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martes, 30 de octubre de 2012

El espiritismo y usted

“Tornarse espirita es reencarnarse moralmente, de nuevo, dentro de la propia vida humana”
Recientemente usted tuvo los primeros contactos con la Doctrina Espirita y ahora se deslumbra con las nuevas perspectivas espirituales de la existencia.
Ideales redentores.
Conversaciones edificantes.
Nobles lecturas.
Promisorios deseos de servir a la fraternidad.

Recuerde, no en tanto, los imperativos de la disciplina, en todos los emprendimientos, para que la osadía no le cree frustraciones.
Tornarse espirita no es santificarse automáticamente, no significa privilegio y ni expresa cárcel interior. Es oportunidad de liberación del alma, con responsabilidades mayores ante las Leyes de la Creación. Es reencarnarse moralmente, de nuevo, dentro de la propia vida humana. Convicción espirita es galardón bendecido en el aprendizaje multimilenario de la evolución. De ese modo, ni prevención ni invigilancia constituyen caminos para semejante conquista.

Urge sustentar perseverancia y paciencia en la ejecución justa de todos los deberes. Evite arrancar abruptamente las raíces defectuosas, más profundas, de sus actividades; emprenda cualquier renovación poco a poco.
Contenga los ímpetus de defensa intempestiva de sus ideas nuevas; sedimente primero los propios conocimientos.
Espiritismo es Claridad Eterna.
Gradué la intensidad de la luz que usted vislumbra para que sus ojos no sean acometidos por la ceguera del fanatismo.
Muchos hermanos nuestros aun se debaten en las luchas de subNivel, porque no se dispusieron a aceptar la realidad que usted está aceptando, más también, otros muchos anduvieron el lance de la experiencia que usted ya ando y no por eso alcanzaron éxitos mayores en la batalla intima e intransferible que trabamos con nosotros mismos, en vista de la negligencia a que aun se afanan.
La creencia no nos exime de la conciencia.
Acertar o caer son problemas personales.
Todo depende de usted.
Quien persiste en la ilusión, abraza la terquedad.
Cuanto más se edifica la inteligencia, más se le acentúa el placer de servir.

Obedezca, pues, el llamamiento del Señor, prestando buena voluntad al engrandecimiento de la redención humana, a través del trabajo activo e incesante en los diversos sectores en que pueda desenvolver la colaboración.

Consérvese encorajado y confiado.
Alegría serena, en marcha uniforme, es la norma ideal para atender la meta ansiada.
Eleve deseos y esperanzas, intentando sublimar emociones y cometidos.

Por encima de todo, consolide en el corazón la certeza de que la revelación mayor es aquella que preceptúa el deber de procurar con Jesús nuestra liberación del mal, en nuestro propio beneficio, comprendamos la real posición del Maestro como Excelso Conductor de nuestro mundo, en cuyo infinito amor estamos construyendo el reino de Dios en nosotros.

Dictado por el espíritu: André Luiz
Extraído del libro "
El Espíritu De la Verdad"

Pintura de: Mia Bergeron
Tomada del blog TODO POR EL ARTE
Texto retirado de: Luz Espiritual

domingo, 28 de octubre de 2012

Dios escucha a todos: diversos lenguajes

Por Paulo Coelho 

El Alquimista

Sin importar las creencias religiosas, los hombres llevan el mismo mensaje de Dios a sus semejantes a través de la oración diaria.
Un misionero español visitaba una isla y encontró a tres sacerdotes aztecas.
–¿Cómo rezáis?, preguntó el sacerdote.
–Solo tenemos una oración –respondió uno de los aztecas–. Decimos: “Dios, Tú eres tres, nosotros somos tres. Ten piedad de nosotros”.
–Hermosa oración –dijo el misionero-. Pero es una oración que Dios no va a oír. Os enseñaré una mucho mejor.
El sacerdote les enseñó una oración católica, y siguió su camino de evangelización. Años más tarde, en el barco que lo llevaba de vuelta a España, tuvo que pasar de nuevo por aquella isla. Desde la cubierta, vio a los tres sacerdotes en la playa e hizo un gesto de despedida.
En ese momento, los tres comenzaron a caminar por el agua, en dirección a él.
–¡Padre! Padre! –gritó uno de ellos, mientras se acercaba al barco–. ¡Enséñenos de nuevo la oración que Dios oye, que no la recordamos!
–No importa –dijo el misionero al ver el milagro–. Y entonces pidió perdón a Dios por no haber entendido antes que Él hablaba todas las lenguas.
A continuación, algunas de estas oraciones:
Dhammapada (a Buda)
Mejor que, en lugar de mil palabras
hubiese solo una, pero que trajese paz.
Mejor que, en lugar de mil versos hubiese solo uno, pero que mostrase lo bello.
Mejor que, en lugar de mil canciones hubiese solo una, pero que esparciese alegría.
Mevlana Jalaluddin Rumi, siglo XIII
Allí afuera, además del acierto y la equivocación, existe un campo inmenso.
Nos encontraremos allí.

Profeta Mahoma, siglo VII
¡Oh, Alá! Yo te consulto porque tú lo sabes todo, y conoces incluso aquello que está escondido.
Si lo que estoy haciendo es bueno para mí y para mi religión, para mi vida ahora y después, haz que el trabajo sea sencillo y bendito.
Si lo que estoy haciendo ahora es malo para mí y para mi religión, para mi vida ahora y después, aléjame de ese trabajo.
Jesús de Nazaret, San Mateo 7;7-8
Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá.
Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Plegaria judía para la paz
Vamos a la montaña del Señor, donde podremos caminar con Él. Transformemos nuestras espadas en arados, y nuestras lanzas en podaderas.
Que ninguna nación levante su espada contra otra, y que jamás aprendamos el arte de la guerra.
Y nadie debe temer a su vecino, porque así lo ordenó el Señor.
Lao Tse, China, siglo VI aC.
Para que haya paz en el mundo, es necesario que las naciones vivan en paz.
Para que haya paz entre las naciones, las ciudades no deben levantarse una contra otra.
Para que haya paz en las ciudades, los vecinos deben entenderse.
Para que haya paz entre los vecinos, hace falta que reine la armonía en el hogar.
Para que haya paz en casa, hay que encontrarla en el corazón de cada uno.
Texto retirado de: La Revista


miércoles, 24 de octubre de 2012

Decalogo del buen animo

1-¿Dificultades?
No pierda tiempo lamentándose.Trabaje.
2-¿Críticas?
Nunca aborrecerse con ellas. Aprovéchelas en lo que muestran de útil.
3- ¿Incomprensiones?
No busque tornarlas mayores, a través de exigencias y quejas. Facilite el camino.
4-¿Intrigas?
No les extienda la sombra. Haga alguna luz con el aceite de la caridad.
5-¿Persecuciones?
Jamás devolverlas, Perdone olvidando.
6-¿Calumnias?
Nunca enfurecerse contra las arremetidas del mal. Sirva siempre.
7 - ¿Tristezas?
Apártese de cualquier disposición al desánimo. Ore abrazando los propios deberes.
8- ¿Desilusiones?
¿Por qué debitar a los demás la cuenta de nuestros errores? Camine hacia el frente, dando al mundo y a la vida lo mejor a su alcance.
9 - ¿Enfermedades?
Evite la irritación y la disconformidad. Razone en los beneficios que los sufrimientos del cuerpo pasajero traen al alma eterna.
10 - ¿Fracasos?
No crea en derrotas. Recuérdese que, por la bendición de Dios, usted está ahora en su mejor tiempo, -el tiempo de hoy, en el cual usted puede sonreír y recomenzar, renovar y servir, en medio de recursos inmensos.


Dictado por el espíritu: André Luiz

Pintura de: Michael Malm
Tomada del blog TODO POR EL ARTE
Texto retirado de: Luz Espiritual

domingo, 21 de octubre de 2012

Lugar mágico: Los cátaros franceses

Por Paulo Coelho 

El Alquimista

“Creían en la existencia de dos dioses: un dios del bien (Dios) y otro del mal (Satán), que había creado el mundo material. Eso les llevó a hacer votos de castidad, pues se negaban a procrear y dar más adeptos al diablo. Se llamaban a sí mismos perfectos”.

Creo que una de las más bellas regiones del mundo es el Languedoc, una parte de los Pirineos que se encuentra al sudoeste de Francia. He estado allí algunas veces, y me han impresionado sus valles, montañas, vegetación y ríos. Sin embargo, como el ser humano es absolutamente imprevisible, fue precisamente en este magnífico lugar donde nació la primera gran “herejía” europea: el catarismo.
Se han escrito muchos libros sobre el tema. No obstante, se puede resumir la filosofía cátara así: el universo fue creado por el demonio. Toda esta belleza aparente es obra de él.
Según la enciclopedia, los cátaros creían en la existencia de dos dioses: un dios del bien (Dios) y otro del mal (Satán), que había creado el mundo material. Eso les llevó a hacer votos de castidad, pues se negaban a procrear y dar más adeptos al diablo. Se llamaban a sí mismos “perfectos”, y estaban dispuestos al martirio para probar la importancia de su creencia.
El final simbólico del movimiento, que desencadenó las primeras Cruzadas de las que se tiene noticia, tuvo lugar el día 15 de marzo de 1244 en la fortaleza de Montsegur: después de un prolongado asedio, durante el cual se les dio a elegir entre la conversión al catolicismo o la muerte, aproximadamente 250 “perfectos”, hombres, mujeres y niños, bajaron la montaña cantando y se tiraron a las llamas de la hoguera encendida con esa finalidad.
Durante mucho tiempo me interesé por el catarismo. En 1989 conocí a Brida O’Fern, que había sido cátara en una encarnación anterior. A comienzos de aquel mismo año había conocido a Mónica Antunes, hoy amiga mía y agente literaria.
Como yo necesitaba, por razones espirituales, hacer el camino cátaro (una ruta que une los castillos/fortalezas de los “perfectos”), la invité al recorrido.
Mónica y yo llegamos al pie de la montaña de Montsegur en una tarde de agosto: habíamos planeado subirla al día siguiente. Después de comer fuimos a charlar al lugar donde se había encendido la hoguera, casi 800 años antes (indicado por un insignificante monumento). El cielo estaba encapotado, con nubes tan bajas que ni siquiera podíamos ver las ruinas en lo alto del gigantesco peñasco. Para provocar a Mónica, dije que tal vez sería interesante subir aquella misma noche. Ella respondió que no, y me sentí aliviado: ¿y si hubiera dicho que sí?
En ese momento, para un coche, de la misma marca y color que el mío. Sale de él un irlandés y pregunta, como si fuéramos de la región, por dónde se puede subir a la roca. Le sugiero que lo haga con nosotros al día siguiente, pero él está decidido a subir esa misma noche: quiere ver la salida del sol allá en la cima, dice que tal vez él también fue cátaro en otra vida.
Y todo parece encajar: Brida, la obligación de hacer el camino cátaro, la broma minutos antes con Mónica, y ahora aquel hombre allí, con un coche igual al mío. Es una señal. Voy al hotel de la aldea y consigo una linterna, la única allí.
Una vez en la fortaleza de Montsegur entramos y contemplamos las ruinas. Admiro la belleza del firmamento, me pregunto cómo llegamos allí sin ningún percance, pero pienso que es mejor dejarse de preguntas y tan solo admirar el milagro. Los cátaros contemplaban este mismo cielo, y aun así pensaban que todas estas estrellas eran obra del demonio. Jamás entenderé a los cátaros, por mucho que respete la integridad con la que se entregaban a su fe.
Volví a Montsegur, pero nunca más conseguí encontrar el camino que tomamos aquella noche en 1989. Los misterios existen.

Texto retirado de: La Revista


sábado, 20 de octubre de 2012

Acción de la plegaria

Usted es el labrador. El otro es el campo.
Usted planta. El otro produce.
Usted es el granero. El otro es el cliente.
Usted provee. El otro adquiere.
Usted es el actor. El otro es el público.
Usted representa. El otro observa.
Usted es la palabra. El otro es el micrófono.
Usted habla. El otro trasmite.
Usted es el artista. El otro es el instrumento.
Usted toca. El otro responde.
Usted es el paisaje. El otro es el objetivo.
Usted surge. El otro fotografía.
Usted es el acontecimiento. El otro es la noticia
Usted actúa. El otro cuenta.
Auxilie cuando pueda.
Haga el bien sin mirar a quien.
Usted es el deseo de seguir para Dios.
Pero, entre Dios y usted, el prójimo es el puente.
El creador atiende a las criaturas, a través de las criaturas.
Es por eso que la oración es usted, pero su merecimiento está en los otros.

Dictado por el espíritu: André Luiz
Extraído del libro "
El Espíritu De la Verdad"

Pintura de: Mia Bergeron
Tomada del blog TODO POR EL ARTE
Texto retirado de: Luz Espiritual

miércoles, 17 de octubre de 2012

Ante la otra vida

La vida no termina
Donde la muerte aparece.
No transformes la nostalgia
En hiel para quienes ya se fueron.
Ellos siguen contigo,
No obstante de otra forma.
Dales amor y paz,
Por mucho que padezcas.
Ellos también te esperan
Procurando ampararte.
Todos estamos juntos.
En la Presencia de Dios.

Dictado por el espíritu: Emmanuel
Extraído del libro "
Religião dos Espíritos"

Pintura de: Matteo Arfanotti
Tomada del blog TODO POR EL ARTE
Texto retirado de: Luz Espiritual

domingo, 14 de octubre de 2012

Inspiraciones: mi personaje inolvidable

Por Paulo Coelho 

El Alquimista

“Me enseñó a amar las decisiones tomadas con el corazón. Me mostró la importancia de hacer lo que se desea, sin importar lo que digan los demás. Me acogió cuando, de adolescente, tuve problemas con mis padres”.
De niño solía leer una revista a la que mis padres estaban suscritos y que tenía una sección que se llamaba ‘Mi personaje inolvidable’, donde personas comunes hablaban de otras personas comunes que habían dejado huella en sus vidas. Por supuesto, a aquellas alturas, con 9 o 10 años, yo ya me había topado con un personaje que había ejercido sobre mí una poderosa influencia. Sin embargo, estaba convencido de que con el paso del tiempo este modelo cambiaría, de manera que resolví no enviar nada a la revista.
Transcurrieron los años. Conocí a mucha gente interesante, que me ayudó en momentos difíciles, que me inspiró, que me indicó los caminos que había que trillar. No obstante, los grandes mitos de la infancia siempre prevalecieron, mostrándose como los más persistentes; pasan por periodos de desvalorización, de cuestionamientos, de olvido, pero permanecen, resurgiendo cuando hacen más falta con sus valores, sus ejemplos, sus actitudes.
Mi personaje inolvidable se llamaba José, y era el hermano menor de mi abuelo. Nunca se casó, fue ingeniero durante muchos años y cuando se jubiló decidió vivir en Araruama, una ciudad próxima a Río de Janeiro. A ese lugar iba toda la familia a pasar las vacaciones, con los niños. El tío José era soltero, y su paciencia ante semejante invasión no debía de durarle mucho, pero, por otro lado, este era el único momento en el que podía compartir un poco de su soledad con su familia.
Era también inventor. Construía coches. Y no solo eso: llegó a crear un vehículo especial para llevar a la familia a la laguna del Araruama –una mezcla de jeep y tren sobre ruedas. Íbamos a bañarnos al mar, convivíamos con la naturaleza, jugábamos todo el día.
Contaba historias de sus viajes a EE.UU., donde había trabajado en minas de carbón y había penetrado en lugares inexplorados. La familia solía decir: “Es mentira”.
Me enseñó a amar las decisiones tomadas con el corazón. Me mostró la importancia de hacer lo que se desea, sin importar lo que digan los demás. Me acogió cuando, de adolescente, tuve problemas con mis padres. Un día, él me dijo: “Inventé el Hydramatic (cambio automático de marchas para coches). Fui a Detroit, entré en contacto con la General Motors, me ofrecieron $ 10.000 a tocateja o un dólar por cada coche vendido con este nuevo sistema. Me llevé los diez mil y viví los años más fantásticos de mi vida”.
La familia decía: el tío José no para de inventarse cosas, no crean todo lo que les diga. Y, aunque yo sentía una gran admiración por sus aventuras, por su estilo de vida, y por su generosidad, no me creí esta historia. Se la conté al periodista Fernando Morais apenas porque él era mi personaje inolvidable.
Pero Fernando quiso comprobarla, y he aquí lo que encontró (el texto ha sido adaptado, pues forma parte de un gran artículo):
“El primer cambio automático fue inventado por los hermanos Sturtevant, de Boston, en 1904. El sistema no funcionaba satisfactoriamente pues los pesos frecuentemente se alejaban demasiado. Pero fue la invención de los brasileños Fernando Iehly de Lemos y José Braz Araripe, vendida a GM en 1932, lo que contribuyó decisivamente al desarrollo del sistema Hydramatic lanzado por la GM en 1939”.
Con los millones de coches “hidramáticos” que se producen año tras año, la familia –que nunca creía en nada– se habría hecho con una fortuna incalculable. ¡Cómo celebro que él se gastara sus diez mil dólares en años felices!

Texto retirado de: La Revista



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