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martes, 12 de enero de 2010

Vida y Sexo (21)

21. La Homosexualidad.
Pregunta – cuando somos Espíritus, ¿preferimos encarnarnos en el cuerpo de un hombre o de una mujer?
Repuesta – poco le importa al Espíritu; por que depende de las pruebas que ha de sufrir.
Pregunta No. 202 de El Libro de los Espíritus.

La homosexualidad, también llamada transexualidad, en los círculos de la ciencia, se define como el conjunto de características, que adopta la criatura para la unión afectiva con otra criatura del mismo sexo, esta situación no encuentra explicación fundamental en los estudios psicológicos que tratan el tema desde el punto de vista material, más es muy comprensible, a la luz de la reencarnación.

Vista la ocurrencia, más, con los preconceptos de la sociedad, hecha en la tierra por la mayoría heterosexual, nos damos cuenta de que esta misma ocurrencia va aumentando en intensidad y extensión, y el mundo ve, en la actualidad, en todos los países, grandes comunidades de hermanos en esas experiencias, formadas por millones de hombres y mujeres, que solicitan atención y respeto, e igualdades con respecto a las criaturas heterosexuales.

La humanidad aprenderá, gradualmente a comprender que los conceptos de normalidad o anormalidad dejan mucho que desear cuando se trata simplemente de señales morfológicas, para levantarse como agentes elevados en la definición de la dignidad humana; toda vez que la individualidad en si, exalta la vida comunitaria por el propio comportamiento en la sustentación del bien o que por el contrario deprime por el mal que causa la práctica de la delincuencia.

La vida espiritual pura y simple, se rige por afinidades electivas esenciales; pero a través de milenios y milenios, el Espíritu pasa por una secuencia de reencarnaciones, ya sea en condición femenina o ya sea en condición masculina, lo que abona el fenómeno de la bisexualidad, más o menos pronunciado, en casi todas las criaturas.

El hombre y la mujer serán, así mismo acentuadamente masculino o femenino sin especificación psicológica absoluta.

Frente a esto, el tránsito de la individualidad femenina a la masculina o viceversa, al albergar el vestido físico, demostrará fatalmente los trazos de la feminidad, donde se hallaba estacionado por muchos siglos, en que pese al aspecto masculino que lo caracteriza se verifica así mismo un proceso análogo referente a la mujer, en las mismas circunstancias.

Es obviamente comprensible, frente a lo expuesto que el Espíritu al renacer, entre los hombres puede tomar un cuerpo femenino o masculino no solo atendiendo al imperativo de encargos particulares en determinado sector sino también en lo concerniente a las obligaciones regenerativas.

El hombre que abuso de las facultades genésicas, arruinando la existencia de otras personas con la destrucción de uniones y hogares diversos, en muchos casos es inducido a buscar una nueva posición al renacer en un cuerpo morfológicamente femenino, aprendiendo, en esta prisión a equilibrar sus propios sentimientos; y la mujer que actuó de igual manera es impulsada a la reencarnación en un cuerpo morfológicamente masculino con los mismos fines.

Y, aún, en muchos casos, Espíritus cultos y sensibles, aspiran a realizar tareas específicas en la elevación de grupos humanos y consecuentemente en la elevación de si mismos, y piden a los instructores en la vida mayor, quienes los asisten en su inmersión en el campo físico, en un vestido, carnal opuesto a la estructura psicológica en la cual se definen.

Con esto tratan de vivir ocultamente en la armadura carnal con la cual se protegen contra consecuencias irreversibles, en el mundo afectivo, a manera de perseverar, sin mayores dificultades, en los objetivos que se halla propuesto.

Observadas las tendencias homosexuales, de los compañeros reencarnados en esta faja probatoria, es necesario darles el amparo educativo adecuado, de la misma manera que se da la educación y la instrucción a la mayoría heterosexual. Y para que se verifique la justicia y la comprensión, camina el mundo de hoy hacia una más alta compresión de los problemas del amor y del sexo, por que así frente a la vida eterna los errores y los aciertos de los hermanos, de cualquier procedencia en los dominios del sexo y del amor son analizados por el mismo elevado modelo de justicia y misericordia. Eso ocurre por que todos los asuntos en esta área de la evolución y de la vida se especifican en la intimidad de la conciencia de cada uno.


Por el espíritu de: Emmanuel
Texto retirado del: Libro VIDA Y SEXO.

1 comentario:

  1. Antes de nada obviaré de su comentario todo lo relativo a la espiritualidad. Porque, al igual que con toda creencia religiosa, no es refutable. Desde otro punto de vista me gustaría reinterpretar la homosexualidad como la atracción física hacia otras personas del mismo sexo.

    La transexualidad no tiene nada que ver con la atracción física, sino más bien con la transformación de su propio cuerpo que una persona adopta para tener el aspecto del otro sexo. Esta transformación nace de las inquietudes que el propio sujeto tiene por creerse en un cuerpo equivocado y que no lo identifica con su forma de pensar.

    ¿Por qué hay que hacer una separación entre atracción física y sexualidad? Debido a la disyunción de estos términos. Una gran parte de los transexuales, me atrevería a decir que una tercera parte, que transforman su cuerpo de varón para tener un aspecto femenino, lo hacen porque creen que sienten y piensan como mujeres. Pero, por el contrario, siguen teniendo una atracción física hacia otras mujeres.

    Dejo para el final, La primera diferenciación a tener en cuenta, el sexo es algo biológico, mientras que lo femenino o masculino es algo cultural y aprendido. Por eso hay gestos y movimientos que muchas personas adoptan recordando al sexo contrario porque han crecido construyendo un referente del sexo contrario. Aún así, esto no es algo innato, sino adquirido desde la observación. Téngase en cuenta que desde que nacemos nos visten de distinta forma, vestiditos para niñas y pantalones para ellos con una diferenciación, inclusivede colores.

    No discrepo en aquello de que cada vez es más visible el número de comunidades homosexuales. Pero sí pienso que se trata porque los Estados democráticos y modernos toleran y respetan la sexualidad y afectividad como algo pertenenciente a la privacidad de cada individuo, y, por ende, es legítimo exteriorizarla o no libremente.

    Todavía existen muchos países que penan y condenan las prácticas homosexuales y puede parecer que en ellos excasean las personas con esas atracciones físicas, pero no es así.

    La homosexualidad esta presente en todo el orbe, como algo trans-ideológico y trans-cultural, también está presente en todas las clases sociales.

    Un saludo. Luis Ángel

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