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viernes, 14 de mayo de 2010

Hacia una ecología espiritual

Por: Susana Guerini
MOMENTO ABSOLUTO

Son tiempos de muchos cambios y muchas crisis a todo nivel y los seres humanos seguimos repitiendo los mismos hábitos, seguimos separándonos. Ante un nuevo tiempo donde todos los paradigmas viejos van quedando en el camino porque han quedado obsoletos ante los nuevos desafíos humanos, surgen innumerables alternativas de transformación. Pero es ahí mismo donde nos volvemos a separar formando grupos, cada uno con su propio poder, ideología, métodos e ideas, seguimos sembrando en todo ámbito “monocultivos”.

Qué manía esa la nuestra de ver todo por separado, de ver todo aislado y nada conectado.
Por un lado, ha surgido la ecología como una respuesta al clamor de la agonía de este Planeta Azul y por otro han surgido también corrientes espirituales en respuesta a la agonía del Ser. Tenemos a los ecologistas luchando y llevando su bandera defendiendo el respeto y la salvación de la madre naturaleza y tenemos a los nuevos espirituales que luchan por encontrar caminos para regresar al Ser y elevar la consciencia.

Cada uno con su propio enriquecedor valor, pero por qué no cooperar y compartir entre todos? Y es que ambas cosas son tan compatibles que es irrisorio querer separarlas y desvalorarlas.

Habemos ecologistas que reciclamos, compostamos, cuidamos el agua, consumimos responsablemente, vivimos con energías alternativas pero que no damos tiempo al crecimiento y desarrollo de nuestro interno, que no sabemos comunicarnos conscientemente y que entre ecologistas estamos llenos de competencia, poder y ni nos llegamos conocer auténticamente unos a otros.

Habemos espirituales que trabajamos diariamente en nuestro crecimiento interno, que desarrollamos métodos y herramientas para el desarrollo personal, pero que sin embargo no reciclamos la basura que producimos, no hemos aprendido a consumir responsablemente y seguimos comprando comida chatarra y llena de pesticidas alimentando a los grandes monopolios. No respetamos ni valoramos conscientemente los bienes naturales porque nos hemos quedado suspendidos en la estratosfera.

Empecemos a reciclar nuestra basura mental, así como reciclamos la basura de nuestro entorno. Aprendamos a discernir entre lo importante de lo no tan importante, lo correcto de lo incorrecto, lo útil de lo inútil tanto en las decisiones ecológicas como en las de nuestra propia vida. Lo verdaderamente importante y que puede ser abono en nuestra vida lo compostamos para que nuestra siembra esté enriquecida y podamos tener abundantes frutos.

Dejemos de hechar pesticidas en nuestras plantas matando a las plantas, los insectos, los frutos y la tierra misma. Dejemos de envenenarnos con tanta palabra violenta, con tanta mentira, con tanta envidia, haciéndonos daño a nosotros mismos y a los demás.

Dejemos los monocultivos y sembremos en conjunto, mientras más diversidad más se enriquecen las plantas, unas conectadas a otras en una interdependencia perfecta. Dejemos de ser parte de lo “normal”, de la masa, de la manada, y empecemos cada uno a ser uno mismo con su propia individualidad y autenticidad, desarrollando nuestros propios dones y aportando así en equipo a la uni-diversidad. Todos interconectados, interdependientes y parte del Todo.

Empecemos a filtrar lo que recibimos con consciencia y conocimiento, cuando vamos de compras sepamos diferenciar y reconocer lo que realmente nos alimenta de lo que no. Filtremos así mismo lo que recibimos de espiritual, lo que verdaderamente nos nutre y lo que podemos desechar.

Conectémonos con la energía de la Tierra y sus ciclos, conectémonos con nuestra energía y los ciclos de nuestro cuerpo. Preparemos la tierra abonándola, sembremos semillas puras de Amor, disfrutemos del floreSer y cosechemos frutos Libres y alimenticios para nuestra vida!

Como vemos la ecología perfectamente puede ser aplicada en nosotros mismos y si estamos abiertos a combinar las dos ecologías BINGO!! Y es que la transformación espiritual en ausencia de un cambio social y ecológico es inútil y la transformación social y ecológica sin un fondo de despertar espiritual es fatal.

Una ecología espiritual ofrece esperanzas al mundo y no sólo de supervivencia de la humanidad sino también de un floreSer como especie.

Pintura de: Gabriela Labudda, tomada del blog Recogedor

Texto tomado de: PRESENCIA ABSOLUTA

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