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miércoles, 29 de junio de 2011

CIVILIZACIÓN

No podemos responsabilizar a la civilización por los desvaríos del mundo, pero sí al hombre que la desfigura.

¿Acaso serían reprobables las donaciones de Dios porque la mayoría de los hombres, a veces, se haga infiel a sí misma?

Es por eso, tal vez, que el apostolado de Jesús, por encima de todo, se dirige á la conciencia individual.

"Levántate y anda".

"Tu fe te curó."

"Ve y no peques más."

Semejantes ruegos se repiten, frecuentemente, en el servicio del Evangelio, porque el Maestro no ignoraba que la solución de los problemas de la paz y de la felicidad entre las criaturas no reside en el gobierno político, por más respetable que sea, una vez que los programas de la legalidad terrestre actúan de afuera hacia dentro, cuando nuestras heridas morales se manifiestan de dentro hacia afuera.

No vale acumular decretos y estatutos primorosos, cuando no haya corrección de carácter en los tutelados de las leyes humanas.

El hombre leal a la conciencia tranquila habrá sido próspero y feliz, tanto en la Grecia educada y  libre, como en el más tiránico de los regimenes feudales, con la esclavitud y la crueldad tocándoles la puerta.

Despertemos para la obligación de servir con amor, en todos los días, comprendiendo que todos somos hermanos con deberes de asistencia recíproca en las tareas del mundo que es nuestro propio hogar.

No esperemos que otros hagan el bien para que nos dispongamos a practicarlo.

Evitemos la expectativa de la cooperación ajena, cuando es inaplazable el testimonio personal e intransferible en el culto sincero a la fraternidad.

Vivamos con Jesús en nosotros mismos, aceptándole las directrices de renunciación al propio egoísmo y de consagración permanente a la buena voluntad, de unos para con los otros, en movimiento espontáneo de solidaridad y, lejos de divisar en la civilización cualquier proceso de decadencia espiritual, encontraremos en ella el bendito campo de más trabajo, en el perfeccionamiento de nosotros mismos, camino de más altas formas de la Vida Superior.

Pintura de: Sara Sniderhan
Tomada del blog Women Painting Women
Por el espírituEmmanuel
Texto tomado del: 
Libro "
NACER Y RENACER
".

domingo, 26 de junio de 2011

Mucho cuidado

Por Paulo Coelho

El Alquimista

Estrategias de Lucifer

“Todavía amo al Creador, que me alimentó cuando era joven y me enseñó a hacer el bien. Cuando me rebelé contra Él, no fue porque no lo amase. Antes al contrario, lo amaba tanto que tuve celos cuando creó a Adán. En aquel momento, quería desafiar al Señor y eso me arruinó”.


Cuenta el poeta persa Rumi que Mo’avia, el primer califa del linaje de Omniad, estaba un día durmiendo en su palacio cuando lo despertó un extraño.


-¿Quién eres? –preguntó.

-Soy Lucifer –fue la respuesta.

-¿Y qué buscas aquí?

-Es ya la hora de las oraciones, y tú sigues aquí durmiendo.


Mo’avia se quedó asombrado. ¿Por qué el príncipe de las tinieblas, aquel que desea siempre el alma de los hombres de poca fe, estaba ayudándole a cumplir con un deber religioso?


Lucifer explicó:

-Recuerda que yo fui creado como un ángel de luz. A pesar de todo lo acontecido en mi existencia, no puedo olvidar mi origen. Un hombre puede viajar a Roma o Jerusalén, pero siempre lleva en su corazón los valores de su patria: lo mismo sucede conmigo. Todavía amo al Creador, que me alimentó cuando era joven y me enseñó a hacer el bien. Cuando me rebelé contra Él, no fue porque no lo amase. Antes al contrario, lo amaba tanto que tuve celos cuando creó a Adán. En aquel momento, quería desafiar al Señor y eso me arruinó. Sin embargo, aún recuerdo las bendiciones que me fueron dadas un día, y tal vez actuando bien pueda retornar al Paraíso.


Mo’avia respondió:

-No puedo creer lo que me dices. Tú has sido el responsable de la ruina de muchísima gente en este mundo.

-Pues puedes creerlo –insistió Lucifer–. Solo Dios puede construir y destruir, porque es Todopoderoso. Fue Él, al crear al hombre, quien colocó en los atributos de la vida el deseo, la venganza, la compasión y el miedo. Por lo tanto, cuando veas el mal a tu alrededor, no me culpes, pues yo no soy más que el espejo de todo lo que de ruin tiene el mundo.


Mo’avia sabía que algo no iba bien y comenzó a rezar desesperadamente para que Dios lo iluminase. Pasó la noche entera hablando y discutiendo con Lucifer, y a pesar de los brillantes argumentos que este esgrimía, no se dejaba convencer.


Cuando el día ya estaba amaneciendo, Lucifer finalmente cedió, explicando:

-Está bien, tienes razón. Cuando esta tarde llegué y te desperté para que no se te pasara la hora de las plegarias, mi intención no era acercarte a la Luz Divina.


“Sabía que si dejabas de cumplir tu obligación, sentirías una profunda tristeza, y durante los próximos días rezarías con redoblada fe, pidiendo perdón por haber descuidado el ritual. A los ojos de Dios, cada uno de estos rezos, hecho con amor y arrepentimiento valdría lo mismo que doscientas oraciones hechas de manera automática y rutinaria. Terminarías más purificado e inspirado, Dios te amaría más, y yo estaría más lejos de tu alma”.


Lucifer desapareció, y acto seguido entró un ángel de luz:


-No olvides nunca la lección de hoy –dijo a Mo’avia–. A veces el Mal se disfraza de emisario del Bien, pero su oculta intención es causar más destrucción.

Desde aquel día, Mo’avia rezó con arrepentimiento, compasión y fe. Sus plegarias fueron oídas mil veces por Dios.


Reflexión

(Inspirada en Mahatma Gandhi):


Un NO pronunciado con convicción profunda es mucho más importante que un SÍ dicho para agradar, para ser simpático, o lo que es peor, para eludir problemas que forman parte del camino y que deben ser resueltos”.


Texto retirado de: La Revista

miércoles, 22 de junio de 2011

DELANTE DE LA PERFECCIÓN

"Sed perfectos como Nuestro Padre Celestial!"

Esta fue la advertencia del Señor a nuestro corazón de aprendices.

Sin embargo, a la manera del gusano contemplando la estrella lejana, sabemos cuan inmensa es la distancia que nos separa de la meta.

Impedimentos, compromisos e inhibiciones fluyen de nuestro "ayer" asfixiándonos, a cada momento de hoy, el anhelo de movilización hacia la luz.

Entretanto, si aún nos situamos tan lejos del justo perfeccionamiento que nos integrará en la magnificencia divina, es imperioso comenzar la gran romería, ofreciendo al avance las mejores fuerzas.

Nadie exige que seas de inmediato el paradigma del amor que el Maestro nos legó, pero puedes ser, desde ahora, el cultor de la comprensión y de la gentileza dentro de tu propia casa.

Nadie te pide la renuncia integral a los bienes que te enriquecen los días terrestres, no obstante, puedes donar, de improviso, la migaja de lo que te sobre al confort doméstico, en auxilio al compañero necesitado.

Nadie espera que desempeñes, aún hoy, el papel de héroe en la plaza pública, pero puedes callar, sin demora, la palabra obscura o amarga capaz de emerger de tu corazón hacia los labios.

Nadie aguarda que seas el remedio para todas las enfermedades, entretanto, aun hoy, puedes ser el enfermero diligente, aliviando las úlceras de los enfermos relegados al abandono.

Nadie te solicita prodigios, en manifestaciones prematuras de fe, pero puedes ser, sin demora, el consuelo que ampare a cuantos atraviesan las zarzas del camino.

Recuerda la simiente que te regala el cuerpo y aprendamos a comenzar.

La planta que era ayer simple promesa, hoy es garantía del pan que te suple la mesa.

Los mayores y más famosos viajes se inician de un paso.

Esforcémonos por hacer lo mejor a nuestro alcance, desde ahora, y la perfección nos será, un día, preciosa fuente de bendiciones, revelándonos el luminoso porvenir.

Pintura de: Innes McDougall
Tomada del blog Recogedor
Por el espírituEmmanuel
Psicografía: 

Texto tomado del: 
Libro "
NACER Y RENACER
".

domingo, 19 de junio de 2011

Eterna sabiduría

Por Paulo Coelho

El Alquimista

Escrituras inmortales

“Sabio es el que conoce a los demás. Iluminado, el que se conoce a sí mismo. Fuerte es el que vence a los otros, poderoso, el que se vence a sí mismo. Rico es el que conoce la alegría...”.

¿Cómo se escribió uno de los libros más importantes del mundo? En el año 23 del reinado de Zhao, Lao Tse entendió que la guerra terminaría por destruir el lugar donde vivía. Como había pasado años meditando sobre la esencia de la vida, era plenamente consciente de que, en determinados momentos, ante todo hay que ser práctico. Así que tomó la decisión más sencilla: mudarse.

Cogió sus escasas pertenencias y se marchó en dirección a Han Keou. A las puertas de la ciudad se encontró con un centinela.
¿Adónde se dirige tan importante sabio?, preguntó el centinela.

Lejos de la guerra.
No podéis partir así. Quiero saber qué aprendisteis en tantos años de meditación. Solo os dejaré marchar si compartís conmigo lo que sabéis.

Con el único fin de librarse del centinela, allí mismo escribió Lao Tse un pequeño libro, cuya única copia le entregó. Después continuó su viaje y nunca más volvió a oírse hablar de él.

El texto de Lao Tse fue copiado y vuelto a copiar, atravesó siglos, atravesó milenios, hasta llegar a nuestros días. Se llama Tao Te Ching, está publicado en español por varias editoriales, y es una lectura imprescindible.
He aquí algunos fragmentos.

Tao Te Ching
“Sabio es el que conoce a los demás. Iluminado, el que se conoce a sí mismo. Fuerte es el que vence a los otros, poderoso, el que se vence a sí mismo. Rico es el que conoce la alegría, Hombre de voluntad, el que se mantiene en su camino.

Sé humilde, y permanecerás íntegro.
Inclínate, y permanecerás recto.
Vacíate, y permanecerás lleno.
Gástate, y permanecerás nuevo.

El sabio no se exhibe, y por eso brilla.
No quiere destacar, y por eso destaca.
No se aprecia, y por eso es apreciado.
Y porque no compite.
Nadie en el mundo puede competir con él”.

¿Lectura invisible?
Cuenta una leyenda japonesa que un monje, entusiasmado con la belleza del libro chino Tao Te Ching, decidió recabar fondos para traducir y publicar aquellos versos en su lengua. Tardó diez años en reunir dinero suficiente.

Sin embargo, una epidemia de peste asoló su país, y el monje resolvió emplear el dinero en aliviar el sufrimiento de los enfermos. Pero en cuanto la vida hubo vuelto a su cauce normal, de nuevo partió en busca del dinero para la publicación del Tao.

Pasaron diez años más, y cuando ya se preparaba para imprimir el libro, un maremoto dejó sin hogar a centenares de personas.
El monje volvió a gastarse el dinero en la reconstrucción de casas para los que lo habían perdido todo. Transcurrieron otros diez años, el monje consiguió reunir el dinero, y al fin pudo el pueblo japonés leer el Tao Te Ching.

Dicen los sabios que este monje hizo en realidad tres ediciones del Tao: dos invisibles y una impresa. Mantuvo la fe en su objetivo, mas no dejó de prestar atención a su semejante.
Texto retirado de: La Revista

miércoles, 15 de junio de 2011

CONTEMPLANDO EL BIEN

A través de mil formas, somos hoy, como ayer, viajeros del tiempo en tránsito de la sombra hacia la luz.

Millares de cunas y túmulos señalan nuestra marcha en los caminos evolutivos y, si la niebla del pasado aún nos entenebrece la visión, en la actualidad, ya se nos hace posible prever, con Jesús, la alborada renovadora.

Ayer, redujimos al deudor a la condición de bestia de carga doméstica.

Hoy, disponemos de códigos que nos facultan la solución de los propios compromisos ante la  ley.

Ayer, hacíamos del océano centro vivo de las más deplorables operaciones de piratería y  rapiñaje.

Hoy, hicimos del mar bendito camino de progreso y fraternidad.

Ayer, convertíamos la mujer, nuestra madre y nuestra hermana, en silenciosa bestia de carga,  con tratamiento familiar inferior aquel dispensado comúnmente a los caballos.

Hoy, procuramos destacarle la grandeza, conduciéndola al más alto nivel de la cultura y de la educación.

Ayer, relegábamos los enfermos difíciles a los valles obscuros de abandono y desespero.

Hoy, perfeccionamos la experiencia social, convocándolos a nuestra convivencia para que la ciencia y la caridad les aseguren la defensa ante las amenazas de la muerte.

Ayer, esclavizábamos a nuestros propios hermanos en espectáculos deprimentes de penuria moral, en los mercados de la vida humana.

Hoy, consolidamos el derecho del hombre de casi todas las latitudes, en el acceso al trabajo digno y en la conquista de la propia emancipación.

En verdad, aún tenemos hoy las demostraciones de la guerra, en los atritos periódicos de las naciones, y los hábitos infelices, como son el lenocinio y la industria de las drogas; no obstante, Cristo que nos inspira el avance espiritual, guiándonos la jornada hacia la justicia, nos dará brazo fuerte para que el mañana surja más claro, asegurándonos la victoria del amor y del respeto unos por los otros.

He porque dudar del bien sería desacreditarnos en derrocada injustificable, no solo porque estamos camino del perfeccionamiento, como también porque, si es innegable que Jesús comenzó a construir entre nosotros el Reino de Dios, no es menos cierto que su Obra Divina aún no terminó.

Pintura de: Sara Sniderhan
Tomada del blog Women Painting Women
Por el espírituEmmanuel
Texto tomado del: 
Libro "
NACER Y RENACER
".
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