La mascota del blog

martes, 28 de julio de 2009

RESPUESTAS DE LA VIDA

20 - PEQUEÑOS DEPÓSITOS

Una frase de alabanza para quien trabaja.

Silenciar quejas aunque sean justas. Abstenerse de 'hablar en momentos de irritación.

Repetir, sin alterar la voz, cualquier información a la persona que no esté oyendo correctamente.

Adicionar esperanza y optimismo a la conversación.

Omitir las llamadas "verdades desagradables" sin beneficios para nadie.

Evitar preguntas claramente innecesarias.

Callar los defectos del prójimo.

Oír al interlocutor sin desviarse del asunto.

Silenciar ironías.

Hablar motivando las criaturas hacia el bien.

Cultivar gentileza.

Observar respeto por las tareas ajenas.

Dejar a los demás el derecho de descubrir sus propias realidades, sin ninguna interferencia en los asuntos que pertenezcan a su vida.

Negarse a peyorativos y bromas sobre esa o aquella dificultad orgánica, sea de quien fuere.

Querer a los amigos en régimen de libertad.

Prestar servicio espontáneo. Auxiliar sin herir.

Admirar sin envidiar.

Disminuir la tristeza o suprimirla donde la tristeza pueda existir.

Comprender las luchas y problemas de los demás sin mostrarse superior a quien sufre.

Algunos instantes de presencia afectuosa donde alguien necesite de confortación.

Auxiliar a un niño difícil sin censuras posteriores.

Podar, sin alarde, problemas que existan o que puedan aparecer.

Evitar complicaciones.

Intente lanzar estos pequeños depósitos en la Organización Bancaria de la Vida y usted recibirá lucros sorprendentes por la Cartera del Bien.


Por el espíritu de: Andre Luiz

Psicografía: Francisco Cándido Xavier 

Texto retirado del libro: Respuestas de la Vida

domingo, 26 de julio de 2009

Entendiendo al río

Por Paulo Coelho 
El Alquimista

Acabo de publicar el libro Ser como un río que fluye (Editorial Agir), título inspirado en un poema de Manuel Bandeira. “Un río nunca pasa dos veces por el mismo sitio”, dice un filósofo. “La vida es como un río”, dice otro filósofo, y así acabamos llegando a la conclusión de que esta es la metáfora que más se aproxima al sentido de la vida. Por lo tanto, es bueno recordar siempre que:

A] Siempre estamos delante de la primera vez. Mientras nos movamos desde nuestra fuente (el nacimiento) hacia nuestro destino (la muerte), los paisajes serán siempre nuevos. Debemos enfrentar todas estas novedades con alegría y no con miedo, ya que es inútil temer lo que no se puede evitar. Un río no deja de correr jamás. 

B] En un valle andamos más lentamente. Cuando todo a nuestro alrededor  es más fácil, las aguas se vuelven más tranquilas,  somos más amplios, más generosos. 

C] Nuestros márgenes siempre son fértiles. La vegetación solo nace donde existe el agua. Quien entra en contacto con nosotros, necesita entender que estamos allí para dar de beber a quien tiene sed. 

D] Las piedras han de ser contornadas. Es evidente que el agua es más fuerte que el granito, pero para comprobarlo hace falta tiempo. De nada sirve dejarse dominar por obstáculos más fuertes o tratar de chocar contra ellos: gastaremos nuestra energía para nada. Es mejor tratar de entender dónde se encuentra la salida y seguir adelante.

E] Las depresiones necesitan paciencia. De repente, el río entra en una especie de agujero y deja de correr con la alegría de antes. En estos momentos, la única manera de salir es contando con la ayuda del tiempo. Cuando llegue el momento adecuado, la depresión se llenará de agua y el río podrá seguir adelante. En el lugar donde había un agujero negro y sin vida, ahora existe un lago, que otros pueden contemplar con alegría. 

F] Somos únicos. Nacemos en un lugar que nos estaba destinado, que nos mantendrá siempre lo bastante provistos de agua como para que, frente a obstáculos o depresiones, podamos tener la paciencia o la fuerza necesarias para seguir adelante. Nuestro curso comienza suave, frágil, de manera que hasta una simple hoja puede detenernos. 

Mientras tanto, como respetamos el misterio de la fuente que nos engendró y confiamos en su eterna sabiduría, poco a poco vamos ganando todo lo que nos es necesario para recorrer nuestro camino.

G] Aunque seamos únicos, en breve seremos muchos. A medida que caminamos, las aguas de otras fuentes se aproximan, porque aquel es el mejor camino para seguir. Entonces ya no somos apenas uno, sino muchos y hay un momento en que nos sentimos perdidos. No obstante, como dice la Biblia: “todos los ríos corren hacia el mar”. 

Es imposible permanecer en nuestra soledad, por más romántica que esta nos parezca. Cuando aceptamos el inevitable encuentro con otros cursos de agua, acabamos entendiendo que eso nos hace mucho más fuertes, rodeamos los obstáculos  y llenamos las depresiones en mucho menos tiempo y con mayor facilidad.

H] Somos un medio de transporte. De hojas, de barcos de ideas. Que nuestras aguas sean siempre generosas, que podamos llevar siempre adelante todas las cosas o personas que necesiten de nuestra ayuda.

I] Somos una fuente de inspiración. Por lo tanto, dejemos a un poeta brasileño, Manuel Bandeira, las palabras finales: “Ser como un río que fluye/ Silencioso en  medio de la noche/ Sin miedo a la oscuridad./ Si hay estrellas en el cielo, reflejarlas./ Y si el cielo se llena de nubes/ Como el río las nubes son aguas/ Reflejarlas también sin tristeza En las profundidades tranquilas”.

Texto retirado de: http://www.eluniverso.com/

sábado, 25 de julio de 2009

COMPRENSIÓN Y VIDA

Investiguemos los propios sentimientos y verificaremos que difícil se nos hacen la renovación íntima.

¿Cuantas veces, en el mundo, habremos sentido la inconveniencia de ciertos hábitos con manifiesta incapacidad para desligarnos de ellos?.

¿En cuantas ocasiones , sabíamos anticipadamente cuanto nos dolerían las consecuencias de determinada acción infeliz y a ella nos tiramos para nuestro propio tormento?.

Nos referimos a este asunto para destacar la importancia de la tolerancia.

Ante los hermanos que te parezcan apartados del camino que la vida les marcó, no condenes su trayectoria.

Por el contrario ..., auxílialos, a través de la providencia que consiga aliviarles la carga de las obligaciones asumidas y con la buena palabra que les conforte el espíritu atribulado.

Ese error bajo la presión de las necesidades de orden material; aquel cedió a tentaciones que se le figuraban irremovibles; otro penetró en los laberintos de la culpa, creyéndose bajo graves endeudamientos en el campo doméstico; y todavía otro que conocía la extensión del problema en que se enmarañaba, de momento no encontró dentro de sí mismo, las fuerzas necesarias a fin de librarse de él.

Ampáralos, cuanto puedas.
No será con aspereza que restauremos la tranquilidad, así como tampoco escarbando una herida será como conseguiremos curarla.

El remedio destinado a la recuperación del cuerpo, es el símbolo del amor con que nos será posible reajustar la armonía del alma doliente. El medicamento actúa, dosis a dosis.

El amor opera, gesto a gesto.
Delante de los compañeros de experiencia en la Tierra, extiende la beneficencia de la comprensión que les regresa al entendimiento en la senda que les cabe trillar.

Si no conseguimos, de inmediato, hacer de nosotros aquello que más deseamos y, si muchas veces en el Plano Físico, escapamos de las peores situaciones al precio de lágrimas, no sería justo exigir a los otros una condición diferente de la nuestra.

En frente del hermano, considerado en el desamparo, en vista de ese o aquel error por él cometido, compadécete y auxílialo para que retome su propio equilibrio, porque, habitualmente, donde el prójimo tropezó con la piedra de alguna dificultad, tal vez mañana , puede transformarse en el gran obstáculo que nos haga caer.

Por el espíritu de: Emmanuel
Texto retirado del: Libro "ATENCIÓN".

jueves, 23 de julio de 2009

Entendiendo a Deepak Chopra y los demás


¿Qué tienen en común Deepak Chopra, Paulo Coelho y Brian Weiss?

 

Hay una avalancha de autores que tratan el tema de los valores humanos desde una perspectiva no religiosa pero profundamente ética. Y aunque la ética no suele ser considerada un tema comercial, los libros de estos autores son best-sellers. ¿Por qué? 
Estos no son precisamente los llamados libros de autoayuda que han circulado en las últimas décadas. Estos son libros de filosofía. ¿Libros de filosofía best sellers? Hay algo raro aquí.


 

Un planeta confundido

 

Para entender este fenómeno, empecemos por decir que en el mundo se está imponiendo un ideal de libertad que hace que las reglas sobre el sexo y los placeres hayan dejado de existir para mucha gente.

 

La publicidad y la cultura pop no han hecho más que alimentar ese ideal de “sé libre, sé feliz” a un nivel sin precedentes en la historia de la humanidad, pero sin dar al ser humano los elementos necesarios para saber usar esa libertad.

 

El hecho de que haya tanta gente viviendo sin importarle lo que está mal o lo que está bien es un indicador de tiempos de caos moral.

 

Lo interesante es que a la hora de plantear soluciones a este caos, la humanidad está dividida. Unos quieren regresar a los valores tradicionales u otro tipo de moralidad con reglas. Pero otros –como los autores mencionados-- piensan que estamos listos para dar un salto como especie.

 

El salto como especie consiste en pasar de la esfera de las reglas a la esfera de los principios. “No mentir” es una regla. “No hacer daño” es un principio.

 

Las religiones tradicionalmente han preferido la seguridad de las reglas ante la posibilidad de que la gente no sepa interpretar correctamente los principios.

Según los autores mencionados al inicio, cuando el ser humano se conecta con el lado superior de su ser, no es tan difícil que obre bien, y sus libros se dedican a enseñar cómo hacerlo.

 

En estos tiempos en que nadie en el mundo parece estar interesado en seguir reglas, esta aproximación al problema resulta muy oportuna.


 

La filosofía del futuro

 

Hay una extraña coincidencia entre el ideal de felicidad y libertad que promete la publicidad en el mundo de hoy y la avalancha de libros que ofrecen enseñar a la gente cómo ser libres y felices. Deepak Chopra ha vendido 20 millones de copias de sus libros.

 

Y si sumamos a los otros autores mencionados, llegamos a decenas de millones de libros hablando de lo mismo. ¿Es coincidencia que tanta gente esté leyendo las mismas ideas?

 

Estos autores proponen un estilo de vida responsable pero alejado de reglas y dogmas absolutos. Todos estos autores hablan de un concepto de dios que habita en el interior de cada ser humano en forma de energía amorosa.

 

Coinciden en que los actos nobles pueden llevar a un éxtasis más satisfactorio que las satisfacciones materiales. Recomiendan un estilo de vida en contacto con la naturaleza, rodeado de personas con quienes existe simpatía y confianza.

 

Endosan un estilo de vida solidario y fiel a sus propios principios. Ellos coinciden en que todo lo que importa está en el interior de cada persona, y el secreto de la vida está en que cada uno descubra la fuente de felicidad en su interior.


 

Una nueva especie

 

Es posible que el mundo lentamente esté avanzando hacia un modelo de sociedad en la que los individuos están cobrando conciencia de su rol como defensores del planeta de quienes insisten en destruirlo.

 

Es posible que tanta lectura de este tipo esté empezando a crear una nueva especie de seres humanos –pocos aún-- sin fundamentalismos religiosos o políticos.

 

Un ser humano más inteligente, más evolucionado, no tan estancado en la “forma” de las cosas sino más interesado en la esencia de ellas.

 

Es posible que aquel ideal romántico de un futuro con seres “superevolucionados mentalmente” no esté tan lejos.

 

Curiosamente, hay profecías ancestrales de los Mayas y de los Hindúes, así como predicciones astrológicas, que pronostican un cambio en la conciencia de la humanidad a inicios del sigo 21. Pero ese es tema de otro artículo.

 

 

Reflexiones adicionales

 

Un punto importante que cabe analizar es hasta qué punto autores como Deepak Chopra o Paulo Coelho son auténticos y consistentes con sus creencias. ¿Es consistente que alguien que proclame que lo material no es lo más importante sea tan millonario?

 

Una persona que tenía planes de llevar a Deepak Chopra a su país me decía lo decepcionada que se había sentido cuando le informaron que una presentación de Chopra costaba más de cien mil dólares. “Si el hombre de verdad fuera un humanista, debería ser más considerado con lo que cobra”, fue el comentario de mi amiga.

 

Recuerdo haber estado en muchas conversaciones en las que se cuestiona al místico hindú Osho por haber tenido entre sus bienes mansiones, automóviles de lujo y demás accesorios innecesarios, cuando existe tanta necesidad en el mundo. Conozco gente que piensa que Paulo Coelho es un mercantilista de las letras que simplemente descubrió una fórmula vendedora y dedicó el resto de su vida a repetirla y a llenarse de dinero.

 

En la mayoría de los casos, discrepo con estas críticas y voy a explicar por qué. Parte de nuestra dualidad dios-animal es precisamente ser animal. Nuestro lado animal está equipado para gozar de las satisfacciones materiales, y eso no es en sí criticable.

 

Lo que es criticable es la poca disposición de mucha gente a compartir lo que tiene, pero la riqueza en sí no puede ser criticable. Demuestra vacuidad de espíritu tener al dinero como el objetivo de la vida, pero aceptar el dinero como un medio para tener más confort y llevar una vida más libre no creo que debería ser criticable. Dentro de cada ser humano existe un lado animal y un lado divino, y la única manera de tener un equilibrio saludable es no reprimir ni negar ninguna de las dos partes. Negar nuestro lado animal es casi tan peligroso como negar nuestro lado divino.

 

Lo que a veces ocurre es que ciertas personas evolucionan espiritualmente a un nivel tal que las satisfacciones materiales pasan a un segundo plano frente a las profundas satisfacciones espirituales que se pueden llegar a alcanzar. Aquí tenemos a médicos que no cobran, a personas que consagran su vida a ayudar a los demás genuinamente sin estar nunca interesadas en obtener nada a cambio. A eso es lo que se puede llamar un ser de luz. Para ser un ser de luz no basta ayudar: se trata de ayudar sin que esto sea una obligación. Sólo cuando la fuerza del amor es tan poderosa que literalmente produce a la persona satisfacción ayudar, se puede hablar de un ser de luz.

 

 

Seres de luz

 

Personas como la Madre Teresa, Gandhi o Jesucristo fueron sin duda personas con un grado de evolución tal que trascendieron las satisfacciones materiales. Pero ese es un proceso muy personal que cada individuo vive a su propio ritmo.

 

No se puede decir que porque alguien no haya llegado al nivel de ellos necesariamente sea un hipócrita. De hecho, lo que tienen en común Deepak Chopra, Osho y Paulo Coelho es que son excelentes comunicadores y tienen el gran mérito de haber llevado a muchísima gente conceptos muy sencillos de manera extremadamente clara. Pero eso no quiere decir que tengan que ser seres de luz. De hecho, no hace falta ser un ser de luz para comprender y aceptar los principios proclamados por ellos.

 

Desapegarse de lo material es un proceso largo en la evolución de cada individuo (según el budismo, es un proceso que se extiende de una vida a otra). Sublimar por completo la necesidad de satisfacciones materiales es uno de los últimos pasos en la evolución de un ser humano, pero pretender que sólo quienes han llegado al máximo escalafón son personas de valor equivale a descalificar injustamente a personas que llevan vidas de bien pero todavía son sensibles a los estímulos materiales.

 

Es más, creer que es indispensable ser un ser de luz para ser virtuoso da pie a la creación de reglas que pueden dar lugar –ahí sí— a una doble moral.

 

Es algo similar a lo que ocurre con el sexo. El sexo es una actividad perfectamente natural, enmarcada dentro de nuestro lado animal. Pero siempre va a haber ciertas personas que han evolucionado mucho y logren sustituir las satisfacciones sexuales por satisfacciones mucho más profundas y dejen de lado el sexo. Pero, nuevamente, es un proceso muy personal que cuando es dirigido o impuesto, corre el riesgo de convertirse en una conducta sin sustento de fondo.

 

Nunca entendí cómo es posible que chicos jóvenes que estudian para sacerdotes, tengan que realizar un voto de castidad cuando en la mayoría de los casos siquiera ha satisfecho su natural curiosidad por el sexo. No es de extrañar que haya cada vez más casos de sacerdotes que abusan sexualmente de sus fieles. No estoy diciendo que esto le ocurre a todos los sacerdotes que hacen el voto de castidad. Hay algunos que de verdad están preparados para ello, y hay muchos otros muchos que a punta de sacrificio logran controlar su deseo sexual. Pero mi punto es que la castidad tiene más sentido cuando no es una obligación sino algo que surge de adentro.

 

 

Entendiendo los apegos

 

Un punto que los autores de los que hemos venido hablando suelen coincidir es advertirnos contra los apegos. Los apegos más comunes del ser humano son, oh casualidad, los bienes materiales y el sexo. Aprender a detectar los apegos es una habilidad que posiblemente quienes mejor la practican son los budistas. El budismo basa parte de su filosofía en que el origen del sufrimiento humano está en la forma en que reacciona nuestra mente frente a las necesidades no satisfechas. Por eso, aprender a detectar los apegos es una muy útil herramienta para ser más fuerte que ellos.

 

Volviendo al tema inicial, el hecho de que estos autores se hayan enriquecido con sus libros o cobren cuantiosas sumas para hablar en público podría significar que no han llegado al tope de su evolución espiritual, pero eso no necesariamente los descalifica como divulgadores de conocimiento útil.

 

Yo estaría más pendiente de si han modificado su postura filosófica para vender más libros, porque eso los haría personas falsas. O si son incapaces de compartir su conocimiento con gente de pocos recursos. O si son víctimas de excesivos apegos a lo material, que no creo sea el caso. Los autores mencionados son conocidos por invertir su dinero en difundir el conocimiento por el mundo.

 

Tener dinero no equivale a estar apegado a él. Como todas las cosas en la vida, no es tan importante lo que hagamos sino cómo las hagamos. La forma no es tan importante como el fondo. Esa es precisamente la ética propuesta por estos autores: una ética basada en una conducta responsable y un compromiso --de fondo, no de forma-- con los valores positivos del ser humano.


Texto retirado dewww.elcuartoojo.com.

lunes, 20 de julio de 2009

Respuestas de la Vida


19 - PARA ACTUAR MEJOR

Confíe en Dios y en usted mismo para dirigirse, pero entienda que usted, por ahora, aún es un ser humano, sin ser un ángel.

Ejercite la auto-aceptación, a fin de no se alejar en las idealizaciones negativas.

No llore sin consuelo sobre experiencias que se le hacen necesarias, porque la lamentación repetida lleva simplemente a la soledad, y la soledad, aunque brillante, significa inutilidad y vacío.

Si usted cayó en algún error y consigue saber de eso, ya posee también discernimiento bastante para rectificarse.

Guarde la lección del pasado sin transportar consigo el embalaje de los problemas de donde usted la extrajo.

Comprendamos a los demás en sus luchas para que seamos comprendidos en nuestras dificultades.

El tiempo es un mercado de oportunidades constantes en la construcción del bien que podemos aprovechar, cuanto y cuando quisiéramos.

Si usted espera progreso Y milagros en su camino, no pare de trabajar.

Garantizando salud y paz, equilibrio y seguridad en favor de la propia vida, acepte a los demás así como son, sin alimentar envidia o resentimiento.

Recuerde los talentos que le enriquecen la personalidad y las bendiciones que le valorizan la existencia Y recuérdese que todo día es momento para extender la práctica del bien, olvidar el mal, aprender siempre más y hacer lo mejor.

 Por el espíritu de: Andre Luiz

Psicografía: Francisco Cándido Xavier 

Texto retirado del libro: Respuestas de la Vida


domingo, 19 de julio de 2009

Sabiendo cómo actuar

Por Paulo Coelho 
El Alquimista

Usar los dos bolsillos
Un discípulo comentó con el rabino Bounam de Pssiskhe:

-El mundo material parece sofocar el mundo espiritual.

-Tú pantalón tiene dos bolsillos, dijo Bounam. Escribe en el derecho: “El mundo fue creado solo para mí”. En el izquierdo, escribe: “Yo no soy nada más que polvo y cenizas”.

Divide bien tu dinero entre  estos dos lugares. Cuando veas la miseria y la injusticia, recuerda que el mundo existe  solamente para que puedas manifestar tu bondad, y usa el dinero del bolsillo derecho. Cuando estés tentado de adquirir cosas que no te hacen  la menor falta, recuerda lo que está escrito en el bolsillo izquierdo y piensa varias veces antes de gastarlo. De esta forma, el mundo material nunca sofocará el mundo espiritual.

Cuándo dar y cuándo recibir
Nasrudin paseaba por el mercado cuando un hombre se le acercó.

-Sé que eres un gran maestro sufi, dijo el hombre.  Esta mañana, mi hijo me pidió dinero para comprar una vaca: ¿debo ayudarlo?

-Esta no es una situación de emergencia. Entonces, aguarda una semana antes de atender el pedido de tu hijo.

-Pero yo estoy en condiciones de ayudarlo ahora, ¿qué diferencia habrá con hacerle esperar una semana?

-Una diferencia muy grande, respondió Nasrudin. Mi experiencia  me  enseña que las personas solo dan valor a algo cuando tienen la oportunidad de dudar si conseguirán o no lo que desean.

Parece muy obvio
Preguntaron al rabino Ben Zoma:

-¿Quién es sabio?

-Aquel que encuentra siempre algo que aprender de los otros, dijo el rabino.

-¿Quién es fuerte?

-El hombre que es capaz de dominarse a sí mismo.

-¿Quién es rico?

-El que conoce el tesoro que tiene: sus días y sus horas de vida, que pueden modificar todo lo que sucede  a su alrededor.

-¿Quién merece respeto?

-Quien se respeta a sí mismo y a su prójimo.

-Todo esto son cosas obvias, comentó uno de los presentes.

-Por eso son tan difíciles de  ser observadas, concluyó el rabino.

Entre la fe y la oración
-¿Hay algo más importante que la oración?, preguntó el discípulo al maestro.

El maestro pidió que el discípulo fuese hasta un arbusto próximo y cortase una rama. El discípulo obedeció.

-¿El árbol continúa vivo?, preguntó el maestro.

-Tan vivo como antes. 

-Entonces vuelve allí y corta la raíz.

-Si lo hago, el árbol morirá.

-Las oraciones son las ramas de un árbol, cuya raíz se llama Fe, dijo el maestro.  Puede existir fe sin oración, pero no puede existir oración sin fe.

Texto retirado de: http://www.eluniverso.com/
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