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domingo, 10 de enero de 2010

Parte II: Las maneras de rezar

Por Paulo Coelho
El Alquimista

"La peor manera de ofender a Dios es ofendiendo al prójimo".

Cómo llegar cerca de Dios. Un hombre le preguntó a al-Husayn:
—¿Qué debo hacer para llegar más cerca de Dios?
—Cuéntale un secreto. Y no permitas que nadie en este mundo sepa lo que le dijiste. De esta manera, habrás creado un vínculo de confianza con la Divinidad.
—¿Nada más?
Al-Husayn dijo:
—Establece una relación firme al inicio de tu jornada espiritual. Reza.
—Todo el mundo hace eso. ¿Acaso no hay ninguna manera de comunicarme mejor con Dios?
—Ya te lo he explicado —dijo al-Husayn—. Pero tú pretendes llegar al final antes de empezar, y esto no es posible.

Cómo servir a Dios
El monje Chu Lai descansaba cerca de un riachuelo, cuando un joven se le aproximó.
—Quiero saber cuál es la mejor manera de servir a Dios —le pidió.
—La oración —respondió el monje.
—¿Y cuál es la peor manera?
—Ofendiendo al prójimo.
—Pensaba que sería ofendiendo a Dios.
—Estás equivocado —respondió Chu Lai—. Dios está en todas partes, y podrás encontrarlo siempre que te arrepientas. Pero alguien a quien ofendas puede viajar a un lugar distante, y en ese caso no te será posible pedirle perdón.

Cuál es el mejor ejemplo
Le preguntaron a Dov Beer de Mezeritch:
—¿Cuál es mejor ejemplo? ¿El de los hombres piadosos, que dedican su vida a Dios sin preguntar por qué? ¿O el de los hombres cultos, que intentan comprender la voluntad del Altísimo?
—El mejor ejemplo es el niño, que tiene cuatro cualidades que nunca deberíamos olvidar. Está siempre alegre sin motivo. Siempre está ocupado. Cuando desea cualquier cosa, sabe exigirla con insistencia y determinación. Por último, es capaz de parar de llorar con gran rapidez.

El exorcismo

Un hombre llamó a un sacerdote para que realizara un exorcismo en su casa. El religioso pasó algunos días durmiendo en el lugar, y cuando dio por terminado su trabajo llamó al propietario y le dijo que el resultado había sido excelente.
—¿Cuántos demonios logró usted expulsar?
—Ninguno. Allí no había nada.
—Entonces, ¿por qué dice que el resultado fue tan bueno?
—Cuando nos enfrentamos a las fuerzas del mal, “ninguno” es más que suficiente.



Texto retirado de: La Revista

1 comentario:

  1. Imprescindible este autor para el que quiera ver y aprender...

    Te deseo toda la suerte que necesites este nuevo año.

    Un abrazo

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