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miércoles, 8 de diciembre de 2010

DESEQUILIBRIO APARENTE

31- DESEQUILIBRIO APARENTE
Habrá quien afirme que la Doctrina de los Espíritus es un vivero de creyentes indisciplinados, por el exceso de interpretaciones y por el arraigado individualismo de los puntos de vista de quienes tratan de difundirla. Otros proclaman que la Nueva Revelación desorganiza ¡ávida mental de quienes la adoptan y los impulsa a la renunciación.

A pesar de ello, tales enunciados no encuentran cabida en los fundamentos de la verdad.
El Espiritismo, naturalmente, amplía los horizontes del ser.

La visión más segura del Universo y una más alta concepción de la justicia dilatan en la mente la sed de liberación y hacen posible más elevados vuelos del espíritu; la comprensión más clara, sumada a una más viva noción de responsabilidad, crea sublimes sentimientos del alma y favorece la renovación de los centros de interés en el campo íntimo, el cual se ve de inmediato atraído hacia problemas que trascienden la experiencia vulgar.

Para quien estima moldes de conducta convencionales y se adapta plenamente al menor esfuerzo, no resultará fácil manejar caracteres libres en los dominios de la fe, porque los desvaríos de la personalidad nos acechan constantemente, tentándonos a imponer a los demás la impronta de nuestro modo de ser.

Sin embargo, dentro de la Nueva Revelación no hay lugar para ningún proceso de obstinación dogmática o de tiranía intelectual.

La inmortalidad revelada invita al hombre a afirmarse, y el centro espiritual del aprendiz se desplaza hacia intereses que están más allá de la esfera común.

Las inteligencias de todo tipo, tanto como los mundos, gravitan en torno de núcleos de fuerza que las influencian y sustentan.

El panorama del infinito desplegado ante el hombre por nuestro ideal, atrae al cerebro y al corazón hacia otros poderes, y la criatura encarnada, imperceptiblemente inducida a operar en servicios diferentes, parece inadaptada y sedienta en la búsqueda de valores efectivamente importantes para su destino en la vida eterna.

Las congregaciones religiosas, oficializadas u organizadas, presas a imperativos de estabilidad económica, por lo general gravitan alrededor de la riqueza perecedera o de la autoridad temporal de la Tierra y yacen magnetizadas por la idea de dominio e influencia que, en el mundo, facilita la solidaridad y la unión. Esto se debe a que la mayoría de los espíritus encarnados, todavía ciegos a la divina luz, se reúnen alrededor del oro o del poder sobre los más débiles y obedecen despreocupadamente.

Pero en el Espiritismo es difícil aglutinar caracteres liberados bajo el estandarte nivelador de lo convencional.

Así como aconteció en los trescientos años que antecedieron a la esclavitud política del Evangelio redentor, el discípulo de nuestra Doctrina Consoladora pretende encontrar un camino de acceso a la vida superior.

Acepta las facilidades humanas - para dar con generosidad y desprendimiento lo que posee.
Disputa la satisfacción de trabajar - para servir.
Busca la libertad - para someterse a las obligaciones que le corresponden.
Adquiere la luz - para ayudar a extinguir las tinieblas.
"Está en el mundo sin ser del mundo".
Es alguien que se niega a sí mismo, en busca del Maestro de la Verdad, y recibe de buena voluntad la cruz del propio sacrificio para avanzar en la jornada de resurrección.

Y como cada discípulo permanece en una esfera diferente de trabajo, observamos que todos ellos, a la manera de viajeros que van peregrinan do escaleras arriba - cada cual contemplando la vida y el paisaje desde el peldaño en el que se encuentra -, ofrecen el espectáculo de almas inadaptadas y extremadamente separadas entre sí a los habitantes del valle o de la planicie, que acostumbrados a los mismos escenarios de cada día, y a la repetición de los mismos matices de la claridad solar, no consiguen olvidar de improviso los hábitos arraigados por el tiempo, ni pueden entender el derrotero de los que indiferentes a las quimeras, caminan en sentido contrario al de ellos, al encuentro de otra luz.

Pintura de: Tesfay Atchbekha Negga, tomada del blog Recogedor

Por el espíritu: Emmanuel
Texto retirado del: Libro "DERROTERO".

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