La mascota del blog

miércoles, 18 de mayo de 2011

ENRIQUECE TU DÍA

Cada día es una reencarnación simbólica para nosotros, en el círculo de las luchas purificadoras de la Tierra.

No te olvides de semejante verdad, si deseas realmente preparar el corazón para la vida imperecedera.

No desperdicies la riqueza de los minutos en la indiferencia, en la terquedad, en el aislamiento o en la inercia.

Cada vez que el sol reaparece en el horizonte, es posible mejorar el patrón de nuestro propio entendimiento con los familiares, auxiliar al prójimo con más seguridad, amparar la naturaleza con más alta comprensión.

Hoy es nueva oportunidad a fin de renovarnos, cuanto sea posible, para el infinito bien.
Planta un árbol amigo y, más tarde le recogerás el tesoro de bendiciones.

Acepta al adversario de ayer, ofreciéndole simpatía y, en un futuro próximo, tendrás un hermano comprensivo y devoto.

Utiliza, con provecho, el centavo de que disponemos, auxiliando al necesitado y, mañana, entrarás en la posesión de valores inesperados de la amistad y de la alegría.

Sonríe con bondad y coopera, con más diligencia, en tu paisaje de servicio habitual, en los instantes de "ahora" y encontrarás compañeros, ricos de concurso fraternal en los días que vendrán.

Las más bellas figuras geométricas comienzan en un punto simple.

Las más conmovedoras sinfonías son iniciadas en pequeñas notas, aparentemente sin significación.

Si pretendes un lugar en el banquete de la ciencia y de la fraternidad, del amor y de la sabiduría, comienza a estudiar y a servir, a comprender y a disculpar, a mentalizar el bien y a sublimar tu propio corazón, desde hoy.

Pintura de: Annie Stegg
Tomada del blog Recogedor
Por el espírituEmmanuel
Texto tomado del: 
Libro "
NACER Y RENACER
".

domingo, 15 de mayo de 2011

Aprendiendo de los mayores


Por Paulo Coelho

El Alquimista

Lecciones eternas

Hasta los monos descubren verdades propias de un sentido común que muchas veces olvidamos.


Cierta tarde de verano, Aurangzeb atravesaba una  extensa y monótona planicie cuando se sintió cansado y decidió echar un sueñecito. Encontró un árbol, colocó la bolsa con sombreros a su lado, se acostó a la sombra refrescante  del follaje  y se durmió.

Al despertar, descubrió que todos los sombreros habían desaparecido. “¡Oh, no!”, se dijo a sí mismo, “con tanta gente rica por ahí, ¿por qué los ladrones  han ido a robar a un hombre una mercadería de tan poco valor?”

Al mirar hacia arriba vio que el árbol estaba repleto de monos, todos usando sus sombreros. Aurangzeb les gritó, irritado, y ellos le devolvieron el grito. 

Auragnzeb hizo gestos agresivos con las manos, y los monos le imitaron. Saltó para ver si conseguía capturar a alguno de ellos, pero ellos también saltaron. Empezó a tirar piedras en dirección al árbol y recibió de vuelta una lluvia de frutos que los monos le arrojaron. “¡Qué fastidio, nunca voy a conseguir recuperar mi mercadería!”, gritó.

Irritado, tiró su propio sombrero al suelo y, ante su gran sorpresa, todos los monos hicieron lo mismo.

Rápidamente, Aurangzeb recogió todo y siguió su camino. Al llegar a la ciudad más próxima, contó la historia de lo sucedido. Y “Aurangzeb engaña a los monos” se convirtió en una leyenda muy conocida en la región, pasando de padres a hijos.

Cincuenta años más tarde, el joven Habib, nieto del famoso vendedor de sombreros Aurang-
zeb, aún trabajaba en el negocio de la familia. Acostumbraba a seguir los pasos de su abuelo, y aún recorría las mismas ciudades. 

Cierta tarde, después de una larga caminata, se sintió cansado, encontró la sombra de un hermoso árbol, colocó el saco de sombreros a su lado y se acostó para dormir un poco.

Cuando despertó, horas después, descubrió que su mercadería había desaparecido. Blasfemó un poco, pero al mirar hacia arriba, vio una bandada de monos usando los sombreros. Por algunos instantes se sintió frustrado, pero pronto recordó la historia de Aurangzeb. “Voy a irritar un poco a estos monos estúpidos”, pensó.

Habib silbó a los monos y estos silbaron de vuelta. Agitó las manos, se estiró las orejas, bailó, y los animales repitieron cada uno de sus gestos. Se sonó la nariz y escuchó el ruido de varias narices sonándose.

Viendo que todo funcionaba perfectamente, tiró su sombrero al suelo, esperando que todos hicieran lo mismo. Un mono bajó del árbol, cogió el sombrero que él había arrojado al suelo, caminó hasta Habib, golpeó su hombro y le dijo: “¿Te crees que eres el único que consiguió aprender algo de los mayores?”.
Texto retirado de: La Revista

viernes, 13 de mayo de 2011

LA OBRA MAYOR

Todos los servicios del Cristianismo en la Tierra son plantaciones del Cielo en el oscuro suelo humano, fecundando el bien y la luz en el campo de la experiencia.

La escuela es un foco solar, despertando mentes y corazones para la grandeza de la vida.

El hospital es un precioso refugio, plasmando en las almas la bendición del consuelo.

El albergue es un cantero de ternura, irradiando alegría y esperanza.

La casa de reajuste es un templo de amor fraterno, extendiendo la paz que aleja el desequilibrio.

El hogar es un santuario de trabajo y consuelo en que las almas se reencuentran.

En todos los rincones del mundo, la influencia cristiana significa solidaridad y cultura, mensaje de entendimiento y bálsamo de perdón.

Pero, la obra mayor del Evangelio, es el perfeccionamiento de la criatura, cuando la criatura le asimila los principios de reforma y elevación.

El alma ligada a Cristo es llama renovadora actuando en el suelo, aunque viviendo en la luz del amor.

No dudes.

Extiende los brazos al dolor y disminuye, cuanto pudieres, los gritos del sufrimiento en torno de ti.

Abre los labios y enseña la verdad simple, según la idea noble que te brilla en el pensamiento.

Entretanto, cada hora y cada día, busca inclinar tu propio espíritu a la práctica de las enseñanzas de Cristo, nuestro Maestro y Señor.

Alma restaurada es base de la restauración humana.

Deja que las Manos Sabias de Jesús te tomen el corazón, perfeccionándote los impulsos y, aunque te parezca la existencia terrestre un imperio de tribulaciones, guarda la certeza de que Cristo en nosotros es la obra mayor a la que será justo que aspiremos en el campo de la redención.

Pintura de: Zofia Blazko
Tomada del blog Recogedor
Por el espírituEmmanuel
Texto tomado del: 
Libro "
NACER Y RENACER
".
Blog Widget by LinkWithin