MI CARRETA DE BASURA.

¡Dios

 mío ayúdame en este trabajo!

Un 5 de diciembre de 1990 entré a laborar a la empresa Electrodomésticos Durex C.A. (hoy mabe Ecuador S.A.).

En la sala de capacitación nos dieron instrucciones de seguridad industrial a las personas que entramos ese día.

En cuanto terminaron, salimos a trabajar. Formaron un grupo de 8 personas en el cual estaba mi compañero Francisco Rambay Arana.

Esto fue lo que pasó:

Nos dieron una carreta de basura... y dijeron:

"Vamos muchachos, recojan toda la basura de la planta y colóquenla en esa bodega vacía.

Separen todo: tornillos, perillas, cobre, cables, vajillas, etc.; entréguenlo a seguridad; llenen la carreta y lleven la basura al patio de atrás, para ir el día sábado a botar la basura montaña adentro (sector Las Iguanas). Recuerdo que un día nos dieron una "paliza" los señores invasores de tierras por botar basura. A mi jefe, el señor Carlos Julio Vivar, lo pusieron a rozar el monte de castigo, con semejante machete... ¡Pobre mi jefe!, decíamos y al mismo tiempo nos reíamos porque él era muy bravo y lo tenían; ¡sacándole el aire!

Bueno, pasaron algunas semanas, nos dieron un machete a cada uno y dijeron: "Vámonos muchachos, afuera de la fábrica". "¿A dónde vamos?", preguntamos. ".Acá. A cortar todo el monte de esta zanja, desde aquí hasta la entrada del complejo de Electrodomésticos Durex". Con el lodo hasta las rodillas, matando ratas, zorros, culebras y avispas. Durante muchos días, por fin terminamos y qué diferente se veía todo.

Después de varios días nos dijeron que teníamos que limpiar la zanja de al frente (Durexporta). Desde donde comienza hasta frente a la entrada del complejo. ¡Qué dura es la vida!, ya habían desertado 3 personas y sólo quedábamos 5... No hubo más que agacharse y cortar el monte de la zanja.

Transcurridos tres meses terminó mi primer contrato y me dijeron que vaya a firmar el segundo. Después de varias semanas me convertí en jefe de cuadrilla. Fue pasando el tiempo y me dijeron que vaya a firmar el tercer contrato.

El ingeniero Ernesto Illingworth Plaza me dijo que me preparara porque al día siguiente tenía que presentarme a la oficina de Recursos Humanos para reemplazar al señor Nelson Galarza Chilan y así fue.    "Por fin ya no estoy en la basura". Pensé. Al principio me sentí mal al ver a mis compañeros empujando la carreta de desperdicios, y yo bien vestido. Limpiando la oficina de mi jefe, el abogado Wilson Molina Borja. Justo cuando ya me había acostumbrado, vino lo más triste: el señor Galarza Chilan  entraba a trabajar al día siguiente.

Efectivamente, se reincorporó a su puesto de trabajo y yo regresé al mío, otra vez a empujar mi carreta de basura.

Luego de un tiempo me dijeron: "Prepárese, porque tiene que reemplazar al señor Alex Santisteván en el departamento de Ventas,   teniendo por jefe al señor Luis Alberto Salvador Albán". Terminaron las vacaciones de Alex; él volvió a su puesto de trabajo y yo al mío, a empujar la carreta de la basura.

Pasado cierto período, me comunicaron que tenía que reemplazar a Felipe Arteaga en la fotocopiadora.   El ingeniero Jorge Costa March, mi jefe en el departamento de Planta me dijo después: "Ya terminaron las vacaciones". Así, Felipe volvió a su puesto y yo regresé al mío, a empujar mi carreta de basura. Me acuerdo también de que le dije al ingeniero Ernesto Illingworth Plaza que ya no me cambiara de puesto, que me dejara donde estaba porque sentía vergüenza de que, ya conociendo a todos los empleados de las oficinas, ellos me vieran empujando la carreta de basura, con mis botas y ropa sucia. Entonces, de repente un día, el ingeniero Illingworth me llamó para informarme que iba a trabajar en el departamento de Finanzas, ya de manera definitiva. También me aconsejó que me portara bien con mis nuevos jefes: el economista John Paul Kennedy y el ingeniero Rafael Illingworth Plaza. En ese departamento tendría que trabajar con mucho cuidado. Hay tantas cosas valiosas como papeles, cheques, dinero.etc... El economista Kennedy era una persona muy seria y estricta. Yo le preparaba su café con mucho cuidado hasta que después de un tiempo me fue cogiendo confianza y por primera vez me mandaron a hacer un depósito en cheques. De ahí en adelante fui conserje y al mismo tiempo mensajero. Así comencé a desenvolverme en mi nuevo trabajo, depositando, entregando correspondencia, cambiando cheques, comprando dólares, etc.; pero el ritmo de trabajo que iba tan bien se paró... es que llegó el día que ya no trabajaría más en ese departamento. Me dijeron que necesitaban una persona de confianza para que ingresara al departamento de Cobranzas, porque el señor Wilmán Mendoza había dejado de laborar. Entonces comencé una nueva aventura: conocer y aprender con mi nuevo y actual jefe, el señor Jaime Salcedo. Contra viento y marea he seguido adelante y sigo aprendiendo cada día más. Me gané mi estabilidad en el departamento de Crédito y Cobranzas, el día 17 de Julio de 1992. La máxima aspiración que tenía el primer día de trabajo era seguir cargando la carreta de basura o como mucho, en un futuro muy lejano, poder estar en la planta manejando una máquina. Pero hoy, después de todo lo que ha pasado, siento que puedo conseguir mucho más de lo que he logrado. Por eso he decidido terminar el último año de secundaria que me falta y luego seguir una carrera corta.

Por: Jorge Zúñiga Cano, Crédito y Cobranzas.

Al Día felicita a Jorge Zúñiga y a todas aquellas personas que han podido superarse en la vida a base de esfuerzo, honestidad, decisión y coraje. Son un ejemplo para todos nosotros. ¡Adelante compañeros!

Guayaquil, Septiembre 1998.

Actualmente El Sr. Jorge Zúñiga Cano, sigue laborando en mabe Ecuador