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viernes, 1 de octubre de 2010

EL CULTO RELIGIOSO

12- EL CULTO RELIGIOSO

¿Cuándo comenzó en la Tierra el culto de adoración a Dios? El cimiento de la fe se pierde en la sombra de eternidades insondables.


Se diría que el primer impulso de la planta y del gusano, en busca de la luz, no es sino anhelo religioso de la vida en busca del Creador que les infunde el ser.


Sin embargo, si consideramos a las escuelas religiosas de los pueblos más antiguos, vemos en el sistema egipcio la idea central de la inmortalidad con avanzadas concepciones de la Grandeza Divina, pero enclaustrada en los templos o en el palacio de los faraones, sin tomar contacto con el espíritu del pueblo que muchas veces era relegado a la superstición y el abandono.


En la India identificamos el culto de la sabiduría. Allí instructores eminentes enseñan que la bondad debe ser la raíz de nuestras relaciones con los semejantes, que nuestras virtudes y vicios son las fuerzas que nos seguirán más alía de la tumba, difundiendo benditas lecciones de perfeccionamiento moral y comprensión humana, a pesar de lo cual el espíritu de las castas dominó los santuarios, e impidió la deseable propagación de los beneficios espirituales a los círculos populares.


En Persia tenemos, en el culto a Zoroastro, la consagración de nuestro deber para con el bien, aunque las comunidades beneficiadas por sus respetables enseñanzas se entreguen a guerras de conquista y destrucción.


Entre los judíos sentimos que el soplo de la revelación del Dios Único establece el reino de la justicia en la Tierra, pero a pesar de la gloria sublime que corona la frente de Moisés y los profetas que lo sucedieron, el orgullo racial es una llaga viva en el corazón del Pueblo Escogido.


En China tenemos la exaltación de la simplicidad a través de lecciones que fulguran en todos sus niveles sociales, y destacan el equilibrio y la solidaridad; no obstante, el gran pueblo chino no consigue superar las perturbaciones provocadas por el separatismo y el cautiverio.


En Grecia encontramos el culto de la Belleza. Los misterios de Orfeo trazan hermosos ideales y erigen maravillosos santuarios. A pesar de ello el perfeccionamiento del arte y la cultura no consigue crear en el espíritu helénico la noción del Amor Universal. Tanto generales como filósofos usan la inteligencia para dominar y no se sustraen de manera alguna a las tentaciones de orden bélico, encendiendo la abominable hoguera de la discordia y la devastación.


En Roma descubrimos al Derecho que enseña que el patrimonio y la libertad del prójimo deben ser respetados, pero en ninguna civilización del mundo encontramos juntos a tantos genios de la flagelación y la muerte.


Hermes es la Sabiduría.
Buda es la Renunciación.
Zoroastro es el Deber.
Moisés es la Justicia.
Confucio es la Armonía.
Orfeo es la Belleza.
Numa Pompilio es el Poder.


En todos los grandes períodos de la evolución religiosa, antes de Cristo, vemos demostraciones incompletas de la espiritualidad. No hay patrones absolutos de perfección moral que señalen a los hombres el camino regenerador y santificante. Aparecen líneas divisorias entre razas y castas con diferentes tipos de honras y humillaciones para ricos y pobres, señores y esclavos, vencedores y vencidos.


Sin embargo, es con Jesús que surge en el mundo el coronamiento victorioso de la fe. Con el Cristianismo recibimos las gloriosas simientes de fraternidad que habrán de dominar los siglos. El Divino Fundador de la Buena Nueva entra en contacto con la multitud y el santuario del Amor Universal se abre, iluminado y sublime, para la santificación de toda la Humanidad.
Pintura de: Betty Shelton, tomada del blog WOMEN PAINTING WOMEN


Por el espíritu: Emmanuel
Texto retirado del: Libro "DERROTERO".

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