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domingo, 4 de octubre de 2009

Historias muy breves


El Alquimista

Palabras llenas de sabiduría y enseñanzas que fortalecen el espíritu y que dejan un mensaje de positivismo y optimismo.


El dilema del sabio
(Chuang Tzu)

El gran maestro taoísta Chuang Tzu, después de caminar mucho durante un día soleado, se acostó debajo de una morera y cayó en un profundo sueño.


Comenzó a soñar que era una mariposa, paseando por los campos que acababa de recorrer, viendo las mismas cosas que había visto aquel día.

Se despertó de repente y se dijo a sí mismo:
“Estoy ante el problema filosófico más complicado de mi vida. ¿Quién soy yo?
¿Soy un hombre que soñó que era una mariposa? ¿O soy una mariposa soñando que se transformó en un hombre?”.

Administrando plantas
(anónimo)

Un hombre que se enorgullecía mucho de su jardín vio con desconsuelo cómo un día lo invadía una plaga de dientes de león. Por más que lo intentaba, no conseguía deshacerse de ellos. Desesperado, escribió al Departamento de Agricultura local: “¿Qué debo hacer?”.
Después de un largo tiempo, recibió la respuesta:
“Le sugerimos que aprenda a amarlos”.

Adiós (Richard Marius)
Durante las atrocidades que acompañaron a la revolución bolchevique, miles de personas eran arbitrariamente presas, agredidas, desnudadas y ejecutadas con un tiro en la nuca.

Un testigo relata: “En el momento más trágico de nuestras vidas, tenemos una absoluta necesidad de no sentirnos solos. Tanto es así que la mayoría de las víctimas pedía despedirse y, como no había nadie cerca, abrazaban y se despedían de sus verdugos”.

El motivo de estar aquí
(Gregory Corrigan)

El hombre caminó por la calle principal de su ciudad. Vio a mendigos, lisiados, miserables. Como no conseguía soportar más tanta miseria, clamó a los cielos: “Dios, ¿cómo puedes amar tanto al ser humano y al mismo tiempo no hacer nada por quien está sufriendo?”.
Y una voz le respondió: “Yo ya hice algo por ellos: te hice a ti”.

Más cerca de Dios
(anónimo)

Una de las más desconcertantes –y deliciosas– enseñanzas del maestro era: “Dios está más cerca de los pecadores que de los santos”.
Y lo explicaba de la siguiente manera: “El Señor, en los cielos, tiene un hilo que lo une con todos y cada uno de nosotros. Cuando yerras, este hilo se corta y el Señor hace un nudo. Cuantos más pecados cometes, más nudos tiene la cuerda, que así se acorta y se acorta, acercándote a Su misericordia”.


Texto retirado de: La Revista


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