Por Paulo Coelho
El Alquimista
Usar los dos bolsillos
Un discípulo comentó con el rabino Bounam de Pssiskhe:
-El mundo material parece sofocar el mundo espiritual.
-Tú pantalón tiene dos bolsillos, dijo Bounam. Escribe en el derecho: “El mundo fue creado solo para mí”. En el izquierdo, escribe: “Yo no soy nada más que polvo y cenizas”.
Divide bien tu dinero entre estos dos lugares. Cuando veas la miseria y la injusticia, recuerda que el mundo existe solamente para que puedas manifestar tu bondad, y usa el dinero del bolsillo derecho. Cuando estés tentado de adquirir cosas que no te hacen la menor falta, recuerda lo que está escrito en el bolsillo izquierdo y piensa varias veces antes de gastarlo. De esta forma, el mundo material nunca sofocará el mundo espiritual.
Cuándo dar y cuándo recibir
Nasrudin paseaba por el mercado cuando un hombre se le acercó.
-Sé que eres un gran maestro sufi, dijo el hombre. Esta mañana, mi hijo me pidió dinero para comprar una vaca: ¿debo ayudarlo?
-Esta no es una situación de emergencia. Entonces, aguarda una semana antes de atender el pedido de tu hijo.
-Pero yo estoy en condiciones de ayudarlo ahora, ¿qué diferencia habrá con hacerle esperar una semana?
-Una diferencia muy grande, respondió Nasrudin. Mi experiencia me enseña que las personas solo dan valor a algo cuando tienen la oportunidad de dudar si conseguirán o no lo que desean.
Parece muy obvio
Preguntaron al rabino Ben Zoma:
-¿Quién es sabio?
-Aquel que encuentra siempre algo que aprender de los otros, dijo el rabino.
-¿Quién es fuerte?
-El hombre que es capaz de dominarse a sí mismo.
-¿Quién es rico?
-El que conoce el tesoro que tiene: sus días y sus horas de vida, que pueden modificar todo lo que sucede a su alrededor.
-¿Quién merece respeto?
-Quien se respeta a sí mismo y a su prójimo.
-Todo esto son cosas obvias, comentó uno de los presentes.
-Por eso son tan difíciles de ser observadas, concluyó el rabino.
Entre la fe y la oración
-¿Hay algo más importante que la oración?, preguntó el discípulo al maestro.
El maestro pidió que el discípulo fuese hasta un arbusto próximo y cortase una rama. El discípulo obedeció.
-¿El árbol continúa vivo?, preguntó el maestro.
-Tan vivo como antes.
-Entonces vuelve allí y corta la raíz.
-Si lo hago, el árbol morirá.
-Las oraciones son las ramas de un árbol, cuya raíz se llama Fe, dijo el maestro. Puede existir fe sin oración, pero no puede existir oración sin fe.
Texto retirado de: http://www.eluniverso.com/
...Paulo Coelho sempre maravilhoso!
ResponderEliminarObrigada querido, por nos presentear
com estas lindas histórias que tanto
nos ensinam.
bjs com saudades...
Sabio y buenisimo!! Un maestro!!
ResponderEliminarAmigo como siempre un placer pasar a visitarte!!
Te dejo un relajante y cálido abrazo para todo tu ser!!
Beatriz