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lunes, 30 de enero de 2012

Sufrimiento y eutanasia

Cuando te encuentres ante alguien que la muerte parece nimbar de sombra, recuerda que la vida prosigue, más allá de la gran renovación…
No te creas autorizado a asestar el golpe supremo en aquellos que la agonía enmudece, bajo pretexto de consolación y de amor, porque muchas veces, detrás de los ojos sin brillo y de las manos desfallecientes que parecen dar el último adiós, sólo responden avisos y advertencias para que el error sea interrumpido o para que la senda se reajuste mañana.
Ante el camastro de la enfermedad más insidiosa y más dura, brilla el socorro de la Infinita Bondad facilitando a quien debe, la conquista de la deuda saldada. Por ello mismo, en las mismas molestias reconocidamente oscuras para la diagnosis terrestre, brillan lecciones cuyo término hay que esperar, a fin de que el hombre no les pierda su esencia divina. Y así sucede porque el cuerpo carnal, incluso igual o más mutilado y deforme, en todas las circunstancias, es el sublime instrumento en que el alma es llamada a encender la llama de la evolución. Es por ese motivo que en el mundo encontramos, a cada paso, trajes físicos con patrón moral diverso.
Cuerpos—santuarios…
Cuerpos—talleres…
Cuerpos—bendiciones…
Cuerpos—escondrijos…
Cuerpos—flagelos…
Cuerpos—ambulancias…
Cuerpos—cárceles…
Cuerpos—expiaciones…

En todos ellos, sin embargo, palpita la concesión del Señor, induciéndonos al pago de viejas deudas que la Eterna Justicia todavía no borró.
Así, no desconsideres a quien se inmoviliza en la cruz horizontal de la enfermedad prolongada y difícil, administrándole el veneno de la muerte suave, ya que, probablemente, conocerás también más tarde el provechoso decúbito indispensable para la gran meditación. Y usando bondad para los que atraviesan semejantes experiencias, para que te no falte la bondad ajena el día de tu experiencia mayor, acuérdate de que, valorando la existencia en la Tierra, el propio Cristo arrancó a Lázaro de las tinieblas del sepulcro, para que el amigo dilecto consiguiese disponer de más tiempo para completar el tiempo necesario a su propia sublimación.


Dictado por el espíritu Emmanuel
Extraído del libro "Religión  de los Espíritus"

Pintura de: Henry Yan
Tomada del blog Realistas-Art

Texto retirado deLuz Espiritual

domingo, 29 de enero de 2012

Espacios misteriosos: La presencia de Dios

Por Paulo Coelho  

El Alquimista

“Dios no escucha a los vanidosos. Pero cuando fuiste humilde y pensaste en pedir ayuda al prójimo, Dios me envió a ti”.


A continuación historias sobre la presencia de Dios.
La respuesta
En cierta ocasión, un hombre preguntó al rabino Joshua ben Karechah:
¿Por qué escogió Dios una zarza para hablar con Moisés?
El rabino respondió: Si hubiese escogido un olivo o una morera, harías la misma pregunta. “Pero no puedo dejarte sin respuesta; por eso te diré que Dios escogió una pequeña y mísera zarza para enseñarnos que no hay lugar en la Tierra en que Él no esté presente”.

Donde vive Dios
Entre Francia y España hay una cordillera. En esta cordillera hay una aldea llamada Argeles-Gazost. En esta aldea hay una cuesta que baja al valle.
Todas las tardes paseaba por allí un viejecito. Cuando fui a Argeles por primera vez, no reparé en él; la segunda vez vi que siempre nos cruzábamos. Y cada vez que volvía a visitar aquella aldea, reparaba en más detalles: la ropa, la boina, el bastón, las gafas...
Él no lo sabe, pero cada vez que pienso en la aldea, me acuerdo también del viejecito.
Solo una vez hablé con él. Quería bromear y le pregunté:
¿Vivirá Dios en estas montañas que nos rodean?
Dios vive allí donde le dejan entrar, fue su respuesta.

Una breve definición de Dios
Durante la Feria del Libro de Buenos Aires, en 1995, conocí a un joven escritor llamado Gabriel Rugiero. Un día salimos juntos a comer con unos amigos, entre los cuales había algunos que no creían en el mundo espiritual.
Unas copas de vino más tarde, una de estas personas retó a Gabriel a que definiera a Dios.
No se puede definir, dijo él. Pero yo diría que Dios es la poesía que dio origen a los versos. Dios es una linterna perdida que, poco a poco, hace que más y más personas se preocupen de buscarla.
La visita del ángel
El Verba Seniorum, una colección de textos sobre los monjes que vivían en el desierto a principios de la era cristiana, cuenta la historia de un ermitaño que consiguió pasar un año comiendo apenas una vez a la semana.
Después de tan gran esfuerzo, le pidió a Dios que le revelase el significado de determinado pasaje bíblico.
No oyó respuesta alguna. “¡El tiempo que he malgastado!”, se lamentó el monje. “¡Hice este sacrificio y Dios no me responde! Mejor será salir de aquí y encontrar a otro monje que conozca el significado de este texto”.
En aquel momento se le apareció un ángel.
Los doce meses de ayuno solo te sirvieron para creerte mejor que los demás, y Dios no escucha a los vanidosos. Pero cuando fuiste humilde y pensaste en pedir ayuda al prójimo, Dios me envió a ti.

Y el ángel reveló al monje aquello que quería saber.
Texto retirado de: La Revista

jueves, 26 de enero de 2012

Discernimiento y amor

Es natural que examines en el mundo los problemas del comportamiento. Discernir lo cierto de lo errado. Entender lo que beneficia y perjudica. Y, en la medida que pudieres, es justo que procures erradicar con amor el mal que desfigure los dominios del bien, en forma similar al celo que pone el labrador cuando aparta la hierba invasora y dañina del cuerpo del árbol.
Entretanto, en cualquier actitud correctiva trata de que la compasión ilumine tu pensamiento, para que el ideal de justicia no quede aislado en tu corazón.
Recuerda los esfuerzos que desarrollas para que la bondad y la tolerancia no se aparten de tu vida y apréstate a auxiliar y entender en aras del bien.
Encontraste hermanos considerados delincuentes.
Imagina los procesos obsesivos que los habrá atormentado por largos lapsos hasta que quedaran envueltos en las sombras del desequilibrio.
Te enfrentaste con compañeros en actitud de rebeldía.
Medita en las prolongadas etapas de penurias y sufrimientos que atravesaran hasta agotar sus fuerzas, y que los impulsara a la indocilidad.
Seguiste la indeseable transformación de amigos que desertaran de nobles tareas a las que estaban dedicados.
Reflexiona unos instantes en los conflictos que sufrieran hasta que se produjo el fin de toda resistencia.
Sabes de personas queridas que se sumergen en la esclavitud de los tóxicos que devastan sus energías.
Piensa en las tentaciones que soportaran durante horas interminables, antes de someterse bajo la dependencia de los agentes químicos de los que abusan sin ninguna señal de responsabilidad.
Estudia los padecimientos de los desesperados, de los tristes, de los enfermos sin esperanza, de los que bordean el suicidio y de los hermanos hospitalizados aquejados de indefinibles angustias, y has de comprender que la infinita bondad de Dios determina, se designen jueces para que establezcan penas destinadas al rescate de nuestras culpas, así como suscita la formación de médicos para tratar las dolencias orgánicas, a fin de que la delincuencia y la enfermedad no destruyan la vida; mas nos impele incesantemente a la fraternidad, para que ella oriente nuestros actos en la edificación de un futuro mejor bajo la égida del amor.

Dictado por el espíritu Emmanuel

Pintura de: Steven Assael
Tomada del blog Realistas-Art

Texto retirado deLuz Espiritual


martes, 24 de enero de 2012

Examinadores


Observando la Tierra, desde el punto de vista espiritual, podemos compararla a inmensa escuela con varios cursos educativos.
El alumno inicia el aprendizaje por el número de matrícula.
El Espíritu empieza la gran práctica carnal por el certificado de nacimiento.
El primero ingresa en la clase que le compete.
El segundo es conducido al ambiente al que más se ajusta.
Pequeñitos, sonríen en el jardín de infancia ensayando ideas de la vida.
Almas primitivas, en la juventud de la selva, adquieren nociones de comportamiento.
Hay niños en las primeras letras, dominando el alfabeto.
Hay hermanos en luchas menores, penetrando los dominios de la experiencia.
Existen jóvenes en los bancos de la enseñanza media, disputando conquistas más altas.
Poseemos innúmeros compañeros en tarea importante, marchando hacia más elevados conocimientos.
Aún se cuentan aquellos que alcanzaron las instituciones de enseñanza superior buscando la especialización profesional o científica, de modo a que participen de la élite cultural, en el progreso de la Humanidad.
Igualmente vemos corazones maduros que transitaron en la universidad del sufrimiento, buscando las adquisiciones de amor y sabiduría que les confieran acceso a la flor y nata de la sublimación, en la Espiritualidad Victoriosa. Así, pues, si te ves en el círculo de las grandes aflicciones o de los grandes problemas, es que ya ascendiste a los centros de adiestramiento mayor para la asimilación de virtudes excelsas. De ese modo, recibe a los parientes difíciles y a los amigos complejos, a los adversarios gratuitos y a los hermanos desafortunados, así como a aquellos que te apedrean e hieren, persiguen y calumnian, como examinadores constantes de tu aprovechamiento en las ciencias del alma, como instructores en la lucha cotidiana…
Hora a hora, cada uno de ellos te examina el grado de paciencia y servicio, caridad y benevolencia, perdón y fe viva, buen ánimo y entendimiento. Y acordándote de que el mismo Cristo sufrió ironía y apaleamiento entre ellos el día de la cruz, serénate en el banco de pruebas en que te encuentras, aprendiendo a valorar en tu favor el poder de la humildad y la fuerza de la compasión.

Dictado por el espíritu Emmanuel
Extraído del libro "Religión  de los Espíritus"

Pintura de: Mary Jane Ansell
Tomada del blog Realistas-Art

Texto retirado deLuz Espiritual


domingo, 22 de enero de 2012

Tener en cuenta: La verdadera humildad

Por Paulo Coelho  

El Alquimista

Nuestros ojos perciben las superficies. Nuestro corazón se conecta a los misterios y muchas veces al verdadero sentidos de las cosas.
Una cosa debe quedar bien clara para todos nosotros: no podemos confundir humildad con falsa modestia o con servilismo. Como dice Castañeda, un guerrero no dobla su cabeza ante nadie, pero tampoco permite que nadie se humille ante él. A continuación, relato algunas historias sobre el lado positivo de la humildad.

El cielo y el infierno

Un samurái violento, con fama de provocar peleas sin motivo, llegó a las puertas del monasterio zen y pidió para hablar con el maestro.
Sin titubear, Ryokan fue a su encuentro.
-Dicen que la inteligencia es más poderosa que la fuerza -comentó el samurái. -¿Conseguiría usted explicarme lo que es el cielo y el infierno?
Ryokan permaneció callado.
- ¿Ha visto? –rugió el samurái. –Yo conseguiría explicar eso con mucha facilidad: para mostrar lo que es el infierno, basta dar una paliza a alguien.
Para mostrar lo que es el cielo, basta dejar a una persona huir, después de haberla amenazado mucho.
- No discuto con gente estúpida como tú –comentó el maestro zen.
La sangre del samurái se le subió a la cabeza. Su mente quedó enturbiada de odio.
- Esto es infierno –dijo Ryokan, sonriendo. –Dejarse provocar por tonterías.
El guerrero quedó desconcertado por el valor del monje, y se tranquilizó.
- Esto es el cielo –terminó Ryokan, invitándolo a entrar. – No aceptar provocaciones tontas.

La piedra que falta

Uno de los grandes monumentos de la ciudad de Kyoto es un jardín zen, una superficie de arena que contiene quince rocas.
El jardín original tenía dieciséis rocas. Cuenta la leyenda que, tan pronto como el jardinero terminó su obra, llamó al emperador para contemplarla.
- ¡Magnífico! –dijo el emperador. –Es el más hermoso del Japón. Y esta es la más bella roca del jardín.
Inmediatamente el jardinero sacó del jardín la piedra que el emperador tanto  había apreciado, y la tiró.
Ahora el jardín está perfecto –dijo al emperador. –No existe nada que sobresalga, y así puede ser visto en toda su armonía.

“Un jardín, como la vida, tiene que ser visto en su totalidad. Si nos detenemos en la belleza de un detalle, todo el resto parecerá feo”.
Texto retirado de: La Revista

Permanecendo abertos ao amor

Por Paulo Coelho

Já que é Natal, é bom lembrar que existem momentos em que gostaríamos muito de ajudar a quem amamos muito, mas não podemos fazer nada. Ou as circunstâncias não permitem que nos aproximemos, ou a pessoa está fechada para qualquer gesto de solidariedade e apoio.


Então, nos resta apenas o amor. Nos momentos em que tudo é inútil, ainda podemos amar - sem esperar recompensas, mudanças, agradecimentos.
Se conseguirmos agir desta maneira, a energia do amor começa a transformar o universo a nossa volta. Quando esta energia aparece, sempre consegue realizar o seu trabalho. "O tempo não transforma o homem. O poder da vontade não transforma o homem. O amor transforma", diz Henry Drummond.
Li no jornal sobre uma criança, em Brasília, que foi brutalmente espancada pelos pais. Como resultado, perdeu os movimentos do corpo e ficou sem fala.
Internada no Hospital de Base, ela foi cuidada por uma enfermeira que lhe dizia diariamente: "eu te amo". Embora os médicos garantissem que não conseguia escutá-la, e que seus esforços eram inúteis, a enfermeira continuava a repetir: "Eu te amo, não esqueça".
Três semanas depois, a criança havia recuperado os movimentos. Quatro semanas depois, voltava a falar e sorrir. A enfermeira nunca deu entrevistas, e o jornal não publicava seu nome - mas fica aqui o registro, para que não esqueçamos nunca: o amor cura.
O amor transforma, o amor cura. Mas às vezes, o amor constrói armadilhas mortais, e termina destruindo a pessoa que resolveu entregar-se por completo. Que sentimento complexo é este que - no fundo - é a única razão para continuarmos vivos, lutando, procurando melhorar?
Seria uma irresponsabilidade tentar defini-lo, porque, como todo o resto dos seres humanos, eu apenas consigo senti-lo. Milhares de livros são escritos, peças teatrais encenadas, filmes produzidos, poesias criadas, esculturas talhadas na madeira ou no mármore, e mesmo assim, tudo que o artista pode passar é a idéia de um sentimento - não o sentimento em si.
Mas eu aprendi que este sentimento está presente nas pequenas coisas, e se manifesta na mais insignificante das atitudes que tomamos, portanto é preciso ter o amor sempre em mente, quando agimos ou quando deixamos de agir.
Pegar o telefone e dizer a palavra de carinho que adiamos. Abrir a porta e deixar entrar quem precisa de nossa ajuda.  Aceitar um emprego.  Abandonar um emprego. 
Tomar a decisão que estávamos deixando para depois.  Pedir perdão por um erro que cometemos e que não nos deixa em paz. Exigir um direito que temos. Abrir uma conta no florista, que é mais importante que o joalheiro. Colocar a música bem alta quando a pessoa amada estiver longe, abaixar o volume quando ela estiver perto. Saber dizer "sim" e "não", porque o amor lida com todas as energias do homem. Descobrir um esporte que possa ser praticado a dois. Não seguir nenhuma receita, nem mesmo as que estão neste parágrafo - porque o amor precisa de criatividade.
E quando nada disso for possível, quando o que resta é apenas a solidão, lembrar-se então de uma história que um leitor me enviou certa vez:
Uma rosa sonhava dia e noite com a companhia das abelhas, mas nenhuma vinha pousar em suas pétalas.
A flor, entretanto, continuava a sonhar: durante suas longas noites, imaginava um céu onde voavam muitas abelhas, que vinham carinhosamente beijá-la. Desta maneira,  conseguia resistir até o próximo dia, quando tornava a se abrir com a luz do sol.
Certa noite, conhecendo a solidão da rosa, a lua perguntou:
- Você não está cansada de esperar?
- Talvez. Mas preciso continuar lutando.
- Por quê?
- Porque, se eu não me abrir, eu murcho.
Nos momentos onde a solidão parece esmagar toda a beleza, a única maneira de resistir é continuarmos abertos.
Texto retirado de: 

jueves, 19 de enero de 2012

Reencarnación

Reencarnación no siempre es éxito expiatorio, como no toda lucha en el campo físico expresa punición.
Sudor en el taller es acceso a la competencia. Esfuerzo en la escuela es adquisición de cultura.
Porque alguien se consagre hoy a la Medicina, no quiere eso decir que ayer haya sembrado molestias y sufrimientos.
Muchas veces el Espíritu, para señorear el dominio de las ciencias que tratan del cuerpo, voluntariamente busca su trato difícil en el rumbo de más elevada ascensión.
Porque un hombre se dedique actualmente a las actividades de la ingeniería, no expresa semejante elección esa o aquella deuda del pasado en la destrucción de los recursos de la Tierra.
En muchas ocasiones el Espíritu elige ese género de trabajo, intentando crecer en el conocimiento de las leyes que rigen el plano material, en marcha hacia más altos puestos en la Vida Superior.
Sin embargo, si el médico o el ingeniero sufren golpes mortales en el ejercicio de la profesión a la que se consagran, ciertamente en ella poseen servicio reparador que hay que atender en la pauta de las correcciones necesarias y justas.
Toda restauración exige dificultades equivalentes. Todo valor evolutivo reclama servicio propio. Nada existe sin precio.
Por ese motivo, si las pasiones gritan sujetas a los flagelos que extinguen su sombra, las tareas sublimes fulgen ligadas a las renunciaciones que encienden su luz.
En vista de eso, no te habitúes a medir los dolores ajenos por el criterio de expiación porque, casi siempre, almas heroicas que soportan el fuego constante de los grandes dolores morales, en el sacrificio del hogar o en las luchas del pueblo, sólo obedecen a los impulsos del bien excelso a fin de que la negación del hombre sea alentada por la esperanza de Dios.
Recuerda que si fueses arrebatado al Cielo, no tolerarías el gozo estancado sabiendo que tus hijos se agitan en el torbellino infernal. Inmediatamente solicitarías el descenso a los tormentos de la tiniebla para ayudarlos en la travesía de la angustia…
Acuérdate de eso y comprenderás finalmente la grandeza de Cristo que, sin débito alguno, se condicionó a nuestras deficiencias aceptando para ayudarnos, la Cruz de los ladrones para que todos consigamos, en la gloria de su amor, erguirnos de la muerte en el error a la bendición de la Vida Eterna.

Dictado por el espíritu Emmanuel
Extraído del libro "Religión  de los Espíritus"

Pintura de: Jacqui Oakley
Tomada del blog Recogedor

Texto retirado deLuz Espiritual


martes, 17 de enero de 2012

Mucho y poco

Es en la bendición del “poco” donde abres, inmediatamente, la senda ideal para el sol de la alegría. Mientras el «mucho» es constreñido a sopesar responsabilidades mayores en el campo de los compromisos que envuelven el bien general, puedes, con el fruto de tu trabajo, sembrar la divina felicidad que nace del corazón.
Dentro del “poco” que te limita la existencia, atenderás de ese modo a las necesidades que hoy, aparentemente sin expresión, cual semillas sin valor, serán en el futuro verdaderas siegas de talentos celestiales.
Es así que solucionarás modestos gastos de contenido sublime, a saber:
El vaso de leche para el niño necesitado…
La sopa eventual para los que pasan sin rumbo…
La medicina para el enfermo olvidado…
El socorro fraterno a las madres caídas en abandono…
El amparo sencillo a los huéspedes de la acera…
El plato adecuado al enfermo difícil…
El colchón que alivie al paralítico en la sombra…
El recuerdo espontánea que ampara al niño triste…
El concurso silencioso, aunque humilde, en favor del amigo hospitalizado…
El servicio discreto a las casas benéficas…
El libro renovador al compañero en desánimo…
La gentileza para con el vecino enjaulado en la prueba…
La cooperación indiscriminada a ese o a aquel sector de lucha…
No esperes, por lo tanto, que la vida te imponga una cruz de oro para ayudar y servir. Acuérdate de que los llamados ricos, por encarcelarse en los grilletes del «mucho», no siempre pueden auxiliar sin demoras, presas como son de sospechas atroces en la defensa de los patrimonios que habían sido llamados a manejar, en la extensión del progreso…
Ora por ellos, al contrario de reprocharles la vacilación y la conducta, ya que si tienes amor, saldrás de ti mismo con el «poco» bendecido que el Señor te confía y, de pronto, obedecerás al propio Señor, divulgando en Su nombre la fuerza de la paz y el beneficio de la luz.

Dictado por el espíritu Emmanuel
Extraído del libro "Religión  de los Espíritus"

Pintura de: Chris Hosmer
Tomada del blog Recogedor

Texto retirado deLuz Espiritual


domingo, 15 de enero de 2012

Dos historias reales: Solidaridad y apariencias

Por Paulo Coelho  

El Alquimista


“¿Acaso algún humano acabará comprendiendo la frase de Jesús: no juzgues si no quieres ser juzgado?”.

Estaba saliendo de la iglesia de Saint Patrick (Nueva York), cuando un muchacho brasileño se acercó.
-¡Qué bien que lo encuentro aquí! –dijo, sonriendo– Me hacía mucha falta hablar con usted.
A mí también me gustó ese encuentro con un desconocido. Lo invité a tomar un café, le conté lo aburrido que había sido mi viaje a Denver, y le sugerí que fuese a Harlem el domingo para presenciar cierto servicio religioso.
El muchacho, que debía de tener poco más de veinte años, me escuchaba sin decir palabra.
Yo continué hablando. Dije que acababa de leer un libro de ficción sobre un grupo terrorista que toma por asalto la iglesia de Saint Patrick, y el escritor describía tan bien el escenario, que me llamó la atención sobre muchas cosas que jamás había visto en mis visitas al local. Era por esa razón que había decidido pasar por allí aquella mañana.
Estuvimos casi una hora juntos y luego nos despedimos. Le deseé un estupendo viaje.
–Gracias –me dijo, alejándose.

Pero me di cuenta de que sus ojos estaban tristes; algo había salido mal, y yo no sabía exactamente qué. Solo después descubrí que él se había acercado a mí diciendo que tenía mucha necesidad de hablar conmigo.
El tiempo que pasamos juntos asumí el control de la situación. En ningún momento llegué a preguntarle qué quería; con la intención de resultar simpático, ocupé todos los espacios, no permití ningún momento de silencio, a partir del cual el chico podría finalmente haber transformado el monólogo en un diálogo.
Tal vez tuviese algo muy importante que compartir conmigo. Tal vez, si en aquel momento yo estuviese realmente abierto a la vida, yo también tendría algo que darle al muchacho. Tal vez, tanto mi vida como la de aquel joven habrían cambiado radicalmente después de aquel encuentro. Nunca lo sabré, y no me torturaré por el hecho de que no supe aprovechar ese momento mágico. Es normal equivocarse.
Desde entonces, procuro mantener viva en la memoria la escena de mi despedida; como no supe recibir lo que me estaba destinado, tampoco conseguí, pese a mi esfuerzo, dar lo que yo quería.
En el Puesto Seis
El padre José Roberto, de la Iglesia de la Resurrección (Río de Janeiro), salía una mañana cuando su coche se vio rodeado por tres adolescentes.
–Nos hemos pasado toda la noche despiertos –dijo uno, con tono desafiante–. ¿Se puede imaginar dónde hemos estado?
José Roberto eligió no responder.

Se imaginó lo que quiere decir pasar una noche despierto a aquella edad, sintió miedo por los riesgos que los chicos debían haber corrido, pensó en la preocupación de sus padres.
El adolescente que había iniciado la conversación acabó respondiendo a su propia pregunta:
–Nos quedamos en la iglesia de Nuestra Señora de Copacabana, adorando a la Virgen. Salimos de allí tan eufóricos, que vinimos caminando hasta aquí (unos tres kilómetros), cantando alto, riendo, hablando con todo el mundo. Al menos una de las personas nos preguntó: “¿Cómo no os da vergüenza estar borrachos a estas horas de la mañana, con los jóvenes que sois?”.

El padre arrancó su coche. Por el camino, se preguntaba: “También me he dejado llevar por las apariencias, y he cometido una injusticia en mi corazón. ¿Acaso algún humano acabará comprendiendo la frase de Jesús: no juzgues si no quieres ser juzgado?”.
Texto retirado de: La Revista
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