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domingo, 25 de diciembre de 2011

Miedos y mentiras ¿Quién no los tiene?

Por Paulo Coelho  

El Alquimista

“Mucha gente tiene miedo de la felicidad. Para estas personas, estar bien con la vida significa cambiar una serie de hábitos y perder su identidad propia”.

Por increíble que parezca, mucha gente tiene miedo de la felicidad. Para estas personas, estar bien con la vida significa cambiar una serie de hábitos y perder su identidad propia.

Muchas veces nos juzgamos indignos de las cosas buenas que nos suceden. No aceptamos los milagros, porque al aceptarlos nos da la sensación de que estamos debiendo algo a Dios. Además de eso, tenemos miedo de “acostumbrarnos” a la felicidad.
Pensamos: “Es mejor no probar el cáliz de la alegría porque cuando  nos falte sufriremos mucho”.
Por miedo a disminuir, dejamos de crecer. Por miedo a llorar, dejamos de reír. A continuación, algunas historias al respecto:
Tras los pasos de Moisés
El rabino Zuya quería descubrir los misterios divinos. Por eso resolvió imitar la vida de Moisés.
Durante años intentó conducirse como el profeta, sin conseguir los resultados esperados. Cierta noche, exhausto de tanto estudiar, terminó adormeciéndose. En el sueño se le apareció Dios:
- ¿Por qué estás tan perturbado, hijo mío? –preguntó.
- Mis días en la Tierra terminarán y estoy lejos de llegar a ser como Moisés –respondió
Zuya.
- Si yo necesitara otro Moisés ya lo habría creado –dijo Dios– Cuando tú aparezcas ante mí para el juicio, no  preguntaré por qué no fuiste como Moisés, sino quién fuiste tú: procura ser un buen Zuya.

El jumento muere de cansancio
Nasrudin decidió buscar nuevas técnicas de meditación. Ensilló su jumento y fue a la India, a la China, a Mongolia, habló con todos los grandes maestros, pero no consiguió nada.
Oyó decir que había un sabio en Nepal y viajó hasta allá, pero cuando subía la montaña para encontrarlo, su jumento murió de cansancio. Nasrudin lo enterró allí mismo y lloró de tristeza. Alguien pasó y comentó:
- Buscabas un santo y esa debe de ser su tumba. Seguramente estás lamentando su muerte.
- No, es el lugar donde enterré a mi jumento, que ha muerto de cansancio.
- No lo creo –dijo el recién llegado–. Nadie llora por un jumento muerto. Eso debe ser un lugar donde suceden los milagros, y tú lo quieres guardar solo para ti mismo.
Por más que Nasrudin insistiera, no sirvió de nada. El hombre fue hasta la aldea vecina y difundió la historia de un gran maestro que realizaba curas en su tumba, y pronto los peregrinos comenzaron a llegar.

Poco a poco, la noticia del descubrimiento del Sabio del Luto Silencioso se esparció por todo el Nepal, y multitudes acudieron al lugar. Un hombre rico fue hasta allí y como consideró que había sido recompensado, mandó construir un imponente monumento en el lugar en el que Nasrudin había enterrado a su “maestro”.
En vista de esto, Nasrudin resolvió dejar las cosas como estaban. Pero aprendió de una vez por todas que cuando alguien quiere creer una mentira, nadie le podrá convencer de lo contrario.
Texto retirado de: La Revista

martes, 20 de diciembre de 2011

Ser médium


Abrazando la mediumnidad, muchos compañeros en la Tierra adoptan posición de absoluta expectativa, copiando la inercia de los maniquíes. Se concentran mentalmente y esperan, inmóviles, anulados, la manifestación de los Espíritus Superiores, olvidándose de que el verdadero servidor asume siempre la iniciativa de la gentileza, en la más simple actividad doméstica.

Veamos la lógica de lo cotidiano. Un director de despacho no exigirá que el auxiliar se haga enciclopedia humana, a fin de recibir su cooperación; pero pide que sea una criatura ordenada y laboriosa, con la necesaria experiencia en asuntos de escritura.
Un médico no reclamará del enfermero un certificado de grandeza moral para aceptar su colaboración; sin embargo, contará que sea persona trabajadora y sensata, con la necesaria dedicación a los enfermos.
El propietario de un autobús no se valdrá de la atención del farmacéutico, en su taller; pero buscará un conductor, que no sólo sepa maniobrar el volante, sino que lo ayude también a conservar el coche.
El farmacéutico, a su vez, no se valdrá de la atención de un conductor, en su casa, pero buscará un colaborador que no sólo sepa vender medicamentos, sino que lo ayude también a preparar las recetas.
Cada trabajador permanece en su propia tarea, aunque la interdependencia sea el régimen de la vida señalando a todos.

Ser médium es ser ayudante del Mundo Espiritual. Y ser ayudante en determinado trabajo es ser alguien que auxilia espontáneamente, descansando la cabeza de los responsables.
Si no puedes comprender eso, observa el avión, por más simple que sea. Todo es amparo inteligente y acción maquinal en el convoy aéreo. Torres de vigilancia le marcan la ruta y vigorosos motores le garantizan la marcha. Pero todo puede fallar si fallan el entendimiento y la disciplina en el piloto que está en su interior.

Dictado por el espíritu Emmanuel



Pintura de: François Bard
Tomada del blog Recogedor

Texto retirado deLuz Espiritual


domingo, 18 de diciembre de 2011

Carlos Castañeda: Su legado crucial

Por Paulo Coelho  

El Alquimista


“Lo más difícil en este mundo es adoptar la postura de un guerrero. De nada sirve estar triste, quejarse o decir que alguien nos está haciendo mal. Nadie está haciéndole nada a nadie  y mucho menos a un guerrero”.

Hace años que murió Carlos Castañeda, sin duda el escritor más importante de la generación hippy, aunque nunca haya recibido el reconocimiento de la intelectualidad. Pero a Castañeda esto no le importaba gran cosa.
En su momento  publiqué una columna con algunos pasajes de sus libros editados en Brasil, y fue sorprendente la cantidad de correspondencia que recibí después. Muchos preguntaban: “Pero ¿él vivió de verdad todo lo que cuenta?”. Personalmente, no tengo ni idea, y esto tampoco tiene mayor importancia; lo que cuenta es su manera de repensar el mundo. Les dejo a continuación con algunos textos de  La rueda del tiempo (The Wheel of time, Laugan Productions), donde el propio Castañeda seleccionó lo que le parecía más importante de todo lo que había publicado:
• Un guerrero acepta la responsabilidad de sus actos, incluso los más triviales. El hombre común nunca asume sus errores, pero sí que se atribuye cualquier victoria, aunque esta sea más bien ajena. Es un ganador o un perdedor, y puede transformarse en perseguidor o en víctima, pero nunca llegará a la condición de guerrero, porque no lo merece.
• Un guerrero a veces debe  estar disponible y a veces debe mantenerse oculto. Es inútil para un guerrero estar todo el tiempo disponible, así como es inútil ocultarse cuando todos saben dónde está escondido. Alternando la disponibilidad con la indisponibilidad, él no se cansa sin sentido y no cansa a los que lo rodean.
• Para el hombre común, el mundo es extraño porque cuando no está cansado de vivir, está sufriendo por cosas que cree que no se merece. Para un guerrero, el mundo es extraño porque es estupendo, pavoroso, misterioso, insondable. El arte del guerrero consiste en equilibrar el terror de ser un hombre con la maravilla de ser un hombre.
• Los actos tienen poder. Especialmente cuando el guerrero sabe que cada lucha puede ser su última batalla. Hay una extraña felicidad en actuar con plena conciencia de que podemos morir al minuto siguiente.
• Lo más difícil en este mundo es adoptar la postura de un guerrero. De nada sirve estar triste, quejarse o decir que alguien nos está haciendo mal. Nadie está haciéndole nada a nadie  y mucho menos a un guerrero.
• La confianza del guerrero no es la confianza del hombre común. El hombre común busca la aprobación a los ojos del espectador, y a eso lo llama certeza. El guerrero busca ser impecable frente a sí mismo, y a eso lo llama humildad. El hombre común está ligado a sus semejantes; el guerrero está conectado al infinito.
• Hay muchas cosas que un guerrero puede hacer llegado un determinado momento, que no podía hacer algunos años atrás. No fueron las cosas las que cambiaron: lo que cambió fue la idea que el guerrero tenía de sí mismo.
• El poder siempre pone al alcance del guerrero un centímetro cúbico de suerte. El arte del guerrero consiste en ser permanentemente fluido, para conseguir utilizarlo.
• Todo el mundo dispone de suficiente poder para conseguir alguna cosa. El secreto del guerrero consiste en desviar la energía que antes dedicaba a sus debilidades y emplearla en su propósito en esta vida.
Texto retirado de: La Revista

martes, 13 de diciembre de 2011

Olvido y reencarnación

Examinando el olvido temporal del pasado en el campo físico, conviene considerar cada existencia como práctica de servicio en que el alma readquiere, en el mundo, el aprendizaje que le compete.
Surgiendo semejante periodo, entre la cuna que le configura el inicio y el túmulo que le demarca el cese, es justo aceptarle el carácter accidental, no obstante se le reconozca la vinculación a la vida eterna. Entonces, es forzoso meditar el impositivo de recurso y aprovechamiento tanto como en las aplicaciones de la fuerza eléctrica, hay que atender al problema de carga y conducción.
Comenzando una nueva existencia corpórea, para determinado efecto, la criatura recibe de ese modo implementos cerebrales completamente nuevos en el dominio de las energías físicas y, para que se le adormezca la memoria, funciona la hipnosis natural como recurso básico, una vez que en muchas ocasiones duerme en pesado letargo, mucho tiempo antes de acogerse al abrigo materno. En la mejor de las hipótesis, cuando disfruta de gran actividad mental en las esferas superiores, sólo es compelida al sueño relativamente profundo mientras perdure la vida fetal. En ambos casos, hay postración psíquica en los primeros siete años de tierna instrumentación fisiológica de los encarnados, tiempo en que se reaviva su experiencia terrestre.
Tenemos así, más o menos tres mil días de sueño inducido o hipnosis terapéutica, para que establezcan enormes alteraciones en los vehículos de exteriorización del Espíritu, las cuales, añadidas a las consecuencias de los fenómenos naturales de restringimiento del cuerpo espiritual, en el refugio uterino, motivan el entorpecimiento de las remembranzas del pasado, para que se alivie la mente en la dirección de nuevas conquistas. Y, como todo ese tiempo es ocupado en proveer al niño de nuevos conceptos y pensamientos acerca de sí mismo, es comprensible que toda criatura sobrenade en la adolescencia, como alguien que fuese largamente hipnotizado para fines edificantes, despertando gradualmente, en la situación transformada en que la vida le propone la continuidad del servicio debido a la regeneración o a la evolución clara y simple.
Y eso, en esencia, es lo que verdaderamente sucede, porque poco a poco el Espíritu reencarnado reanuda la herencia de sí mismo, en la estructura psicológica del destino, recuperando el patrimonio de las realizaciones y de las deudas que acumuló, para que se regraben en el ser en forma de tendencias innatas, y reencontrando a las personas y a las circunstancias, a las simpatías y a las aversiones, a las ventajas y a las dificultades con las cuales se crea afinizado o comprometido.
Se transfiguraron, entonces, las candilejas, mas la pieza continúa. Muchas veces el marco social o doméstico es diferente, mas, en el cuadro del trabajo y de la lucha, la conciencia es la misma, con la obligación de perfeccionarse ante la bendición de Dios, para la luz de la inmortalidad.

Dictado por el espíritu Emmanuel
Extraído del libro "Religión  de los Espíritus"

Pintura de: Kareena Zerefos
Tomada del blog Recogedor

Texto retirado deLuz Espiritual


domingo, 11 de diciembre de 2011

Infiernos paralelos: Realidades cercanas

Por Paulo Coelho  

El Alquimista

“Satanás ya no sabe qué hacer: ¿cómo puede funcionar su reino, si aquel rebelde está subvirtiendo todas las leyes? ”.

Lenin desciende a los infiernos

Después de hacer la Revolución Rusa, acabar con las diferencias de clases sociales y dedicar su vida entera al comunismo, Lenin finalmente muere. Por ser ateo y haber perseguido a los religiosos, lo condenan al infierno.
Al llegar allí, descubre que la situación es peor que en la Tierra: los condenados son sometidos a sufrimientos increíbles, no hay alimento para todos, los demonios son desorganizados, Satanás se comporta como un rey absoluto, sin ningún respeto por sus empleados o por las almas en pena que sufren el suplicio eterno.
Lenin, indignado, se rebela contra la situación: organiza  manifestaciones, hace protestas, crea sindicatos con diablos descontentos, incentiva rebeliones. En poco tiempo, el infierno está cabeza para abajo: nadie respeta ya la autoridad de Satanás, los demonios piden aumento de sueldo, las sesiones de suplicio quedan vacías, los encargados de mantener encendidos los hornos hacen huelga.
Satanás ya no sabe qué hacer: ¿cómo puede funcionar su reino, si aquel rebelde está subvirtiendo  todas las leyes? Intenta un encuentro con él, pero Lenin, alegando no conversar con opresores, manda un recado a través de un comité popular, diciendo que no reconoce la autoridad del Jefe Supremo.
Desesperado, Satanás va hasta el cielo para conversar con San Pedro: - ¿Os acordáis de aquel sujeto que hizo la revolución rusa?- pregunta Satanás.
- Nos acordamos muy bien –responde San Pedro. –Un comunista. Odiaba la religión.
- Es un buen hombre –insiste Satanás. – Aunque tenga sus pecados, no merece el infierno; al fin y al cabo, procuró luchar por un mundo más justo. En mi opinión  debería estar en el cielo.

San Pedro reflexiona un rato.
- Creo que tienes razón – dice finalmente. – Todos  tenemos nuestros pecados, hasta yo mismo llegué a negar a Cristo tres veces. Envíalo para aquí.

Loco de contento, Satanás regresa a su casa y envía a Lenin directo  al cielo. Enseguida, con mano de hierro y alguna violencia, termina con los sindicatos de demonios, disuelve el comité de almas descontentas, prohíbe asambleas y manifestaciones de condenados.
El infierno vuelve a ser el famoso lugar de los tormentos que siempre asustó al hombre. Loco de alegría, Satanás  se pone a imaginar qué es lo que debe de estar pasando en el cielo.
“¡En cualquier momento San Pedro estará llamando aquí, pidiendo que Lenin retorne!”  ríe consigo mismo. “¡Aquel comunista debe haber transformado el paraíso en un lugar insoportable!
Pasa el primer mes, pasa un año entero, y ninguna noticia del cielo. Muerto de curiosidad, Satanás resuelve llegarse hasta allí para ver lo que está sucediendo.
Encuentra a San Pedro en la puerta del Paraíso. - ¿Y que tal, cómo van las cosas?- pregunta.
- Muy bien  – responde San Pedro.
- ¿Pero está   todo en orden?
- ¡Claro! ¿Por qué no?
“Este tipo debe de estar fingiendo”, piensa Satanás. “Lo que quiere es enchufarme a  Lenin de vuelta”
- Escucha, San Pedro, ¿aquel comunista que te mandé, se ha portado bien?
- ¡ Muy bien!
- ¿ Ninguna anarquía?
- Al contrario. Los ángeles son más libres que nunca, las almas hacen lo que desean, los santos pueden entrar y salir sin horario fijo.
- ¿Y Dios, no se queja de este exceso de libertad?
San Pedro mira, con cierta piedad, al pobre diablo que tiene enfrente: ¿Dios? Camarada, ¡Dios no existe!


Dibujo deWagner Menezes
Texto retirado de: La Revista

martes, 6 de diciembre de 2011

Orientación espírita

Te declaras necesitado de orientación para hacerte mejor ante el Cristo de Dios; sin embargo, el Espiritismo, revelando en nosotros la Vida Mayor, expone claramente la esencia y el plan de nuestras obligaciones. Todos somos fértiles en peticiones al Señor invocándole auxilio, olvidándonos, sin embargo, de que en el campo de las necesidades humanas clama el Señor igualmente por nuestros brazos.
No pidas, así, a otro para que te preste atención.
Oigamos el llamamiento de la Esfera Superior que nos pide mejoría para que el mundo mejore. Del grado de conocimiento al que te elevas, descubrirás el valle inmenso en que se mueven nuestros hermanos en los laberintos de la experiencia.

Muchos enloquecieron de dolor sobre el ataúd de un corazón, a cambio del cual darían su propia vida, otros yacen enclavados en catres de sufrimiento.
Multitudes de ellos se habían enmascarado de alegría, despedazados íntimamente por cuchillas de aflicción y remordimiento, y otros muchos se alistan al servicio de las tinieblas arrastrándose espantados, en el fango taciturno del crimen…
Contempla los caminos que se entrecruzan en la sombra. Está quien agoniza en la desesperación, quien se ahoga en el vicio, quien se tambalea de angustia, quien se requema, sin percibir, en el fuego de la ambición desmedida, quien transfigura la oración en blasfemia y quien mitiga la sed en sus lágrimas.
Baja del pedestal en que te levantas y extiéndele manos amigas. ¿Quién sabe? Es posible que semejantes compañeros de lucha estén contigo, entre las paredes de tu casa. Envueltos en la niebla de la ilusión y de la ignorancia, te ruegan socorro en el cuaderno del ejemplo, para que se liberen del desajuste al que se esclavizan. No te quejes, ni te subleves. No censures, ni hieras. Ampáralos a todos, cómo y cuánto pudieres. No importa que pertenezcan a otros hogares, otros credos, otras razas, otras banderas…
La caridad, hija de Dios, no tiene punto de vista. Recuerda que el Señor, cada día, sitúa tu presencia en el lugar cierto, donde puedas servir más y mejor, en el momento justo. De ese modo, no solicites al hermano del camino que trace el guión de tus actividades, porque el prójimo está vinculado a problemas que desconoces.
Acuérdate que somos llamados a ayudar y sublimar hoy y siempre, y que, si estás anotado entre los hombres por el aspecto que aparentas, ante la Verdad serás conocido por lo que eres. Empéñate, pues, en merecer la aprobación de tu conciencia por el bien que practiques y por la justicia que hagas, por la paz que atesores y por la tarea que realices, ya que, si te devotas al servicio de la perfección en ti mismo, percibirás, en lo que atañe al perfeccionamiento de los otros, que, dondequiera y con quien fuere, la Bondad de Dios hará siempre el resto.

Dictado por el espíritu Emmanuel
Extraído del libro "Religión  de los Espíritus"

Pintura de: Katinka Lampe
Tomada del blog realistas-art

Texto retirado deLuz Espiritual


domingo, 4 de diciembre de 2011

Lecciones: No olvidar nuestras raíces

Por Paulo Coelho  

El Alquimista

Muchas veces la rutina diaria puede hacernos olvidar los valores reales de la propia vida y los peligros de sueños irrealistas.


Hace muchos años vivía en China un joven llamado Mogo, que se ganaba el sustento picando piedras. Aunque era sano y fuerte, no se conformaba con su destino, y se quejaba día y noche. Tanto blasfemó contra Dios que su ángel de la guarda se le apareció.


-Tienes salud  y toda una vida por delante, dijo el ángel. Todos los jóvenes empiezan haciendo algo como tú. ¿Por qué te quejas constantemente?
-Dios fue injusto conmigo  y no me dio una oportunidad para crecer, respondió Mogo.
Preocupado, el ángel se presentó ante el Señor pidiendo ayuda para que su protegido no acabase perdiendo el alma.
-Que se haga tu voluntad, dijo el Señor. Todo lo que Mogo quiera le será concedido.
Al día siguiente, Mogo picaba piedras cuando vio pasar un carruaje que transportaba a un noble cubierto de joyas. Pasando las manos por el rostro sudoroso y sucio, Mogo dijo con amargura: ¿Por qué yo no puedo ser noble también? ¡Ese es mi destino!
-¡Lo serás!, murmuró el ángel con inmensa alegría.
Y Mogo se transformó en el dueño de un palacio suntuoso, con muchas tierras, rodeado de sirvientes y caballos. Solía salir todos los días con su impresionante cortejo, y le gustaba ver a sus antiguos compañeros alineados en una orilla de la calle, mirándolo con respeto.
Un día, el calor era insoportable; Mogo sudaba como en el tiempo en que picaba piedras. Entonces se dio cuenta de que no era tan importante como pensaba: por encima de él había príncipes, emperadores y sobre todos ellos estaba el sol, que no obedecía a nadie, pues era el verdadero rey.
-¡Ah, ángel mío! ¿Por qué no puedo ser el sol? -¡Pues lo serás!  –exclamó el ángel, escondiendo su tristeza ante tamaña ambición.
Y Mogo se convirtió en el Sol como deseaba.

Mientras brillaba en el cielo, admirado con su gigantesco poder de hacer madurar las cosechas o quemarlas a su antojo, un punto negro comenzó a avanzar hacia él. La mancha oscura fue creciendo  y Mogo se dio cuenta de que era una nube, extendiéndose a su alrededor y haciendo que ya no pudiese ver la Tierra.
-¡Ángel!, gritó Mogo. ¡La nube es más fuerte que el Sol! ¡Mi destino es ser nube!
-¡Lo serás!, respondió el ángel.
Mogo se transformó en nube.
-¡Soy poderoso!, gritaba, oscureciendo el Sol.

Pero, en la costa desierta del océano se erguía una inmensa roca de granito, tan vieja como el mundo. Mogo pensó que la roca lo desafiaba  y desencadenó una tempestad que nunca antes se había visto en el mundo. Las olas, enormes y furiosas, golpeaban la roca, intentando arrancarla del suelo y arrojarla al fondo del mar.
Pero, firme e impasible, la roca continuaba en su lugar.
-¡Ángel!, sollozaba Mogo. ¡La roca es más fuerte que la nube! ¡Mi destino es ser una roca! Y Mogo se transformó en roca.

-¿Quién podrá vencerme ahora?, decía. ¡Soy el más poderoso!
Y así pasaron varios años hasta que, cierta mañana, Mogo sintió un pinchazo agudo en sus entrañas de piedra, al que siguió un dolor profundo, como si una parte de su cuerpo de granito estuviese siendo dilacerada. A continuación escuchó golpes sordos, insistentes, y una vez más el dolor gigantesco.
Loco de espanto, gritó: ¡Ángel! ¡Alguien quiere matarme! ¡Él tiene más poder que yo, y yo quiero ser como él!
-¡Y lo serás!, dijo el ángel. Así Mogo volvió a picar piedras.

(Una bella historia enviada por la lectora Shirlei Massapust)

Texto retirado de: La Revista

martes, 29 de noviembre de 2011

Unión

Compadécete y ayuda, a fin de que puedas servir en la unión para el bien.
Si no fuese por la bondad del labrador que ampara la semilla seca, no recibirías en la mesa el bienestar del pan.
Si no fuese por el trabajo del operario que asienta ladrillo por ladrillo, no dispondrías de seguridad en la base de tu propio hogar.
Eso sucede en los elementos más simples.

Repara, sin embargo, en la actitud de la vida para que nadie falte a la comunión del progreso.
No condena al paralítico para que no ande.
Da silla de ruedas.
No malinterpreta los ojos enfermos.
Bruñe lentes protectoras.
No relega a los mutilados a su propia suerte.
Hace recursos mecánicos.
No se revuelve contra los ignorantes que le tuercen las directrices.
Enciende la luz de la escuela.
No aniquila a los locos que le injurian las leyes.
Los acoge generosamente en el regazo del hospicio.


Imitando el sentimiento de la vida, seamos unos para otros, cuando sea necesario, la muleta y el remedio.
Olvidemos los defectos del prójimo en la certeza de que todos nos encontramos bajo el mazo de las horas, en el yunque de la experiencia.
Tolerancia es la base de la unión ideal.
Y sólo la unión hace la fuerza.
Sin embargo, hay fuerza y fuerza.
Se reúnen millones de gotas y crean la fuente.
Se congregan millones de chispas y forman el incendio.
Piensa un poco y entenderás que es siempre muy fácil juntar los intereses de la Tierra y hacer la unión para el bien de la fuerza, pero sólo atesorando las cualidades de Cristo en la propia alma es como nos será posible, en verdad, hacer la unión para la fuerza del bien.


Dictado por el espíritu Emmanuel

Pintura de: Oriol Angrill Jordà
Tomada del blog Recogedor 

Texto retirado deLuz Espiritual


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