2. La familia.
Hay pues dos especies de familias: las familias por los lazos espirituales y las familias por los lazos corporales. Las primeras se fortalecen por la purificación y se perpetúan en el mundo de los espíritus a través de las diferentes emigraciones del alma; las segundas se extinguen con el tiempo y muchas veces, se disuelven moralmente en la presente existencia.
Del item 8, en el capitulo XIV, de El Evangelio Según el Espiritismo.
De todas las especies existentes en la tierra exceptuando naturalmente la humanidad ninguna talvez sea más importante en su función educadora y regenerativa en la formación de la familia.
De semejante agremiación, en la cual los seres se conjugan, atendiendo a los vínculos de afecto, surge el hogar, garantizando los cimientos de la civilización. A través del matrimonio bien establecido, funciona el principio de la reencarnación, conforme a las Leyes Divinas dando posibilidad al trabajo y ejecución de los más elevados programas de acción del Mundo Espiritual.
Por intermedio de la paternidad y de la maternidad, el hombre y la mujer adquieren más amplias ganancias en la Vida Superior.
De ahí la alegría que se experimenta con las tareas de la procreación.
Los hijos que son producto del amor conciente encuentran mayor protección del Mundo Mayor toda vez que se integran en familias más afines.
En la tierra se justifica que toda criatura encuentre asistencia de otras que respiran su mismo grado de afectividad. De modo idéntico es natural que las inteligencias que viven en las Esferas Superiores se consagren a cuidar y guiar aquellos compañeros, que recurren a la reencarnación para su progreso, y perfeccionamiento.
Los parientes en el planeta se tornan filtros de la familia espiritual que se manifiesta más allá de la existencia física manteniendo los lazos preexistentes entre aquellos con los cuales conviven.
Mirando las vidas pasadas de todos los componentes de la familia terrenal, esta se encuentra formada de diversos espíritus, por cuanto en ella se hallan comúnmente cariños y odios, amigos y enemigos, para así limar las asperezas indispensables frente a las leyes del destino.
A pesar de ello, es necesario reconocer que el clan familiar evoluciona incesantemente, para mejores aspectos de vivencias colectivas, bajo los dictámenes de un perfeccionamiento general, buscando siempre la valiosa elevación del alma.
De esta manera la familia se consagra como una organización de origen divino, en cuyo seno hallamos todos los instrumentos necesarios para nuestro perfeccionamiento, y así edificar un Mundo Mejor.
Por el espíritu de: Emmanuel
Psicografía: Francisco Cándido Xavier.
Retirado del: Libro VIDA Y SEXO.
...pena que a vida moderna
ResponderEliminarcolabora para as dissoluções
das famílias, base de uma
sociedade saudável.
bjbj
Olá
ResponderEliminarParabéns pelo seus lindos textos e também pelo seu blog. beijos da Beth