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miércoles, 2 de septiembre de 2009

Vida y Sexo (11)

11. Alteraciones Afectivas.

Pregunta – ¿No tiene influencia el espíritu de los padres en el del hijo después de haber nacido éste? 

Respuesta – la tiene, y muy grande, pues, como dejamos dicho, los espíritus deben contribuir a su progreso recíproco. Pues bien: el espíritu de los padres tiene la misión de desarrollar, por medio de la educación, el de sus hijos, lo que les impone una tarea. Si falta en ella, se hace culpable. 

Pregunta No. 208,  de El Libro de los Espíritus. 

Es muy común, que las condiciones afectivas en la pareja se alteren con las responsabilidades que se derivan el matrimonio.

La esperanza se convierte entonces en trabajo generando problemas que la ilusión del noviazgo no dejaba ver.

En muchas parejas, el afecto permanece intacto a través del tiempo; pero en la gran mayoría se enfría ese sentimiento que abrigaba el nido domestico en los primeros días de unión matrimonial.

Urge, entonces, la necesidad de salvar la unión matrimonial, evitando los golpes ocultos de las dificultades morales o salvarlo del naufragio en las aguas muertas del desencanto.

El compañero y la compañera, en los compromisos del hogar, necesitan volver a aprender en la escuela del amor, reconociendo que por encima de la unión corporal o material, debe prevalecer la unión espiritual, en su diario vivir. No se debe inquietar la pareja por los cambios que se presenten en su relación, pues la correcta comprensión de las emociones físicas darán como resultado su evolución hacia la unión ideal, demostrándose con la ternura, la confianza y la amistad sin límites.

Apagado el fuego de la pasión en la comunión matrimonial, renace el calor del amor puro que se valoriza cada vez más entre las almas, habilitando la pareja para los más elevados destinos de la Vida Superior. Esto ocurre, por que los hijos que nacen son igualmente piezas del matrimonio, que llegan al hogar a recrearse, de manera continua buscando dirigirse al trabajo de la asistencia reciproca.

El cariño compartido, al principio por los dos pasa a ser dividido en un mayor número de sus participantes, y esa misma riqueza de amor en el hogar, en numerosas circunstancias, es atribuida a la dulce hipnosis del noviazgo que mantenían los padres jóvenes cuando se hallaban solteros, y a la llama de atracción que los reunió hasta consumar el enlace afectivo.

Casi siempre, los espíritus unidos en el matrimonio; y especialmente los padres son escogidos en la Vida Mayor para la constitución de la familia de acuerdo a sus propias necesidades de embellecimiento y rescate y corrección. En vista de eso, los espíritus cooperan activamente en la aproximación de los futuros padres, colaborando en casa en los procesos de gravidez y nacimiento, y proporcionándoles naturalmente la cuota de atención y de cariño que les es debida.

En toda unión profunda de hombre y mujer en la formación del grupo familiar, con la convicción de procrear hijos que compartan su existencia; deben contar para ello con la atracción espontánea del impulso sexual, correspondiendo tanto al compañero, como a la compañera la función de unir sus propósitos de vida, que todo lo renueva engrandece y perfecciona.

Por la misma razón muchas veces, así seamos recalcitrantes en la sustentación del amor egoísta, siempre exigiendo atenciones y consideraciones de toda especie, poco a poco acabamos por entender que el amor que desinteresadamente se da a los otros en bendiciones de paz y alegría, es capaz de multiplicarnos la verdadera felicidad.


Por el espíritu de: Emmanuel
Texto retirado del: Libro VIDA Y SEXO.

2 comentarios:

  1. Como siempre tienes algo interesante e importante que decir. Un abrazo. Volveré.

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  2. Te invito a conocer el podcast de blogs
    http://www.podcaster.cl/2009/09/larga-vida-al-blog-1/
    Saludos!!!

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