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domingo, 29 de noviembre de 2009

El arte de la retirada

Por Paulo Coelho 
El Alquimista

No lo olvidemos: hay momentos en los que la fuerza es más eficiente que la sagacidad. Y cuando nos encontramos frente a determinado tipo de violencia, no hay brillo, argumento, inteligencia o encanto que logre evitar la tragedia.
Un guerrero de la luz que confía demasiado en su inteligencia, acaba por subestimar el poder del adversario.

Por eso, el guerrero nunca subestima la fuerza bruta: cuando la agresividad de ésta llega a lo irracional, él se retira del campo de batalla, hasta que el enemigo desgaste su energía.

De todas formas, es bueno dejar bien claro lo siguiente: un guerrero de la luz nunca se acobarda. La fuga puede ser una excelente táctica de defensa, pero no puede usarse cuando el miedo es grande.

Ante la duda, el guerrero prefiere enfrentar la derrota y después curar sus heridas. Y es que sabe que, si huye, le está dando a su agresor un poder mayor del que se merece.

Él puede llegar a sanar del sufrimiento físico, pero será eternamente perseguido por su debilidad de espíritu. Delante de algunos momentos difíciles y dolorosos, el guerrero encara la situación de desventaja con heroísmo, resignación y coraje.

Para alcanzar el estado de espíritu necesario (como está entablando una lucha en desventaja, es probable que sufra mucho), el guerrero ha de conocer exactamente qué es lo que puede dañarlo. Okakura Kakuso comenta en su libro sobre el ritual japonés del té:

«Nosotros vemos la maldad en los otros, porque conocemos la maldad a través de nuestro comportamiento. Nosotros nunca perdonamos a los que nos hieren, porque nos parece que jamás seríamos perdonados. Nosotros le decimos la dolorosa verdad al prójimo porque queremos esconderla de nosotros mismos. Nosotros mostramos nuestra fuerza, para que nadie pueda ver nuestra fragilidad.

»Por eso, siempre que juzgues a un hermano, ten consciencia de que eres tú quien está en el tribunal».

A veces, esta consciencia puede evitar una lucha que sólo traerá desventajas. Otras veces, sin embargo, no existe más salida que el combate desigual.

Sabemos que vamos a perder, pero el enemigo, la violencia, no nos dejó otra opción – a no ser la cobardía, y eso no nos interesa. En este momento, es necesario aceptar el destino, procurando tener en mente el siguiente texto del famoso Bragavad Gita (Capítulo II, 16-26):

«El hombre no nace, y tampoco muere nunca. Puesto que existe, nunca dejará de hacerlo, porque es eterno y permanente.

»Al igual que un hombre desecha las ropas usadas y empieza a usar nuevas vestimentas, el alma desecha el cuerpo viejo y asume otro nuevo.

»Pero el alma es indestructible: las espadas no pueden tajarla, ni el fuego quemarla, el agua no la moja y el viento jamás la reseca. Está más allá de la influencia de todas estas cosas.

»Como el hombre es indestructible, él sale siempre victorioso (incluso en sus derrotas), y por eso no debe lamentarse jamás».

Y ya que hablamos de retirada...

La semana que viene no tengo tiempo para crisis: mi agenda ya está llena (Henry Kissinger).

Una frase gentil acompañada de un revólver da más resultado que una simple frase gentil (Al Capone).


Texto retirado de: La Revista

viernes, 27 de noviembre de 2009

VIDA Y SEXO (18)

18. Padres e hijos.
La ingratitud es uno de los frutos más inmediatos del egoísmo; subleva siempre los corazones honrados; pero la de los hijos con respecto a sus padres, tiene aun un carácter más odioso.
Del Item, 9, del Cap. XIV, de  Evangelio Según el Espiritismo”.

Traída la reencarnación para los cimientos de los fenómenos socio-domésticos, no es solamente la relación de los padres para con los hijos la que asume un carácter de importancia, si no igualmente la que se verifica de los hijos para con los padres.

Los hijos no pertenecen a los padres de igual manera, como los padres no pertenecen a los hijos.

Los progenitores deben brindar un especial cuidado a sus propios retoños, más el deber funciona bilateralmente toda vez que los retoños del grupo familiar deben a sus progenitores una atención particular. Existen padres que maltratan a sus hijos e intentan esclavizarlos, cual si ellos fueran su propiedad exclusiva; aún, encontramos en ese mismo orden, hijos que agreden a los padres y buscan esclavizarlos, como si los progenitores fuesen sus servidores domésticos.

La reencarnación establece claros rumbos en cuanto al respeto muto que debe existir de unos para con los otros.

Entre padres e hijos hay naturalmente una frontera de aprecio, que no se debe ultrapasar, en nombre del amor, sin que el egoísmo aparezca, perturbando la existencia.

Justo es que los padres no interfieran en el futuro de los hijos, así como es claro que los hijos no cuestionen el pasado de sus padres.

Los padres no consiguen penetrar de inmediato en la trama del destino que los principios kármicos en el porvenir, les reserva a los hijos, y los hijos están inhabilitados para comprender, desde ahora, el enredo de las circunstancias en las cuales se hundieron sus padres en el pasado, a fin de que pudiesen volver del plano espiritual para el renacimiento en el plano físico.

Únicamente en el mundo de las causas, después de la desencarnación, les será posible entender claramente, acerca de los vínculos por los cuales se hallan imantados. Acúdase a razón de esto, al auxilio de religiosos, profesores, filósofos, y psicólogos, a fin de que la excesiva agresividad filial no caiga en la perversidad o en la delincuencia para con los padres y ni la excesiva autoridad de los padres llegue a violentar a los hijos, en nombre de la extemporánea o cruel desunión.

Padres e hijos son, originalmente, conciencias libres, libres hijos de Dios empeñados en el mundo en la obra del autoperfeccionamiento, rescate de deudas, reajuste y evolución. La leyes de la vida marcan la individualidad en el mismo grado de evolución.

Nunca se debe aplaudir el desprecio de los padres para con los hijos y viceversa.
No consideramos en el momento cualquier aspecto lírico en el tema afectivo. Presentamos, únicamente los principios básicos del universo.

La existencia terrestre es muy importante para el progreso y perfeccionamiento del espíritu; pero, al mismo tiempo, es una simple estancia de la criatura eterna en la escuela de la experiencia física a la manera del estudiante en el internado.

Los padres se asemejan a los alumnos, en condiciones más avanzadas, en el currículo de las lecciones; mientras que los hijos nos recuerdan a los estudiantes novatos, con acceso a la escuela bajo la guía de los compañeros que los precedieron, por orden de matrícula y aceptación. Y que los hijos jamás acusen a los padres por el curso complejo o difícil en el que se encuentren, en el transcurso de la existencia humana, pues en la mayoría de las ocasiones, fueron ellos mismos, los hijos, que, en la condición de espíritus desencarnados, pidieron a los padres a través de un afectuosa suplica o un suave proceso obsesivo, para que los trajesen de nuevo, a la vida física, de cuyos instrumentos se encontraban carentes a fin de encontrar el rumbo correcto, en el camino de su propia emancipación.

Pintura de: Carl Larsson, tomada del blog: IMAGINA Y CREA

Por el espíritu de: Emmanuel
Texto retirado del: Libro VIDA Y SEXO.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

PEQUEÑAS Y GRANDES DAVIDAS

La beneficencia posee una lista de pequeñas grandes dádivas entre las cuales
mencionamos algunas que no nos es lícito olvidar:

El auxilio en las tareas, por diminuto que sea;
Algunas horas de trabajo espontáneo y gratuito, en la ejecución de las obras;
una frase de esperanza;
Un gesto de optimismo;
El silencio, delante de cualquier toque de agresión;
Oír preguntas infelices con paciencia;
Aceptar los amigos, como son sin exigir que nos sigan en nuestro modo de ser;
Honrar los adversarios con aprecio respetuoso;
Callarse para que otros hablen;
Prestar servicio sin aguardar atenciones;
Ofrecer algunos minutos de confortación a los dolientes;
Considerar la importancia de los impulsos constructivos que comiencen a surgir en los principiantes de la fe;
Olvidar noticias alarmantes;
Algún acto de renuncia, en beneficio de la paz ajena;
Empequeñecerse para que los otros se destaquen;
Una sonrisa amiga que disipe las nubes en a la hora difícil;
Rearticular esa o aquella información, siempre que fuera preciso, sin perder el espíritu de gentileza;
Ejercer tolerancia y afabilidad dentro de casa, con la misma disposición con que se guarda semejantes cualidades en los encuentros sociales;
Repetir las palabras "discúlpame" y "muchas gracias", tantas veces como fueran necesarias, en las horas del día a día.

En la llamada beneficencia menor, están los agentes indispensables a la edificación de la caridad, por grandes dádivas, es que aprenderemos a distribuir las grandes dádivas, en la siembra el bien, como si fuesen pequeñas.
Pintura de: Pepa Sánchez, tomado del blog Pepa Sánchez

Por el espíritu de: Emmanuel
Texto retirado del: Libro "ATENCIÓN".


domingo, 22 de noviembre de 2009

Del ayuno y del hambre: Ser prácticos

Por Paulo Coelho 
El Alquimista

La siguiente historia se atribuye al sabio Mohammed Gwath Shattari, uno de los más admirados por el emperador Humayun. Murió en 1563 y existe un templo en su homenaje en Gwalior.

Tres viajeros cruzaban juntos las montañas del Himalaya hablando de la importancia de poner en práctica todo aquello que habían aprendido en el plano espiritual. Estaban tan entretenidos en la conversación que solo cuando ya era prácticamente de noche se dieron cuenta de que apenas llevaban con ellos un pedazo de pan.

Resolvieron no discutir sobre quién merecía comérselo. Como eran hombres piadosos, dejaron la decisión en manos de los dioses. Rezaron para que, durante la noche, un espíritu superior les indicase quién habría de recibir el alimento.

-Esto es lo que he soñado –dijo el primero de los viajeros al despertar–: Me llevaron a lugares en los que nunca antes había estado, y allí sentí la paz y la armonía que he buscado en vano durante toda mi vida terrena. En medio de este paraíso, un sabio de larga barba me decía: “Tú eres mi preferido; nunca buscaste el placer, siempre renunciaste a todo. Y sin embargo, para probarte mi alianza contigo, me gustaría que probases un pedazo de pan”.

-Muy extraño –dijo el segundo viajero–, porque en mi sueño yo vi mi pasado de santidad y mi futuro como maestro. Mientras veía el porvenir, encontré a un hombre de gran sabiduría que decía: “Tú necesitas comer más que tus dos amigos, porque tendrás que liderar a mucha gente, y necesitarás fuerza y energía”.

Dijo entonces el tercer viajero:
-A cierta hora de la noche, me desperté de repente. Y me comí el pan.
Los otros dos se pusieron furiosos:
-¿Y por qué no nos llamaste antes de tomar una decisión tan personal?
-¿Cómo podría hacer tal cosa? ¡Vosotros estabais tan lejos, encontrándoos con maestros y teniendo visiones sagradas! Ayer hablamos de la importancia de poner en práctica lo que aprendemos en el plano espiritual. En mi caso, Dios actuó rápido, ¡y me hizo despertar muriéndome de hambre!

Compórtate como los demás
El abad Pastor caminaba con un monje de Sceta, cuando los invitaron a cenar. El anfitrión, honrado con la presencia de los religiosos, ordenó que sirvieran lo mejor que había en la casa.

Sin embargo, el monje estaba en periodo de ayuno, de manera que, cuando llegó la comida, tomó un guisante y lo masticó lentamente. Solo comió este guisante durante toda la cena.

Cuando salieron, el abad Pastor lo llamó:
-Hermano, cuando visites a alguien no hagas de tu santidad una ofensa. La próxima vez que estés ayunando, no aceptes invitaciones para cenar.

Dos proverbios sobre comida
Conduzco demasiado rápido como para preocuparme del colesterol. (Steven Wright)

El helado es maravilloso. Qué lástima que no esté prohibido. (Voltaire)


Texto retirado de: La Revista

viernes, 20 de noviembre de 2009

RESPUESTAS DE LA VIDA (30)

30- EL EXTRAÑO CANSANCIO

Cuando usted estuviere pensando: en las hostilidades del mundo ...

en las aflicciones capaces de surgir ... 

en los errores de las personas

queridas ...

en la desorientación de algún pariente ...

en los críticos que le observan el camino ...

en la angustia que le ensombrece el corazón ...

en el desprecio del que se cree víctima ...

en las ingratitudes que supone haber sufrido ...

en la deserción de alguna persona querida ...

en sus propios deseos desatendidos ...

No se admita en enfermedad grave, ni juzgue que usted esté queriendo

socorrer el mundo o mejorarlo.

Con semejantes problemas usted sólo demuestra que se cansó de estar

únicamente en sí mismo, en el abrigo del "yo", en el que se aísla.

Cuando eso estuviere aconteciendo consigo, usted tan sólo sufre de

cansancio emocional y, para curarse, basta una indicación:

- Busque olvidarse, huya de sí mismo, reflexione en los problemas de

los compañeros en dificultades mayores que las nuestras y procuremos trabajar.

Pintura de: 

Por el espíritu de: Andre Luiz

Texto retirado del libro: Respuestas de la Vida
Gracias por visitar Conspicuo y Perspicuo.
Si tienes tiempo visita Colofón.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Vida y Sexo (17)


17. El aborto.
Pregunta – ¿Es un crimen el aborto provocado, cualquiera que sea la época de la concepción?
Respuesta – Desde el momento que violáis la ley de Dios existe crimen. La madre u otro cualquiera que sea, comete siempre un crimen, quitando la vida al niño antes del nacimiento; por que impide al alma soportar las pruebas, cuyo instrumento había de ser el cuerpo.

Naturalmente que hablamos acerca de la relaciones internacionales, sociales, públicas, comerciales, clarificando las obligaciones que ellas desarrollan; mientras tanto es muy frecuente que marginemos las relaciones sexuales – aquellas en que se fundamentan casi todas las estructuras de la comunidad.

Habitualmente, se olvida, que el hombre y la mujer por regla general experimentan un instintivo horror a la soledad, y que en vista de esto, la comunión sexual necesita seguridad y duración para que con ello se encuentre con las garantías necesarias.

Sin duda alguna no se debe imponer la unión de dos criaturas; pero frente a los riegos y contratiempos por los cuales el matrimonio pasa, las leyes de la vida, sabiamente, establecen en los hijos los sellos de la comunión entre los cónyuges, atribuyéndoles la función de fijadores de la organización familiar; con la colaboración de los deberes del compañero o la compañera, en la asistencia reciproca, éstos sellos se rebelan más claramente perceptibles y el hogar se torna una escuela de perfeccionamiento y evolución, marchando hacia una más alta adquisición de valores espirituales, en el Mundo Mayor.

De todos los institutos sociales existentes en la tierra la familia es la más importante, desde el punto de vista de los fundamentos morales que rigen la vida.

Es por la unión sexual entre el hombre y la mujer que la humanidad se perpetua; en virtud de esto, entre padres e hijos existen los mecanismos de la sobrevivencia humana, en cuanto a la forma física en la superficie terrena.

Es fácil comprender que así justamente es como nosotros, los Espíritus eternos, atendiendo a las imposiciones del progreso, nos turnamos en la arena del mundo, ya sea en la posición de padres o desempeñando el papel de hijos, aprendiendo, progresivamente en la envoltura carnal las profundas lecciones del amor – del amor que nos elevará un día, definitivamente, de la tierra a los cielos.

Con semejantes notas, nos cabe tan solo destacar la expresión calamitosa del aborto criminal, practicado exclusivamente para huir de las responsabilidades.

Casi siempre somos nosotros mismos quienes planificamos la formación de la familia, antes del nacimiento sobre la superficie de la tierra, con el amparo y la supervisión de los instructores bienhechores, al igual que la casa que levantamos en el mundo, con el apoyo de arquitectos, ingenieros, decoradores, técnicos y obreros

Comúnmente atraemos hacia nosotros a nuestros antiguos enemigos, programándoles la vuelta a nuestra convivencia, para prometerles socorro y oportunidades, con los cuales se corrijan y consigan su elevación y rescate, perfeccionamiento y mejoría.

Hacemos proyectos, damos sugerencias, tomamos providencias, y hacemos votos respetables, envolviéndonos con ellos en saludables compromisos que si observamos, que si nos damos cuenta, redundan en beneficios sustanciales para todos los vinculados en la existencia terrenal.

Si, además, cuando estamos en la tierra, olvidamos lo prometido expulsándolos de nuestra compañía con el pretexto de preservar nuestra propia comodidad, no podemos prever las reacciones negativas y, entonces, muchos de los asociados a nuestros errores anteriores, convertidos en el plano espiritual, en nuestros amigos potenciales, a costa de nuestras promesas de comprensión y auxilio, se hacen hoy – y esto ocurre muchas veces, en todas las comunidades terrestres – enemigos reprimidos que llegan a nuestra intimidad con tal expresión de desencanto y acidez que a cambio nos proporcionan más sufrimientos y aflicciones que si estuviesen con nosotros en plena experiencia física, en la condición de hijos problema, imponiéndonos trabajos e inquietudes.

Debemos admitir que se haga una breve meditación alrededor del aborto ilegal, para así reconocer en él, uno de los grandes proveedores de las molestias desconocidas y de las obsesiones catalogadas como enfermedades mentales, que ocupan vastos departamentos de hospitales y prisiones.


Por el espíritu de: Emmanuel
Texto retirado del: Libro VIDA Y SEXO.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Enseñanzas del budismo Zen

Por Paulo Coelho 
El Alquimista

Como explica el Ming Zhen Shakya, el Zen es para el Budismo algo así como la cábala para el Judaísmo, la contemplación para el Cristianismo o la danza sufi para el Islam. Es la práctica mística de enseñanzas filosóficas o espirituales.
Muchas veces esta columna ha transcrito algunos de los textos clásicos de la escuela Zen. Pero, ¿qué quiere decir exactamente eso?
La escuela Zen nace en China, mezclando el budismo venido del Nepal con las tradiciones locales del maoísmo (que discutiremos en el futuro). Entre los años 700 y 1200, monjes que viajaron al Japón desarrollaron allí dos tipos de meditación basados en la postura física: el estilo Rinzai predica que todo ser humano puede alcanzar la iluminación si vive su existencia con respeto y sobriedad; mientras que el estilo Soto predica la importancia de un prolongado entrenamiento para que este objetivo sea alcanzado.

Para los maestros Zen, todos nosotros tenemos un conocimiento intuitivo de la razón de nuestra existencia. Por lo tanto, la mayor parte de las enseñanzas filosóficas o religiosas son solo maneras de provocar en el interior de cada uno el contacto con esta sabiduría que ya está allí enterrada debajo de muchas capas de  prejuicios,  culpas, confusión mental e ideas falsas respecto a nuestra propia importancia.

El budismo Zen –principalmente aquel que llegaría a ser elaborado a partir del estilo Soto– desarrolló una serie de técnicas para que el ser humano pueda llegar hasta esta paz y comprensión interior. Para nosotros, que tenemos una visión más occidental de la búsqueda interior, estas técnicas están profundamente relacionadas con las palabras de Jesús en el evangelio de San Mateo: “Cuando vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora para el Padre en secreto: y el Padre, que todo oye en secreto, te comprenderá”. El practicante zen busca un lugar tranquilo y allí se sienta en una posición en la que consiga mantener su equilibrio durante largo tiempo, pero sin tener la columna apoyada. Por esa causa la más conocida lo muestra con las piernas cruzadas y las manos entrelazadas adelante, apoyadas sobre el sexo.

Algunos monasterios  en el Japón usaban una  almohada de cuero para elevar ligeramente el cuerpo y permitir una mayor circulación de sangre en las piernas.

A partir de allí, se debe procurar mantener la inmovilidad el mayor tiempo posible al tiempo que se obedecen algunas reglas simples. La cabeza debe permanecer inclinada hacia abajo, los ojos no han de fijarse en nada, pero tampoco pueden estar cerrados, para evitar la somnolencia. Se ha de observar la respiración, pero sin intentar alterar su ritmo, este debe ser lo más natural posible, ya que a medida que el zazen (nombre de la postura) progresa, la tendencia  es que las inspiraciones y expiraciones se hagan pausadas y lentas.

Por lo tanto, la idea central no es pretender controlar el pensamiento o las emociones ni buscar un contacto espiritual con Dios; todo eso llegará a su debido tiempo, a medida que nos calmamos.

Como la práctica del Zen es extremadamente simple, sin ninguna connotación religiosa o filosófica, ella nos ayuda, paradójicamente, a conectarnos mejor con Dios y a responder de manera inconsciente a nuestras dudas. La próxima vez que estés en tu casa sin nada que hacer y encontrando todo a tu alrededor aburrido y repetitivo, intenta sentarte en un lugar tranquilo, quedarte inmóvil y dejar que el mundo corra a tu alrededor
.

Texto retirado de: La Revista

viernes, 13 de noviembre de 2009

VALORES OCULTOS

Se muestra la vida terrestre plena de oportunidades para el perfeccionamiento íntimo de la criatura, sin embargo, hasta ahora son todavía raros aquellos que perciben semejantes oportunidades.

Tiempos difíciles: trechos del camino, en los cuales la paciencia y la devoción al trabajo pueden ser más fácilmente instalados en las profundidades del espíritu.

Enfermedad larga: curso abierto a la adquisición de la humildad y el autocontrol.
Provocaciones en personas queridas: horas valiosas que nos posibilitan los más amplios recursos en el aprendizaje de la comprensión y del relacionamiento.

Ofensas y prejuicios: momentos de elevada significación para todos nosotros, especialmente cuando en el Plano Físico, somos llamados, no apenas a perdonar, sino también a reflexionar, en cuanto a nuestras propias deficiencias, a través de las cuales, muchos de nosotros, somos todavía susceptibles de herir al prójimo, aunque, la mayoría de las veces, impensadamente.

Tentaciones: minutos destacados en las aulas de resistencia al desequilibrio.
Propensiones al desánimo: instantes destinados al desafío que se vierte en nosotros, impulsándonos a esforzarnos al máximo, a fin de levantar la propia voluntad al nivel de nuestras responsabilidades y obligaciones.

Errores y desaciertos: momentos indicados para la práctica positiva del discernimiento y del autoreajuste.

Alejamiento de seres amados: ocasiones en que nos reconocemos inducidos a demostrar si amamos realmente a aquellos a quienes consagramos atención y cariño o si nuestro bien querer resulta del mero capricho.

Solicitaciones y apremios: parcelas de tiempo, en las cuales la vida nos pide noticias de nuestras aplicaciones de entendimiento y del espíritu del servicio, de abnegación y de caridad.

Perturbaciones en el ambiente: cuadro de enseñanza en que se nos faculta a examinar como vamos marchando, en las trillas de la existencia, en materia de paz.

Son estas algunas de las situaciones impregnadas de valores ocultos, siempre de los más importantes para el burilamiento del alma, en la escuela del mundo.

Sin embargo, hacemos únicamente exposición de ellas, por cuanto reconociendo su complejidad, todos sabemos que aprovecharlas o no dependerá de la actitud y de la elección de cada uno de nosotros.

Pintura de: Carmen Jiménez, tomado del blog Carmen Jiménez - Acuarelas

Por el espíritu de: Emmanuel
Texto retirado del: Libro "ATENCIÓN".
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