio la mitad de su sufrimiento". Porque aunque no conocía bien el amor, José conocía el sufrimiento, y no deseaba que los demás sintieran lo mismo.

Le dejó una de sus sandalias al niño y volvió con la otra; de vez en cuando la cambiaba de pie, para no lastimarse mucho con las piedras del camino. En cuanto llegó a casa, la tía vio que su sobrino había perdido una de las sandalias y lo amenazó: si no conseguía recuperarla antes de la mañana siguiente, sería castigado severamente.

José se fue a la cama sintiendo miedo, pues conocía los castigos que le solía aplicar su tía. Se pasó la noche temblando por el miedo, apenas pudo conciliar el sueño y cuando ya estaba a punto de conseguir dormirse, oyó muchas voces en la sala de estar.

Su tía entró corriendo en la habitación, preguntándole qué había pasado. Todavía atontado, José fue hasta la sala y vio que la sandalia que le había dejado al niño estaba en medio de la sala, cubierta de todo tipo de juguetes, bicicletas, patinetes, ropa. Los vecinos gritaban, decían que a sus hijos les habían robado, ya que no habían encontrado nada en sus zapatos cuando se despertaron.

Entonces, apareció apresuradamente el sacerdote de la iglesia en la que habían celebrado la misa; a la entrada de la capilla había aparecido una estatua de un Niño Jesús vestido de oro, pero con una sola sandalia en los pies. Inmediatamente se hizo el silencio, la comunidad alabó a Dios y sus milagros, la tía lloró y pidió perdón. Y el corazón de José se llenó de energía y del significado del Amor.
(Basado en un cuento de 1903, de François Coppée).


Acuarela de: Pedro Barahona, tomada del blog: ACUARELAS: P.BARAHONA

Texto retirado de: eluniverso.com

lunes, 21 de diciembre de 2009

El Tíbet y la reencarnación

Por Paulo Coelho
El Alquimista

Cuando le preguntaron si era la reencarnación de los anteriores Dalai Lamas, el actual líder espiritual del Tíbet respondió: Se trata de un asunto muy complicado. Algunas personas se reencarnan, otras son apenas símbolos del ser que desencarnaron.

“Nuestra consciencia sutil –que existe en todos los seres humanos, pero que normalmente está adormecida– permanece después de la muerte”.

Es decir: el Dalai Lama no respondió ni que sí ni que no. Sin embargo, de acuerdo con las enseñanzas del budismo tibetano, nuestra consciencia sutil –que existe en todos los seres humanos, pero que normalmente está adormecida– permanece después de la muerte.
En esta consciencia sutil se archivaron todas las acciones, los gestos y las intenciones de la vida que acaba de terminar. Todo eso, tras permanecer algún tiempo en el espacio vacío, termina por encontrar de nuevo su forma física en un nuevo cuerpo.

El pueblo tibetano procura archivar en esta consciencia sutil (una variación de lo que conocemos como alma) una serie de comportamientos que ayudarán en la próxima vida. Cuantas más veces se repita la tarea, más fuerte será la marca que se deja, por esta razón, los rituales religiosos son casi diarios.

Además de realizar esta serie de ejercicios premeditados, en el Tíbet, cuando un maestro muere, procura dejar pistas para que su próximo cuerpo sea fácilmente reconocido.

En 1935 nació el Lama Yeshe, que dedicó su vida a estudiar el misticismo tibetano, fue al exilio durante la invasión china y acabó sus días en California. El día de su muerte llamó a su discípulo favorito y le dijo que en esta ocasión se reencarnaría en Occidente. Pasaron algunos años y el discípulo soñó con Yeshe, quien le pedía que fuera a buscarlo.

Así lo hizo, y visitando los diversos monasterios fundados por su maestro terminó en la ciudad de Bubión, al sur de España, donde encontró a un niño que había nacido justo el día que tuvo aquel sueño. Le mostró al chico una serie de campanillas y de collares de cuentas, y el niño, que tenía entonces dos años, seleccionó exactamente los que habían pertenecido al Lama Yeshe, con lo que fue proclamado como su reencarnación y fue conducido a un monasterio para ser educado según los rituales tibetanos.

El antecesor del actual Dalai Lama indicó dónde debería renacer. Tres o cuatro años después de su muerte, unos monjes fueron a una aldea de la zona este del Tíbet y encontraron a un niño que coincidía con la descripción. A este niño –el actual Dalai Lama– lo llevaron al palacio de Potala, en Lhasa. Nada más llegar, se puso a caminar por el palacio con gran naturalidad y, en un momento dado, vio una caja.
–Mis dientes están ahí– dijo.

En realidad, la caja contenía la dentadura postiza de su predecesor.

La vaga respuesta del principio de este artículo, dada por el Dalai Lama al periodista Mick Brown, tiene su razón de ser: todos los grandes maestros tibetanos siempre dejan marcas semejantes al ejemplo mencionado, pero es imposible verificarlas o comprobarlas fuera de su contexto cultural.

Eso produjo toda una serie de falsos maestros brotando en diferentes puntos del planeta, garantizando que pertenecían a un linaje de verdaderos sabios, pero cuyo único propósito era reunir un grupo de discípulos que contribuyesen financieramente a su bienestar.

Texto retirado de: La Revista

jueves, 17 de diciembre de 2009

Vida y Sexo (19)

19. Unión libre.
Pregunta – Entre la poligamia y la Monogamia, ¿ cual esta más conforme con la ley natural?
Respuesta – la poligamia es una ley humana cuya abolición señala un progreso social. El matrimonio, según las miras de Dios debe estar fundado en el afecto de los seres que se unen. En la poligamia, no hay afecto real, sino sensualidad..
Pregunta 701 , de El Libro de los Espíritus.

Se contempla la posibilidad de la legalización de las relaciones sexuales libres, como si fuera necesario tener a plena disposición compañías para la satisfacción de los impulsos sexuales, como si se escogiesen manjares o vitaminas en un restaurante.
Las relaciones sexuales, mientras tanto generan grandes responsabilidades.

El Hombre o la mujer, tomando la compañera o el compañero para la unión afectiva, de manera egoísta solo conseguirá, dañarse así misma.

Referente a este tema, no se trata únicamente de la unión frente al matrimonio legalmente constituido. Si no que también cobija a los compañeros que observan en la unión sexual deberes y responsabilidades a cumplir entre si, y frente a los preceptos humanos voluntariamente aceptados, en el plano de las llamadas uniones extralegales, también se hallan igualmente sometidos a los principios de las leyes divinas.

Cada espíritu tiene consigo en su interior el santuario, levantado al amor, y ningún espíritu menoscabara el “lugar sagrado” de otro Espíritu, sin lesionarse a sí mismo.

Darle una pretendida legitimidad a las relaciones sexuales irresponsables seria tratar a las personas como si fueran cosas y si las propias cosas en la condición de objetos solicitan respeto, ¿que se dirá del debido respeto para con la conciencia de cada uno?

Es obvio que nadie podrá en sano juicio, recomendar la soledad para las criaturas
abandonadas o desamparadas por sus propios compañeros o compañeras a quienes se entregaron confiados; pero eso, no autoriza a nadie para establecer una libertad indiscriminada respecto a las relaciones sexuales que resultarían únicamente permitidas o aceptadas por si mismos.

Reglamentando el ajuste afectivo entre dos personas, se levanta, entre ellas, el respectivo respeto a la fidelidad natural, frente a los compromisos tomados ya sea para la formación del hogar y de la familia o para la constitución de obras o valores del espíritu.

Desechos los votos tomados, es claro que la ruptura corre a cuenta de aquel que la propicio, con la aceptación de las debidas consecuencias que se derivan de esta conducta.

Toda siembra obligatoriamente recibe su cosecha. Es razonable que nos acordemos de esto, pues el autor o la autora de la violación frente a los principios de causa y efecto, es considerado un violador de almas, asumiendo con las victimas la obligación de restaurarlas, hasta el punto en el cual las perjudico, aún cuando en la conceptuación incompleta del mundo esas criaturas hayan sido supuestamente ya perjudicadas o injuriadas por alguien.

El diamante en el lodo, no deja de ser un diamante, sin con ello perder el valor que tiene frente a la vida.

La criatura en sufrimiento no deja de ser una creación de Dios, sin perder por esta razón la inmortalidad de que es portadora frente al universo.

Que una tentación de retorno a las conductas poligámicas puede ocurrir habitualmente en cualquier persona en la tierra es natural. En numerosas circunstancias, el pasado puede estar vivo en nuestras inclinaciones y tendencias. Mientras tanto, los deberes tomados en el campo del amor, ante la luz del presente, deben prevalecer, por encima de cualquier deseo inoportuno; toda vez que el compromiso crea leyes en el corazón, y no se dañan los sentimientos ajenos sin su correspondiente resultado en la vida.

Obsérvese que en los capítulos del sexo, los designios superiores de la infinita sabiduría orienta nuestros destinos, y es en ese sentido que
urge considerar que la voluntad de Dios, en esencia, es el deber en su más alta expresión trazado para cada uno de nosotros, en el tiempo llamado “hoy”. Y si el “hoy” se halla lleno de complicaciones y de problemas, al mirar el “ayer”, depende de nosotros la armonía o el desequilibrio del “mañana”.

Pintura de: Émile Friant, tomada del blog: IMAGINA Y CREA

Por el espíritu de: Emmanuel
Texto retirado del: Libro VIDA Y SEXO.

martes, 15 de diciembre de 2009

La música que venía de la capilla

Por Paulo Coelho
El Alquimista

El día de mi cumpleaños, El Universo me dio un regalo que quisiera compartir con mis lectores. En medio de un bosque cercano a la ciudad de Azereix, en el suroeste de Francia, hay una pequeña colina cubierta de árboles. Con una temperatura que roza los 40 grados centígrados, en un verano con casi 5.000 muertos en los hospitales a causa del calor, viendo los campos de maíz ya completamente destruidos por la sequía, uno no tiene muchas ganas de caminar. Sin embargo, le digo a mi mujer:

—Una vez, después de haberte dejado en el aeropuerto, di un paseo por este bosque y encontré un camino muy bonito. ¿Te gustaría verlo?

Christina divisa una mancha blanca a través del follaje, y pregunta qué es:
—Una pequeña ermita.

Le digo que el camino pasa por allí, pero la única vez que pasé por allí, estaba cerrada. Habituados como estamos a las montañas y los campos, sabemos que Dios está en todas partes, y no es necesario entrar en una construcción hecha por el hombre para poder encontrarlo. Muchas veces, durante nuestras largas caminatas, rezamos en silencio, escuchando la voz de la naturaleza y entendiendo que el mundo invisible siempre se manifiesta en el mundo visible. Después de media hora de subida, la ermita aparece en mitad del bosque y surgen las preguntas de siempre: ¿quién la construyó? ¿Por qué? ¿A qué santo o santa está dedicada?

Y a medida que nos acercamos, oímos una música y una voz que parece llenar de alegría el aire que nos rodea. “La otra vez que estuve aquí, no estaban estos altavoces”, me digo, extrañado ante el hecho de que alguien ponga música para atraer a los visitantes en un camino pocas veces recorrido.

Pero al contrario de lo que ocurrió en mi caminata anterior, la puerta está abierta. Entramos, y parece que estamos en otro mundo: la capilla iluminada por la luz de la mañana, una imagen de la Inmaculada Concepción en el altar, tres hileras de bancos, y, en un rincón, en una suerte de éxtasis, una joven de aproximadamente 20 años de edad, tocando el violín y cantando, con los ojos fijos en la imagen delante de ella.

Enciendo las tres velas que acostumbro encender cuando entro por primera vez en una iglesia (por mí, por mis amigos y lectores, y por mi trabajo). En seguida miro hacia atrás: la chica ha notado nuestra presencia, sonríe y sigue tocando. Desciende entonces desde los cielos sobre nosotros la sensación de estar en el Paraíso. Como si pudiera entender lo que está sucediendo en mi corazón, ella combina música y silencio, y de vez en cuando levanta una plegaria.

Y yo me doy cuenta de que estoy viviendo un momento inolvidable en mi vida, algo de lo que solemos darnos cuenta cuando el momento mágico ya ha pasado. Estoy allí por entero, sin pasado, sin futuro, viviendo solo esa mañana, esa música, esa dulzura, esa plegaria inesperada. Entro en una especie de adoración, de éxtasis, de gratitud por estar vivo. Después de muchas lágrimas y de lo que me parece una eternidad, la chica hace una pausa, y mi mujer y yo nos levantamos, le damos las gracias, y yo le digo que me gustaría enviarle un regalo por haberme llenado de paz el alma. Ella dice que acude a ese lugar todas las mañanas y que esa es su manera de rezar. Yo insisto en el regalo, y ella, tras dudar, me da la dirección de un convento.

Al día siguiente le envío uno de mis libros, y al cabo de poco tiempo recibo su respuesta, en la que me comenta que aquel día salió de allí con el alma inundada de alegría porque la pareja que había entrado participó de la adoración y el milagro de la vida.

En la sencillez de aquella capilla, en la voz de la chica, en la luz de la mañana que lo inundaba todo, una vez más comprendí que la grandeza de Dios siempre se muestra a través de las cosas simples. Si alguno de mis lectores pasa algún día por la pequeña ciudad de Azereix y ve una ermita en mitad del bosque, que camine hasta ella. Si es por la mañana, allí habrá una joven sola alabando la Creación con su música. Su nombre es Claudia Cavegir, y su dirección es Communauté Notre-Dame de L Aurore, 63850 - Ossun, Francia. Con toda certeza, se alegrará mucho de recibir una postal.

Texto retirado de: eluniverso.com

domingo, 13 de diciembre de 2009

RESPUESTAS DE LA VIDA (32)

32 - AGENTES DE LO CONTRARIO

El recuerdo amargo no concertará el pasado.

La tristeza no le traerá luz al pensamiento.

El desánimo no tiene condiciones de prestar auxilio.

La amargura no pacifica el mundo íntimo.

La rebeldía no le hará ver el camino justo.

La crítica es factor de más soledad.

La irritación es la compañera del fracaso.

La intolerancia aleja la simpatía.

El resentimiento es veneno en usted mismo.

La condenación es sombra que se esparce.

Evitemos esos agentes de lo contrario y procuremos trabajar, con la certeza de que, sirviendo, encontraremos la bendición de la alegría por nuestro clima permanente de luz.

Pintura de: Rogger Oncoy, tomada del blog ROGGER ONCOY- acuarelas -watercolors

Por el espíritu de: Andre Luiz

Texto retirado del libro: Respuestas de la Vida
Gracias por visitar Conspicuo y Perspicuo.
Si tienes tiempo visita Colofón.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Una Palabra Ya Olvidada

Por Paulo Coelho
El Alquimista

Delicadeza: esta palabra expresa un sentimiento cada vez más difícil de encontrar. Todos nosotros pasamos muchos días, o semanas enteras, sin recibir ningún gesto de cariño del prójimo. Son periodos difíciles, en los que el calor humano desaparece y la vida se resume en un arduo esfuerzo de supervivencia.

En los momentos en que el fuego ajeno calienta nuestra alma, debemos examinar nuestro propio hogar. Debemos colocar en él más leña e intentar iluminar la sala oscura en que se transformó nuestra vida.

Si somos capaces de amar, también seremos capaces de recibir amor; tan solo es cuestión de tiempo. Es por ello que ahora, más que nunca, hay que recordar la palabra olvidada: delicadeza.

El respeto para con los otros
Roseana Murray, una de las poetisas de más talento de nuestra generación, escribió Manual de la delicadeza - de la A a la Z (Editorial FTD). A continuación, algunos de sus versos:

El alma es invisible
Un ángel es invisible
El viento es invisible
El pensamiento es invisible

Y así y todo con delicadeza
se puede entrever el alma
se puede adivinar el ángel
se puede sentir el viento
se puede cambiar el mundo
con algunos pensamientos

De la delicadeza con uno mismo
El texto está adaptado de un poema de John Muir (1838-1914):
“Quiero dejar mi alma libre, para que pueda disfrutar de todos los dones que poseen los espíritus. Cuando esto sea posible, no intentaré conocer los cráteres de la luna, ni seguir los rayos de sol hasta su fuente. No intentaré entender la belleza de la estrella, o la desolación artificial del ser humano.

“Cuando sepa cómo liberar mi alma, seguiré a la aurora, y volveré con ella a través del tiempo. Cuando sepa liberar mi alma, me sumergiré en las corrientes que desembocan en un océano donde se cruzan todas las aguas y forman así el Alma del Mundo.

“Cuando sepa liberar mi alma, intentaré leer la espléndida página de la Creación desde el principio”.

De la delicadeza con la humanidad
Cuando Buda murió y llegó a las puertas del Paraíso, lo estaba esperando ya una multitud. Abrieron los portones y cantaron himnos en su loor, pero en lugar de entrar, Buda hizo una señal de que quería volver a la Tierra.

—Entra, estamos ansiosos por tu presencia –dijo una de las almas iluminadas.

—¿Cómo puedo entrar en un lugar que tantos hombres todavía no han tenido el privilegio de conocer? –preguntó Buda. —¿Cómo puedo entrar si el resto del mundo todavía no ha entrado?

“Prefiero quedarme aquí, y esperar al resto de la humanidad; la gran alegría de un ser humano es poder compartir, con delicadeza, su felicidad con los demás”.


Texto retirado de: La Revista

miércoles, 9 de diciembre de 2009

CONFIA, SIRVE Y SIGUE

El claro en las hileras ! ...
La salud en la marcha ! ...
En la jornada redentora de la fe, monte arriba, caminando hacia la meta vislumbrada por ideal, sufres la separación de los compañeros queridos, como si trajeses el corazón traumatizado por dolorosa cirugía.

Ansiarías seguir al frente, con todos aquellos que abrazaste en las horas primeras de confianza, cuando la renovación amanecía en los paisajes más íntimos de tu alma, mientras tanto, a medida que avanzas las agujas del reloj de la experiencia, marcan con más sufrimiento y más espanto, cuantos te dicen adiós, en el rumbo de otras realizaciones, a veces como si hubiesen perdido la brújula que les orientara en la existencia.

Continuas trillando hacia adelante, imaginando cargar aflictivas lesiones ocultas, mientras tanto, es forzoso que regeneres tus propios sentimientos en las fuentes de la comprensión , a fin de que te certifiques de que el amor no desapareció.

Recuérdate de que en los caminos de la evolución y de la vida, cada viajero transporta consigo necesidades y encargos diferentes, aún cuando se identifiquen todos en el mismo objetivo por alcanzar.

Ese es inducido a recoger a alguien que permanece en la distancia.

Otro debe buscar determinada afección por la cual se responsabiliza.

Aquel otro precisa apartarse temporalmente del grupo para rescatar cierta deuda, a fin de proseguir más tarde, sin ningún conflicto de conciencia.

También están los que se fatigaron en el trabajo y exigieron la pausa del descanso.

Los que adolecieron del punto de vista espiritual y requirieron hospitalización en la retaguardia.

Y otros que fueron llamados por orden del Plano Superior, al desempeño de tareas cuyas finalidades no nos es dado, de momento, percibir.

No mentalices decepciones, deserciones, desengaños y desencantos.

Bendice a todos, a todos los compañeros del servicio y de la esperanza que asumen posiciones diferente de la tuya , y entusiásmate cada vez más, en la ejecución de la tarea que se te reservó, reconociendo que la Divina Providencia a todos nos auxilia y acompaña sin desamparar a ninguno de nosotros.

Y confía, sirve y sigue hacia adelante, ofreciendo a los otros los mejor de ti mismo y donando a la vida lo mejor que puedas, porque un día todos nosotros nos reuniremos, en el Hogar de la Perfecta Fraternidad, sin las lágrimas de la conciencia y sin las angustias de la muerte, en las eternas alegrías del Amor de Dios.

Pintura de: Laura Climent, tomada del blog LAURA CLIMENT
Por el espíritu de: Emmanuel
Texto retirado del: Libro "ATENCIÓN".
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