"Finalmente, sed todos de igual ánimo, compadecidos, fraternalmente amigos, misericordiosos, y humildes" - Pedro (I Pedro, 3:8).
Es justo que nos figuremos la cólera, titulándola con algunas definiciones, como las siguientes:
Fuerza descontrolada.
Precipitación y dolencia.
Acceso a la locura.
Queda en el desequilibrio.
Puerta abierta para la obsesión.
Impulso a la desencarnación prematura.
Peligro de criminalidad.
Introducción a la culpa.
Apertura al remordimiento.
Explosión de orgullo.
Tempestad portentosa.
Fuego mental.
Desequilibrio vibratorio.
Dispersión de energía.
Pérdida de tiempo.
Indudablemente, todos nosotros criaturas encarnadas y desencarnadas, en la escala evolutiva del plano terrestre estamos aún sujetos a esa calamidad del mundo del desánimo, razón por la cual toda vez que nos sintamos amenazados por la irritación o el desánimo, lo prudente es recogemos en el refugio pacífico, a fin de reflexionar en las necesidades del prójimo y lavar los pensamientos en las fuentes de la oración.
Pintura de:Ángel Castaño Monis
Por el espíritu de: Emmanuel
Psicografía: Francisco Cándido Xavier.
Texto retirado del: Libro "ATENCIÓN".
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