Nadie juzgue que la muerte representa el salvo conducto para la beatitud celeste.
Muchas existencias en que el programa del bien padece frustraciones por nuestra rebeldía o indiferencia, solamente recogen después de la sepultura, la aflictiva purgación de sus errores deliberados.
El infierno mental establecido por nosotros, dentro de nuestras propias almas, nos exige en el retorno a la materia densa para que las llamas del remordimiento o del arrepentimiento se apaguen en el contacto de nuevas luchas...
Aquí, está el usurero obsesionado por la acumulación del oro usando la técnica de la pobreza.
Allí, está el tirano que se propone aprender humildad en la filas del anonimato y de la angustia.
Más allá, está el delincuente que suspira por reencontrar a las víctimas del ayer, a fin de rescatar los débitos contraídos .
En la conquista, a pesar de todo, para comenzar nuevamente, es indispensable que se esfuercen en la devoción y la renuncia, para alcanzar la reencarnación que los colocará en la posición de la oportunidad esperada.
Para eso, empéñense en los rasgos del sacrificio, plantando entre los encarnados la bendición de la simpatía, el pasaporte indispensable para la estación del hogar humano, en que se renovaran, al frente del progreso.
Es por eso, que la experiencia en la Tierra no representa una mera aventura del alma y si precioso tiempo de aprendizaje y servicio que no debemos menospreciar.
Gracias a la instrumentalidad del Plano Físico, nos aproximamos a las antiguas
dificultades o a los desafectos del pasado, para que la obra del amor se reajuste y se consolide, en nosotros y junto a nosotros.
No menoscabes la enseñanza de elevación que la actualidad te confiere.
La máquina fisiológica en que provisoriamente estás puede ser una escalera hacia la esfera superior o el declive sutil hacia regiones expiatorias, depende de ti dar el paso que te conducirá un escalón más hacia la luz o el salto al despeñadero de la sombra.
Valoriza la existencia terrestre y camina hacia adelante, convirtiendo la lucha redentora en recursos de ascensión.
Recuerda que el tiempo es el mayordomo fiel de la vida, y si la bondad del Señor te concedió para hoy la riqueza del cuerpo físico, la justicia de Él mismo, te espera, mañana, para la cuenta imprescindible.
Pintura de: Kim Nelson tomada del Blog CARMENSABES POESIA Y ARTE
Por el espíritu de: Emmanuel
Texto retirado del: Libro "ATENCIÓN".
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